EL LICOR DESPIERTA EL HAMBRE Y QUITA LA PENA

Saludos a mis amigos de Hive, hoy he cambiado mis ideas, para dedicarme a rememorar las navidades pasadas, gracias a una iniciativa de reír es gratis, me pareció muy interesante contar las anécdotas navideñas, los cuales son muchas en mi caso, espero lo disfruten y se entretengan un rato dibujando una sonrisa en sus labios.

Todo lo que contaré sucedió en épocas navideñas muchos años atrás, especificar la fecha exacta es muy difícil, pero tal cual recreare los hechos.

Visitamos una amiga de mi esposa, vivía en un apartamento y en ese tiempo tenían problemas de agua, cosa extraña de ver en esa época, pero cotidiano hoy en día, compartimos una cena amenizada con una botella, actualmente no bebo, analizando todos mis anécdotas puedo entender porque Jajaja.

En ese hogar vivía ella con sus tres hijos y su papá, un señor mayor que ya no está en este plano, llegó la hora de dormir y mi esposa e hijas, se fueron a dormir en un cuarto, yo me quede en la sala en un colchón inflable, el calor no me dejaba conciliar con el mundo de los sueños, entonces decido bañarme.

Entro al baño y había una pipa, busque con que echarme agua y en una esquina vi un perol blanco, lo agarre y me refresque de lo más tranquilo, el licor mantenía reseca mi garganta por lo que unos sorbos, se pudieron haber colado.
Me medio seque y me acosté a dormir como un bebé, en la mañana se despiertan todos y nos sentamos a desayunar, le cuento a la dueña de casa lo que hice para poder descansar.

Ella me pregunta que con que me eche agua, ya que lo que ella utiliza esta en el cuarto del olvido, le dije que agarre el perol blanco que estaba en la esquina, su comida salió por la boca disparada debido a un ataque repentino de risa, cuando se calmó dijo que ese perol era el que utilizaba su papá para orinar.

Esta demás decir que se rieron mucho todos los presentes, pero algo si me quedo claro, un baño con orine no mata a nadie, aún estoy aquí Jajaja.

En otra ocasión estaban en la casa haciendo las hallacas, yo me encargue de comprar los ingredientes y todo lo necesario para la cena, por lo que estaba libre de responsabilidad ese día que generalmente utilizo para compartir con mis amigos de la infancia, vienen de distintos lugares y compartimos anécdotas y juegos.

No hicieron almuerzo en mi hogar por el trajín que tenían con la preparación, no me importo y seguí en la calle jugando y tomando, a las cuatro de la tarde empezaba el estómago a quejarse. Un amigo de la infancia nos invita a su negocio, era una tasca restaurant pequeña, jugamos dominó, barajas, escuchábamos música y por supuesto las cervezas que no faltaban en esos tiempos.

Me da la confianza de que yo entre y busque las cervezas, fue imposible notar que tenía una olla muy grande con una sopa de pescado, que según me enteré después que era para pasar el primer día del año, no me resistí y un sorbo se dejó colar, volví a buscar las cervezas y una presa se dejó comer y así sucesivamente, me ofrecía voluntariamente para buscar las cervezas, hasta deje de jugar.

A medida que el licor hacía efecto más comía de la olla, llegaron las nueve de la noche y me fui a bañar y vestir, en realidad solo logre el baño, me quede dormido con los pantalones en las rodillas, al despertar ya habían dado el cañonazo.

Unos días después escucho decir que el amigo de la tasca no quería volvernos a ver por allá, porque la sopa que tenía para recibir su familia, se puso piche porque alguien que posiblemente conozco y que no quiero decir quién es, la sopeteo.

En otra oportunidad me invitan a un matrimonio, como andaba tomando decidí llegar temprano, era en casa de mi comadre, me recibieron y habían muchos niños, la mesa estaba repleta de comida, hallacas, bollos, tortas, dulces, frutas, chocolate, pasapalos, nunca había visto algo tan atractivo, antes cuando bebía me gustaba comer (ahora no bebo pero como más) dicho de otra manera aun soy un peligro en potencia Jajaja.

Se les ocurre la maravillosa idea de dejarme cuidando la mesa, para que los niños no le metieran mano, mientras ellos iban a la prefectura a presenciar el matrimonio y me dieron una botella de ron para que no me aburriera mientras esperaba.

Sin darse cuenta le echaron leña a la candela Jajaja, yo venía de tomar cerveza y demás está decir que me prendí rápido, los niños pedían un pedacito y yo comencé con darles un dulcito para ellos y una hallaca para mí, luego una fruta para ellos y un bollo para mí, mientras más se tardaban en regresar más reacomodaba la mesa para que no se viera el faltante.

Entonces cuando me di cuenta que debía deshacerme de la basura que había causado, vi un tambor plástico en una esquina lo destape y allí lance todo, llegaron los recién casados y nos fuimos al patio donde estaban las mesas, ya yo no quería más nada, estaba full de comida y licor, me invitan a quedarme durmiendo y decido irme en plena fiesta.

Veinte días después voy de visita a casa de mi comadre y me cuentan que días después del matrimonio, la cocina se impregnó de un mal olor, echaban ambientador, limpiaban con desinfectante y cloro, pero no se iba el mal olor, se les ocurre destapar el perol plástico que tienen allí sin uso y había una lluvia de gusanos en un poco de hojas de hallacas.

Me preguntaron que si fui yo, y apele por la laguna mental que causa el licor, luego hice referencia a los niños que son muy inventores, al final la culpa queda en duda hasta el sol de hoy que confieso mi pecado.

Como reflexión final puedo decirles que en aquellos años qué ocurrió esto, no había crisis económica, había abundancia por todas partes, imagínense que hacia eso teniendo, ahora que no tengo soy una amenaza latente Jajaja, pero ya no tomo pertenezco a una iglesia donde cambie mi perspectiva de vida, todo esto quedo para mi historia personal, existen muchos anécdotas más pero no voy a escribir una enciclopedia Jajaja.

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Todas las fotografías son de nuestros álbumes familiares, tomadas en distintas épocas por diferentes celulares o cámaras fotográficas, algunas están en nuestras redes sociales.