Suele ocurrir que cuando las personas están en un buen momento no piensan en los momentos que ya no esté tan bien como ahora. Porque va a pasar. Nada es permanente, así como las cosas buenas pasan, también las que no lo son tanto.
Es una grave problema este, porque una vez que se esta en el mal momento, es que se piensa "si hubieses hecho esto o aquello no estaría así ahora", pero la verdad es que suele ser tarde, al menos para ese momento en particular, lo lógico sería que de eso se aprenda para no volver a repetir lo mismo.
La vida es cíclica, la historia en sí también lo es, pienso que no debemos hacer caso omiso de esto particularmente, ya que si lo perdemos de vista, seguro que estaremos luego en una situación más complicada, en la que no deberíamos luego quejarnos de nada, ya que el único responsable de eso seríamos nosotros mismos.
En el punto que la vida se quiebra, para muchos, suele ser el momento en el que las personas empiezan a analizar lo que hicieron mal, y no digo que eso sea malo, porque de hecho es recomendable hacer constantes evaluaciones, pero que no sean cuando entramos en crisis, sino precisamente que sean para evitar estar en ellas.
He conocido a muchas personas que en el momento que se ponen las cosas difíciles menos capacidad tienen para pensar, no quieren luego aceptar que si están en tal situación es porque no hicieron lo que debían cuando debían hacerlo, y ya luego les corresponde es aceptar su culpa y su responsabilidad, sin embargo, muchas veces no lo hacen, empiezan a ver hacia afuera para buscar culpables.
Además se ponen de mal humor, no saben controlarse en lo absoluto, lo que les lleva a que todo se vea más turbio, y que además no se consigan soluciones rápidas a la situación, si es que acaso las hay. Por lo tanto, mantener la calma, dentro de las posibilidades es trascendental para poder sacar provecho a la situación que se nos presenta.
Pienso que hacerse responsable de esta realidad, controlar las emociones y comportarse de la mejor manera cuando las cosas se ponen difíciles es la mejor manera de saber que cuando las cosas mejoren estaremos también nosotros mucho mejor, más serenos, y además listos para progresar cuando el viento ya sople a nuestro favor.
Estoy de acuerdo contigo, la mayoría de las veces siempre tendemos a olvidar cómo luchamos en los malos momentos cuando llega el buen momento.
Buen escrito querida.