Está es Carmeliña,
una hoja de papel amarilla,
estaba llena de barro
y añoraba un cálido baño.
Preparó la tina
con agua y jabón sin medida,
consiguió una toalla
y se baño, sin pensar en nada.
Cuando salió de su baño,
sus ojos se habían manchado,
no podía mantenerse elongado,
se caída, estaba arrugado.
El sol vino en su auxilio,
lo secó, lo dejó listo,
cuando se miró en el espejo,
encontró, que era una hoja con rostro nuevo.
Tal vez no sabía como era realmente , pero el baño y el sol fueron sus aliados para descubrirse .
Espero ansioso saber de sus futuras fechorías.
Tan digna hoja, jamás hará fechorías, solo esperará la lluvia para homogenizar la tonalidad oscura 😁
Con ese antifaz que tiene ahora, el de hacer fechorías es el oficio que mejor le queda.