Escuchando el podcast del comunicador y líder mindful, Ismael Cala, titulado “D’mente positivo” me topé con una entrevista encantadora que me dejó reflexionando al respecto. La entrevistada fue Adelaida Nieto, una actriz, líder, defensora de derechos humanos con una trayectoria amplia contribuyendo al sector social en países como Colombia y Costa Rica, quien actualmente a sus 62 años, se desempeña como voluntaria del Arte de Vivir, su programa en prisiones en Costa Rica.

Sin duda, esto último fue lo que capturó mi atención, puesto que se necesita un nivel de consciencia muy elevado para trabajar con los prisioneros apartando los juicios y con la convicción de que puedes aportar un grano de arena al acercamiento de su Ser, que se manifieste en arrepentimiento y verdaderos cambios en su conducta.

En especial, comentaron una sesión en la cual Ismael Cala estuvo presente, colaborando en el proceso, donde fue inevitable que al final de la actividad, todos terminaran llorando, arropados por un estado de presencia y reconocimiento en el prójimo.

En la fundación “El Arte de Vivir”, Adelaida se encarga de visitar las cárceles de Costa Rica incentivando el mejoramiento de los privados de libertad y en sus años de experiencia, platicando con ellos, ha descubierto un factor importante que muchas veces olvidamos como individuos y es el trato que brindamos al prójimo. Un preso le comentaba como siempre se dirigían hacia él a través de insultos, con desprecio y, justo recordaba como alguien lo empujó e insultó sin permitirle hablar o siquiera pronunciar una disculpa, lo que impulsó ese secuestro emocional que lo llevó a cometer el crimen. Entonces, ella analizaba como esas actitudes se forman como un círculo vicioso en la sociedad, como una cadena que termina en hechos violentos.

A lo que vino la siguiente pregunta:

¿Formas parte de la cadena de la agresividad o formas parte de la cadena de la serenidad? 🤬😊

Por ejemplo, cada vez que llenamos de insultos a alguna persona o le gritamos frases hostiles, aún sin hacerle daño físico estamos agrediéndole y eso puede impulsarle otras conductas reactivas a la persona agredida si esta no ha desarrollado los recursos necesarios para manejar este tipo de conflictos.

Ante cada situación, es necesario aprender a identificar de qué manera hemos podido contribuir indirectamente a que algo sucediera, tomando en cuenta como todos estamos conectados, seamos conscientes de ello o no.

No quiere decir que somos “culpables” de lo que realiza otra persona, se trata de asumir con responsabilidad cada una de nuestras expresiones, observarlas y modificarlas en caso de que no estén contribuyendo realmente a mi bienestar, paz y prosperidad ni a la de mi entorno.

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A mí me parece una excelente pregunta para realizar una pausa y ponerle la lupa a mis palabras, gestos, actitudes y observar de cual cadena estoy formando parte en cada situación de mi cotidianidad.

¿Qué opinas de esta pregunta? ¿Te parece útil? Si te la has realizado antes o al contrario, no la habías pensado, me gustaría conocer tu opinión en los comentarios.