El Silencio se mueve || El Silencio is moving #Chronos

in Literatos2 years ago

Hoy prosigo mi serie de crónicas con un tema que no voy a adelantar, para evitar los spoilers. Esos momentos que se te quedan grabados de por vida, como si se tratara de una película de alta definición.

Today I continue my series of chronicles with a topic that I will not advance, to avoid spoilers. Those moments that stick with you for life, as if it were a high definition movie.


English version below!



chronos33.jpg

Los bloques de El Silencio fueron concebidos con una visión de integración al paisaje, a la naturaleza. Por eso cada uno de los edificios tiene una forma casi circular y en el medio tiene un amplio jardín que sirve de área de juego para los niños. También hacia ese jardín quedan las terrazas, con lavandero incluido y la cocina justo antes de estas, para que las madres puedan vigilar a sus hijos.

Esa es la vista hacia adentro. Hacia afuera, es decir, hacia la calle, también hay unos delgados balcones que le dan vistosidad al complejo y que sirven para que los habitantes puedan contemplar la calle, transeúntes y, sobre todo, la montaña, nuestro Ávila.

Mi vecino y amigo Rafael, es unos meses menor que yo, pero eso no fue inconveniente para pasar horas y horas jugando, ya fuera en la terraza, en el balcón o en la casa del otro (lo cual era muy común, gracias a la confianza y amistad de nuestros padres).

Sábado en la noche. No sé si mis padres habrían salido a algún lugar porque no logro recordar en qué momento fue que ellos aparecieron. Yo estaba en casa de Rafael y corríamos desde la terraza hasta el balcón, lo cual significaba atravesar todo el apartamento. La señora Gladys, la mamá de Rafaelito (así le decíamos todos), nos pedía silencio porque estaba alistando todo para poder ver con calma el Miss Universo (en el cual siempre destacaban las participantes venezolanas). A las 8 de la noche estaba anunciado y todos estaban pendientes del papel que tendría en esta edición, la aspirante venezolana, Mariela Pérez Branger, quien había obtenido el título de Miss Venezuela, apenas un mes antes.

En nuestra carrera, observábamos las matas de mango que había en la parte interna del bloque, desde la terraza. Pegábamos una carrera y terminábamos viendo los carros que bajaban por el callejón Peníchez, del lado del balcón. En el medio de nuestras risas escuchamos a la señora Gladys decir —¡Ahora sí se van a quedar tranquilitos, pues ya empezó el Miss Universo!— ¡Eran las ocho en punto de la noche!

Mi amigo y yo nos sentamos en el piso del balcón, cansados de nuestras carreras sin fin. Pero no habíamos terminado de coger aliento cuando un ruido muy fuerte empezó a retumbar en el ambiente. El sonido me recordaba el de un gran tractor, por lo que lo primero que hice fue asomarme a ver si había alguno bajando por la calle. Pero lo que pude ver es que todo se movía. Se movía el balcón, también la calle, el edificio Peníchez que estaba al frente se movía también. Al ruido incesante y creciente se sumaron rápidamente los gritos de las personas de los edificios y de la calle.

Apenas pude sentir a la señora Gladys que me tomó del brazo con una mano y con la otra a su hijo, cuando ya íbamos casi volando por las escaleras del edificio. A pesar de mi pequeño tamaño, a mis casi siete años de edad, lograba, con el apoyo de ella, bajar de cinco en cinco los escalones, lo cual era como descubrir que podía volar.

El tiempo, que es algo de lo que los niños no entienden mucho, perdió más aún su sentido en aquel escenario. Llegamos al patio interno del bloque y allí se habían concentrado la mayoría de las personas que habitaban el bloque 5, quienes corrían de un lado a otro, entre llantos y expresiones de susto.

Como dije antes, no sé en qué momento aparecieron mis padres y mi hermana, pues el tiempo se borró en medio de aquel caos, pero en el resto de mis recuerdos están ellos allí.

Durante cerca de cinco días el patio central del bloque se convirtió en nuestra casa, con carpas improvisadas y colchones ubicados en los pasillos. Todos atentos durante el día y la noche de lo que anunciaban las emisoras de radio, que entre historias y dramas daban los saldos que había provocado el más terrible terremoto de la ciudad de Caracas, el del 29 de junio de 1967.

Separador-Ylich.png

El-Silencio.jpg
El bloque 5 || Block 5

English version

The blocks of El Silencio were conceived with a vision of integration to the landscape, to nature. That is why each of the buildings has an almost circular shape and in the middle there is a large garden that serves as a play area for the children. Also facing the garden are the terraces, with laundry included, and the kitchen just before them, so that mothers can keep an eye on their children.

That is the view inside. Towards the outside, that is to say, towards the street, there are also some thin balconies that give the complex a nice view and that allow the inhabitants to contemplate the street, passers-by and, above all, the mountain, our Avila.

My neighbor and friend Rafael is a few months younger than me, but that was not an inconvenience to spend hours and hours playing, either on the terrace, on the balcony or in each other's houses (which was very common, thanks to the trust and friendship of our parents).

Saturday night. I don't know if my parents had gone out somewhere because I can't remember when they showed up. I was at Rafael's house and we were running from the terrace to the balcony, which meant crossing the whole apartment. Mrs. Gladys, Rafaelito's mother (that's what we all called him), asked us to be quiet because she was getting everything ready to calmly watch the Miss Universe (in which the Venezuelan participants always stood out). At 8 o'clock at night it was announced and everyone was waiting for the role that the Venezuelan aspirant, Mariela Perez Branger, who had won the title of Miss Venezuela, just a month before, would have in this edition.

In our race, we watched the mango trees that were in the inner part of the block, from the terrace. We would race and end up watching the cars coming down the Peníchez alley on the balcony side. In the middle of our laughter we heard Mrs. Gladys say, "Now you are going to be quiet, because the Miss Universe has already started!

My friend and I sat on the balcony floor, tired from our endless running. But we hadn't finished catching our breath when a very loud noise began to rumble in the air. The sound reminded me of a big tractor, so the first thing I did was look out to see if there was one coming down the street. But what I could see was that everything was moving. The balcony was moving, the street was moving, the Peníchez building across the street was moving too. The incessant and growing noise was quickly joined by the screams of the people in the buildings and in the street.

I could barely feel Mrs. Gladys grabbing my arm with one hand and her son with the other, as we were almost flying down the stairs of the building. In spite of my small size, at almost seven years of age, I managed, with her support, to go down the steps five by five, which was like discovering that I could fly.

Time, which is something children don't understand much about, lost even more of its meaning in that scenario. We arrived at the inner courtyard of the block and there most of the people who lived in block 5 had gathered, running from one side to the other, crying and expressing their fright.

As I said before, I do not know at what moment my parents and my sister appeared, because time was erased in the middle of that chaos, but in the rest of my memories they are there.

For about five days the central courtyard of the block became our home, with makeshift tents and mattresses placed in the aisles. Everyone was attentive during the day and night to what the radio stations were announcing, which between stories and dramas gave the results of the most terrible earthquake in the city of Caracas, that of June 29, 1967.


Fuente de las imágenes || Image sources [1] - Y del archivo personal || And from our personal album]


Crónicas previas // Previous Chronicles
El Silencio y la barbería / El Silencio and the barbershop (32)
Mi tía Isbelia / My aunt Isbelia (31)
Un Maestro con humor gallego / A Master with Galician humor (30)
Vivencias de un niño actor / Experiences of a child actor (29)
Un rascacielos de nueva vida / A skyscraper of new life (28)
Una pierna y dos historias / A leg and two stories (2/2) (27)
Una pierna y dos historias / A leg and two stories (1/2) (26)
México sí, México no / Mexico yes, Mexico no (25)
Un carro de dos Alemanias / A Car of Two Germanies (24)
Una mexicana, Uchire y estrellas / A Mexican girl, Uchire and stars (23)
Azores: un viaje en el tiempo / Azores: a trip back in time (22)
Un ángel en el caos / An angel in the chaos (21)
De cenizas y paseos / About ashes and walks (20)
La llorona / The weeping woman (19)
Humo en ti (Hipnosis 2) / Smoke inside you (Hypnosis 2) (18)
Fragilidad mental (Hipnósis 1) / Mental fragilty (Hypnosis 1) (17)
El falso dueño / The fake owner (16)
La mujer de mis sueños / the woman of my dreams (15)
Un evento teatral, un vuelo y París (Addendum) / A theatrical event, a flight and Paris (Addendum) (14)
Un evento teatral, un vuelo y París (3/3) / A theatrical event, a flight and Paris (3/3) (13)
Un evento teatral, un vuelo y París (2/3) / A theatrical event, a flight and Paris (2/3) (12)
Un evento teatral, un vuelo y París (1/3) / A theatrical event, a flight and Paris (1/3) (11)
El primer beso y las olimpíadas del amor / First kiss and the Olympic games of love (10)
Queso y vidrio: dos polos / Cheese and glass: two poles (9)
Stress laboral y una fiesta familiar / Work stress and a family party (8)
Un baile frenético / A frenetic dance (7)
Un combate berlinés / A Berliner fight #Chronos (6)
Magia en la poesía / Magic in Poetry (5)
Aprender ruso en Caracas / Learning Russian in Caracas (4)
El precio de tus recuerdos / The price of your memories (3)
Teatro, viajes y un nombre / Theater, trips and a name (2)
Catia y el azul / Catia and the blue (1)

Separador-Ylich.png

Este texto pertenece a mi serie #Chronos. Puedes leer más sobre la misma en Mis crónicas literarias. Si es de tu agrado este estilo y quieres sumarte a la creación de crónicas literarias, te invito a usar la etiqueta #chronos para la misma.

This writing is part of my series #Chronos. You can read more about it on My literary chronicles. If you like this style and want to join the creation of literary chronicles, I invite you to use the hashtag #chronos for it.


¡Clic aquí!


Descarga el poemario de @Ylich

"De la vida, la pasión y de la muerte"

¡Haz clic aquí!
Poemario-portada-mini.jpg

Separador-Ylich.png

If you don't have an account at Hive yet, I invite you to read my post My Hive Testimony || Mi testimonio Hive
Si aún no tienes cuenta en Hive te invito a leer mi publicación My Hive Testimony || Mi testimonio Hive

Ylich El Ruso

@ylich
http://ylich.com
https://sptfy.com/ylich

Sort:  


The rewards earned on this comment will go directly to the people( @ylich ) sharing the post on Twitter as long as they are registered with @poshtoken. Sign up at https://hiveposh.com.

Yo también viví un terremoto, maestro. Recuerdo que ese día no iba a la universidad, pero tenía taller de poesía a las 4 de la tarde y debía hacer un ejercicio que había dejado para el último momento. Todo el día había estado caluroso, extraño, húmedo. Estaba en el porche, tirada en el piso tratando de hacer el ejercicio, sintiendo las baldosas en mi espalda, cuando de repente sentí que todo se movía. Los gritos vinieron de la casa, pero también de la calle. Fue una locura. En esa oportunidad hubo muertos y un edificio colapsó. Pasé un mes sin clases y nunca hice aquel poema: un poema que se perdió también en los escombros de la memoria. Una excelente crónica. Abrazos

¡Esas son experiencias que se quedan en lo más profundo de cada uno de nosotros y cuando menos uno se lo espera, se convierten en una crónica, en un poema o en un revivir de la memoria!

¡Gracias por la visita y el comentario! 🥰

Amigo @ylich cuando viví en Caracas el año 2007 tuve la oportunidad de vivir alquilando una habitación del gran amigo Don Evelio Peña, en un apartamento en el Silencio, justo al frente de la Plaza Oleary, la considero como una zona muy céntrica, todo queda cerca, me iba caminando por toda la Baralt diariamente a mi trabajo en el Ministerio de Educación. Es una zona donde considero es donde pasa más el transporte público y muchos carros de toda Caracas, sin embargo viví en una gran tranquilidad. Hablar de la Urbanización Bloques de El Silencio, es referirnos a toda una historia caraqueña, a los sábados era una fija ir al mercado de Quinta Crespo, muy cerca. El Silencio es histórico para mi personas, incluso cuando me tocaba participar en Teatro acudía siempre a los cercanos a la Plaza Bolívar y a misa los domingo en la Iglesia Santa Teresa o a la Catedral. Gracias hermano @ylich por recordarme tan distinguida zona caraqueña, de mis gratos recuerdos, que en mis 70 años de edad que cumplí ayer en Cumaná, siempre lo tendré presente. Dispenseme por no haberme referido a tan mal momento el terremoto de Caracas, en esa época vivía en la ciudad de Maturín, consideróo que fue para ustedes, un evento muy aterrador.Éxitos en su publicación.

¡Qué alegría haber desatado todos esos recuerdos bonitos! No hay nada que disculpar, porque mi historia tampoco es un melodrama, son justamente esas memorias de lo humano (que tiene sus partes alegres y las tristes). Por el contrario, me alegra que hayan surgido esas líneas que complementan esta historia de la ciudad que amo.

¡Muchas gracias!

Así es hermano @ylich En un apartamento del Silencio viví por muchos años, su publicación me recordó esos momentos, Saludos.

Interesante relato @ylich, ese complejo residencial me gusta desde que lo ví la primera vez que visite a la ciudad de Caracas.

Sabroso su relato.

¡Qué bueno que te gustó! Sí, el Silencio es un lugar imponente, sin duda.

¡Muchas gracias!