El duelo (Relato y reflexión)

in Holos&Lotus2 years ago


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El duelo

Eran las 11 de la noche cuando se escucharon las detonaciones. Ella dormía, pero inmediatamente se despertó y fue al cuarto de su hijo. Angustiada, se dio cuenta que no estaba. Su corazón se aceleró y amenazaba con salirse del pecho. Llamó al celular de su hijo y nadie respondía. Corrió de nuevo a su habitación para vestirse y salir. Sintió un tambor en el pecho y un dolor fortísimo en los oídos cuando escuchó gritos, luego golpes en su puerta. Antes de abrirla, sabía que algo malo había ocurrido. Con manos temblorosas, abrió la puerta y escuchó: "Martha, mataron a tu hijo".

Desde que le dijeron aquello, su cerebro se desconectó de su cuerpo. Una parte de ella se enteró de lo sucedido, pero la otra parte ya no supo de mundo. Como una niña era arrastrada por la gente que buscaba que dejara de llorar, que comiera, durmiera, se vistiera, se bañara. No era raro verla despertar en la madrugada y decir, tranquilamente, que iba a salir a buscar a su hijo en mitad de la noche. Otras veces, lloraba todo el día cargando la almohada como si llevara un niño en los brazos y su hijo fuera un recién nacido.

Con los días, las personas tuvieron que encerrarla porque se escapaba, desnuda, a buscar a su hijo. Fue así que Martha pasaba la mayor parte del tiempo, sola, en un cuarto, sedada, aislada del mundo. Una tarde, la encontraron muerta. Algunos dijeron que por cómo estaba su cuerpo, había fallecido hacía muchas horas. Otros dijeron que Martha había muerto realmente, hacía mucho tiempo, cuando había muerto su hijo.


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Creo que todos hemos tenido, alguna vez, el sentimiento de pérdida. Ese sentimiento atroz, desproporcionado de dolor que sentimos cuando perdemos algo o a alguien. En algún momento de nuestra vida hemos sentido que el corazón se parte en mil pedacitos, que nos ahogamos en llanto, que nuestros párpados pesan un mundo y que más nunca abriremos los ojos. Somos humanos y si perdemos algo que amamos, lo más normal es que sintamos un dolor superior a nosotros mismos.

Claro. Ese dolor no solo va a estar sujeto al tamaño de la pérdida, a su importancia dentro de nuestra vida, también al tipo de pérdida, la forma, el tiempo. No es igual perder un empleo que perder a un ser querido. Tampoco es igual perder un amor con el que hemos tenido 3 meses de relación, que con el que hemos vivido 10 años de matrimonio. Igualmente, es diferente perder a un ser querido por una enfermedad, que perderlo en una tragedia. Cuando un ser querido tiene una enfermedad terminal, tal vez tenemos el tiempo para despedirnos de él, decirle las cosas que nunca le hemos dicho, asimilar su ausencia, aceptar su muerte; no pasa así con las muertes trágicas que nos deja el mal sabor del desamparo y de lo imprevisto.


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Un duelo es un proceso y como proceso pasa por diferentes etapas. Si esas etapas no se cumplen, se saltan, se ignoran, simplemente estamos posponiendo el final de ese proceso; es decir, su curación. No hay nada más normal que el llanto cuando hemos tenido una pérdida, también la rabia, la impotencia puede aparecer, incluso, la negación. Pero no podemos quedarnos en ninguna de esas etapas. Hacerlo no solo es perjudicial para nosotros, sino también para nuestro entorno. La sanación, entonces, viene con la inevitable aceptación. ¿Qué cuánto tiempo dura cada etapa? El que tenga que durar. Lo importante aquí es que llegue el momento que puedas hablar de eso sin rabia, sin rencor, como un suceso en tu vida: soltar...

Al leer la historia anterior, que debo decir es real, nos damos cuenta de los errores que cometemos con el duelo. Si bien es cierto que en ese momento, muchos de nosotros vamos a querer estar solos "para lamer nuestras heridas", también es cierto que nuestro entorno en fundamental para sacarnos del "hueco" en el que podemos caer. No podemos permitir que la gente se aísle, que se hunda más, que se regodee en el dolor, porque luego será más difícil sacarla de ese estado.


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Decía anteriormente que cada etapa tiene su tiempo. Debes respetar ese tiempo. La idea tampoco es que le digas a alguien que ha perdido a su hijo que deje de llorar. Llorar es válido en ese momento, también es bueno. Lo que debemos hacer es acompañar, conversar, ayudar en el proceso, hacer ver al otro que las pérdidas existen y que tal vez tengan un propósito, aunque seamos incapaces de verlo en ese instante.

Así que la próxima vez que pases por un duelo o en tu entorno exista alguien padeciendo una pérdida, seamos amables con ese sufrimiento, pero tengamos presente que no puede ser un estado en el que nos pongamos a vivir. No tenemos otra opción que levantarnos, salir de esa tristeza y seguir. Bonita vida para todos, amigos.


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HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS

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Gracias por compartir este tema tan difícil, asimilar la muerte es proceso que tiempo y cada quien lo asimila diferente, ser empáticos y saber acompañar en esos momentos es clave🦋

Es sumamente importante. El entorno es decisivo: tanto que puede ayudar a hundir o a salvar. Gracias por leer y comentar.

creo que no puede existir una situación más desgarradora que esta para una madre, no me imagino el dolor, sin embargo, muy a pesar de eso, la vida continua y vivir ese momento de duelo buscando el perdón y la aceptación como dices puede dar un rayito de luz al final del túnel. La contención de los seres amados es vital para superar un proceso de duelo.

Gracias por esta reflexión 🙏

@tipu curate 3

Lo más triste es que esta historia es real y que, evidentemente, el entorno no hizo su papel. Esta madre se sumergió en la tristeza y nadie hizo nada para sacarla de allí. Una ayuda profesional también hubiese servido, pero... Agradecida con tu comentario, @miriannalis. Saludos