--
Un árbol de misterioso fruto.
--
Vi por primera vez este árbol en octubre de 1968, cuando empecé a cursar primer año de bachillerato en el liceo Juan Germán Roscio, y me llamó la atención, por estar a los flancos de la entrada principal.
En mi vida solo me he encontrado esos árboles es en este lugar, y esta mañana decidí llegarme a sus instalaciones, para tomar varias fotografías, con el objetivo de dar a conocer un poco este árbol de extraño fruto, como escribí al principio.
Se trata de un fruto bastante redondo y de mucho peso pues al tomarlo entre las manos, sentí más de un kilo en una unidad que se había desprendido.
Nunca deja de estar cargado, ni siquiera durante los veranos más inclementes.
A lo largo de la existencia, he investigado con la intención de saber su nombre, pero las opiniones son muy disímiles, y los nombres que me dan son muchos, pero he anotado algunos, que son: coco é mono, níspero australiano, mamey, bola de león y taparón.
He seguido con la duda y la imprecisión, y esta mañana en la dirección del plantel, una profesora me contestó de forma cortante y contundente, que se llama taparón.
Taparón es un aumentativo de tapara que, a su vez, es un totumo. Pero este árbol no es taparo ni totumo.
Cuando trabajé en este liceo en el 2004, la profesora Ninfa Delgado me dio otro nombre, pero lo olvidé.
En cuanto a su conformación, es como un níspero grande, y es húmedo. que no se come debido a que su sabor es soso y no tiene propiedades ni nutrientes.
La profesora Zulay Moreno, actual docente del liceo, me comentó que hace unos años un señor le pidió que le regalara 3 unidades porque, según él, es muy bueno para combatir la diabetes.
En algunas oportunidades he visto un árbol de estos totalmente cargado, y es un verdadero espectáculo.
En la parte derecha del liceo, entre la cancha deportiva y la entrada, hay como 4, y en la parte izquierda hay como 4 también.
No sirven para jugar bolas criollas porque, al caer en el suelo, se rompen de inmediato.
Parece una mata de níspero, pero no es. De los otros nombres me quedo con taparón.
Bendiciones de Dios, y que bendiga al liceo Roscio con estos árboles que causan admiración y curiosidad en los transeúntes porque el liceo queda en todo el frente del mercado libre.
Nota:
Gráficas tomadas por @lecumberre a través de su celular.