_{Esto fue escrito escuchando la canción: I'm ln here de Sia. Mi vista está nublada, las gotas que caen de mis ojos se perfilan de un color rojo espeso endémico.}

El contrato nuevamente ha llegado. Dimitri ríe fumando un maldito cigarro y yo tengo que firmar como un pedazo de trapo que le usan para trapear, el que le desechan y le bañan con un tono de pintura negra. Zorra, esa es la palabra que se escucha de los cabrones cuando tengo que abrir las piernas.

Los trozos de la vasija de porcelana están en las manos que tocaron mi cuerpo, las que dieron un par de euros, y que emplean el enjuiciamiento de mi alma.

Maltratada, pisoteada o marchitada, ¡llámenle como quieran! Lo único cierto es que estoy llorando por dentro.

Tomé con obediencia la pluma que terminaría de ahogarme en un barco que se hunde al punto más profundo del pacífico. No es que comprara un boleto para el Titanic, es peor que ello. Una guillotina que pasa por mi cuello.

El infeliz gritó: —Apúrate ramera.

El labial rojo resonó en mi boca a pesar de estar cosida por el miedo, así fue que las ganas de replicarle se extinguieron. La tensión era amplia, el pavor me dominó y lo único que pude emplear fue sumisión. Sonreí para calmarlo y le respondí: —No te preocupes, voy a firmar.

La sonrisa salió de nuevo.

“Cada espina se incoó en mi piel”.

No hay purgas, no existe nada en este pútrido burdel de mala muerte que me vende tras cámaras. ¿Por qué firme? La verdad es que soy una esclava.

“A la puta mierda la fama, nada me interesa”. Me gustaría decir estas palabras y no pensarlas, pero el rímel se corre a escondidas en la habitación antes de dormir, y al saber que no puedo escapar de esta extrajudicial sentencia.

Dimitri levantó el pedazo de papel y me indicó: —Recuerda sonreír esta noche. Trabajarás mucho hoy.

Cerró la puerta al salir de la oficina burlándose de mí.

Después de su respuesta respiré y sonreí para comenzar a escribir lo bien que me sentía a mis fans por Instagram. El contrato saldrá a la luz en un par de horas, que interesa que sea un poco antes. No sé si me arrepiento de haber venido a Navarra, no sé si abandonar Cartagena fue la mejor opción y bañarme de tal inmundicia por fama.

Lo seguro es que este grillete me tiene atada. En los días de semana una actriz única y los fines de ella una golfa.

El tiempo corrió hasta que las horas se esfumaron y los minutos desaparecieron para declarar con veracidad que no existe marcha atrás. La máscara fue colocada para que pudiera salir en la noche a la escena de teatro. Los aplausos se hacían sentir y el hotel estaba repleto de morbo; uno que asquea, da ganas de vomitar y hace que la piel se rasgue.

Ante la asfixia mi único refugio fue el alcohol.

De cerca se ven los políticos, a un lado los mafiosos y uno que otro hombre rico. Todos dispuestos a dar una fortuna para tener una revolcada con la gran actriz: por mí. La fiesta, el champán, el vino, el whiskey y el ron emanan su olor por todo el pútrido lugar donde las miradas se centran en cada paso que doy.

El mesonero me preguntó: —¿Se siente bien? ¿Necesita algo? ¿Le puedo ayudar?

Le respondí: —A escapar.

Él me miró sorprendido, no entendía nada, hasta que salió Dimitri repentinamente a hacer la gran subasta de la noche donde el premio por la mejor oferta era yo.

Sí, yo la que sería vulnerada, la que tendría que ser ultrajada y puesta en las manos de cualquier enfermo que hiciera conmigo lo que quisiera. Este era uno de los precios de mi fama, esa bañada en inmundicia por viejos asquerosos, hombres infieles y vírgenes que no sabían nada de sexo.

Estaba rodeada de enfermos.

El mesero al escuchar la aberración me susurró: —Tenemos que llamar a la policía.

Le indiqué al poner la copa vacía en la bandeja en sus manos: —No hables si no te puedes proteger, esas palabras te pueden costar la vida; así como a mí.

Entre ello resonaba: —Que comience la subasta, ¿quién da 10.000 mil euros? Vamos 20.000 mil euros, tenemos 30.000 mil euros, ¿quién oferta más? Gritaba Dimitri con alevosía, mientras que la suma aumentaba rápidamente. Puto dinero de mierda, está tan sucio.

Yo soy la única vendida cada semana.

“Mañana será otro día e iras a grabar, no tienes que recordar.” Esto era lo que dibujaba mi mente inmersa con miles de pensamientos una y otra vez. De repente se escuchó: —Medio millón de euros.

Dimitri: —¡Medio millón de euros a la una, a las dos y a las tres! ¡Vendida! ¡Tenemos al gran ganador de la noche, salud por ello señores!

El loco fue un viejo asqueroso sin cabello, que largaba la baba y se limpiaba con un pañuelo al hablar. Era uno de esos políticos sucios de Uruguay que infunden la pobreza y saquean las arcas para venirlas a gastar en Europa.

El mesero nuevamente se acercó: —Señorita, la ayudaré a escapar.

—Venga conmigo, no tiene por qué hacer esto.

Un hombre inocente que no sabe nada y menos del dolor que llevo por dentro. De ese lastre que inhibe mi corazón, lo achica y sopesa inclusive por la pérdida de mi identidad. Ellos lo tienen todo, pero aun así decidí huir a escondidas con el mesero.

Siempre me arrepentiré de ello.

Dimitri gritó al verme cruzar la puerta de la salida: —¿A dónde vas perra? Atrápenla. Ordenó a sus fieles lacayos.

No sé cómo me vio, comencé a correr como loca. Los tacones estorbaban en mis pies y me los quité, mientras tanto el mesonero estaba prendiendo el auto con el que escaparíamos. Me monté en ese carro, pero la verdad es que más duré al subir que en lo rápido que se acabó la ilusión.

Un sonido se escuchó, era el de una bala y cuando miré al mesonero que me ofreció ayuda, mi garganta se secó. El disparo le perforó la cabeza y la sangre estaba salpicada en el vidrio del carro. Volví a mirar con cuidado, había una foto familiar. Me volví a partir, soy menos que una vasija.

Al final no pude escapar, la violación ocurrió y una persona inocente murió sin que pudiera saber su nombre. El viejo largó toda la noche su asquerosa baba en mi cuerpo, y la mañana del día siguiente los golpes vinieron. No había propósito, lo entendí todo: yo era la culpable por mi ambición.

Entré al baño para escribir en mi cuenta de Instagram: Adiós a todos. Esto fue antes de rasgar mis venas con profundidad, y la hojilla me robase el aliento.

Giuliana
FIN

English

_{This was written listening to the song: I'm ln Here by Sia. My vision is cloudy, the drops falling from my eyes are outlined in an endemic thick red color.}

The contract has arrived again. Dimitri laughs smoking a fucking cigarette and I have to sign like a piece of rag they use for mopping, the one they throw away and bathe with a shade of black paint. Bitch, that's the word you hear from the fuckers when I have to spread my legs.

The pieces of the porcelain vessel are in the hands that touched my body, the ones that gave a couple of euros, and that employ the prosecution of my soul.

Battered, trampled or withered, call it what you will! The only thing certain is that I'm crying inside.

I dutifully picked up the pen that would end up drowning me on a sinking ship at the deepest point of the Pacific. It's not that I bought a ticket to the Titanic, it's worse than that. A guillotine going around my neck.

The wretch shouted: Hurry up, whore.

The red lipstick resonated in my mouth despite being stitched by fear, so the desire to reply to him was extinguished. The tension was wide, the dread dominated me and the only thing I could employ was submission. I smiled to calm him down and replied: "Don't worry, I'll sign."

The smile came out again.

Every thorn in my skin.

There are no purges, there is nothing in this putrid, sleazy brothel that sells me behind cameras. Why Dimitri held up the piece of paper and said, "Remember to smile tonight. You will work hard today.do I sign? The truth is that I am a slave.

Fuck fame, nothing interests me. I'd like to say these words and not think them, but mascara runs sneakily in the bedroom before bed, and knowing that I can't escape this extrajudicial sentence.

Dimitri held up the piece of paper and indicated to me: "Remember to smile tonight". "You will work hard today."

He closed the door on his way out of the office mocking me.

After his answer I breathed and smiled to start writing how good I felt to my fans on Instagram. The contract will be out in a couple of hours, which I hope will be a little sooner. I don't know if I regret coming to Navarra, I don't know if leaving Cartagena was the best option and bathing in such filth for fame.

What is certain is that this shackle has me tied down. On weekdays a unique actress and on weekends a slut.

Time ran until the hours vanished and the minutes disappeared to declare with truthfulness that there is no turning back. The mask was placed so that I could go out into the night to the theater scene. The applause was felt and the hotel was full of morbid curiosity; one that disgusts, makes you want to vomit and makes your skin crawl.

In the face of asphyxiation, my only refuge was alcohol.

Up close you can see the politicians, on the side the mafiosi and one or another rich man. All willing to give a fortune to have a fuck with the great actress: for me. The party, the champagne, the wine, the whiskey and the rum emanate their smell all over the putrid place where looks are focused on every step I take.

The waiter asked me: "Are you all right? Do you need anything? Can I help you?"

I replied: "To escape."

He looked at me in surprise, he didn't understand anything, until Dimitri suddenly came out to make the big auction of the night where the prize for the highest bid was me.

Yes, I was the one who would be violated, the one who would have to be outraged and put in the hands of any sick man who would do whatever he wanted with me. This was one of the prices of my fame, that bathed in filth by filthy old men, unfaithful men and virgins who knew nothing about sex.

I was surrounded by sick people.

The waiter hearing the aberration whispered to me: "We have to call the police."

I indicated as I placed the empty cup on the tray in his hands: "Don't speak if you can't protect yourself, those words can cost you your life; just like me".

Among them it resounded: -Let the auction begin, who gives 10,000 thousand euros? Let's go 20,000 thousand euros, we have 30,000 thousand euros, who bids more? Dimitri shouted with malice aforethought, while the sum was rapidly increasing. Fucking shitty money, it's so dirty.

I am the only one sold every week.

Tomorrow will be another day and you will go to record, you don't have to remember. This was what was drawing my mind immersed with thousands of thoughts over and over again. Suddenly it was heard: "Half a million euros".

Dimitri: "Half a million euros going once, going twice and going three! Sold! We have the big winner of the night, cheers to that gentlemen!"

The madman was a filthy old man with no hair, who drooled and wiped himself with a handkerchief when he spoke. He was one of those dirty politicians from Uruguay who infused poverty and plundered the coffers to come and spend them in Europe.

The waiter again approached, "Miss, I'll help you escape."

"Come with me, you don't have to do this."

An innocent man who knows nothing and less of the pain I carry inside. Of that ballast that inhibits my heart, shrinks it and weighs it down even for the loss of my identity. They have everything, but I still decided to run away secretly with the waiter.

I will always regret it.

Dimitri shouted when he saw me crossing the exit door: "Where are you going bitch? Get her!" He ordered his faithful lackeys.

I don't know how he saw me, I started running like crazy. The heels were in the way on my feet and I took them off, meanwhile the waiter was starting the car with which we would escape. I got in that car, but the truth is that I lasted longer getting in than I did in how quickly the illusion was over.

A sound was heard, it was the sound of a bullet and when I looked at the waiter who offered me help, my throat went dry. The shot pierced his head and blood was splattered on the glass of the cart. I looked again carefully, there was a family photo. I snapped again, I am less than a vessel.

In the end I could not escape, the rape happened and an innocent person died without me knowing his name. The old man spit all night his disgusting drool on my body, and the next morning the blows came. There was no purpose, I understood everything: I was to blame for my ambition.

I went into the bathroom to write on my Instagram account: Goodbye everyone. This was before I ripped my veins deep, and the blade stole my breath.

Giuliana
THE END

Fuentes |Sources: Nicolas Ladino Silva| Unsplash | The blowup | Unsplash| Ed Leszczynskl| Unsplash | Dasha Yukhymyuk| Unsplash .

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