En el año 2017 la notable tenista estadounidense Serena Williams (la menor de las dos hermanas) escribó un artículo en la conocida revista Fortune expresando: “Los ciclos de pobreza, discriminación y sexismo son mucho más difíciles de romper que el récord de los títulos de Gran Slam”
En esas palabras sintetizaba una lucha por romper con la desigualdad de género y de raza.
Agregando: en Estados Unidos las mujeres negras ganan un 37% menos que los hombres y un 17% menos que las blancas, lo que se traduce en que por cada dólar ganado por un hombre, las mujeres negras ganan sólo 63 centavos."
Ante una definición así huelgan los comentarios.
Y concluye: “las mujeres de color tienen que trabajar en promedio ocho meses más para ganar lo mismo que los varones en un año. No se trata de mí. Se trata de los otras 24 millones de mujeres negras en los Estados Unidos, y si nunca hubiera tomado una raqueta de tenis, sería una de ellas. No hay que tener miedo. Hay que reclamar por la igualdad de pago. Cada vez que lo hacen, le ponen las cosas más fácil a una mujer que viene detrás”.
Un dominio absoluto.
Con un dominio absoluto respecto a sus rivales del circuito femenino, Venus y Serena han dominado por años, alternándose respectivamente, el ránking de la Women Tennis Association (WTA) con total legitimidad.
Y lo han demuestrado con el tenis agresivo que las caracteriza logrando acaparse público con su carisma y simpatía.
Gira en los circuitos tenísticos una anécdota que señala que cuando eran pequeñas y recién comenzaban a hacer sus pasos en el llamdo "deporte blanco" su padre había desarrollado un sistema para hacer que sus defensas anímicas fueran invulnerables: al margen de la cancha mientras se entrenaban las insultaba de pies a cabeza con epítetos como "negras de..." y todos los insultos que el imaginario popular pueda descifrar cuando una persona con la piel oscura entraba a un reducto por años de puro y exclusivo dominio de los blancos.
Antes lo había sufrido Arthur Ashe, pero era un hombre. Más temperado.
Pero la verdadera precursora había sido lthea Gibson quien marcó un hito con el título de Roland Garros en 1956.
Cuentan los que han presenciado esos entrenamientos que las pequeñas al inicio lloraban y le pedían explicaciones al padre. Este nunca les dijo la verdad. Con el pasar del tiempo al final sonreían cada vez que escuchaban los improperios del padre.
Cuentan que una vez Venus, la mayor, en medio de una andanada de insultos por un error cometido se gira y le dice al padre sonriendo: "Ya está papá, no hace más falta". Estrategia terminada. El padre sonrió y nunca más las volvió a insultar.
A medida que el tiempo y los torneos pasaban las hermanas Williams se fueron imponiendo hasta llegar a tener un dominio abrumador sobre sus rivales, hasta llegar a ser dos jugadoras (casi) imbatibles.
La novedad no era cuando ganaban. Era algo descontado. La verdadera noticia era cuando perdían.
Los inicios.
Venus se decidió por ser tenista a los 10 años. Dio el gran salto en el circuito profesional en 1997 cuando fue invitada para disputar el Abierto de Indian Wells.
En ese momento ocupaba el puesto 211 del mundo y derrotaba a la croata Iva Majoli, quien en ese tiempo era 9na.en el ránking.
Eran en total cinco hermanas. Con las tres anteriores (las más grandes) el padre no había logrado coronar su sueño de transformarlas en grandes tenistas.
Con Venus y Serena se jugaba su última carta.
La consagración.
Meses más tarde llegó a la final del Abierto de los Estados Unidos perdiendo con Hingis.
Nacía una nueva estrella en el firmamento del tenis femenino mundial.
Serena apareció un poco más tarde, tal vez eclipsada por la fama de su hermana, aunque no tuvo inconvenientes a la hora de enfrentarse con las grandes estrellas y derrotarlas jugando un tenis casi idéntico al de Venus: fuerza, garra, potencia, convicción en la victoria.
El batacazo lo da en 1999 proclamándose vencedora del US Open con tan solo 19 años, y estableciendo un nuevo récord que rompía una barrera de 41 temporadas sin triunfos de mujeres de raza negra en los torneos de Grand Slam.
Era tan agresiva en su juego que después de ganar el Abierto de los EE. UU. afirmó que el tenis femenino que se jugaba hasta ese momento era aburrido y que le gustaría participar en alguna competencia masculina. Obviamente la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) se lo prohibió.
In 2017 the notable American tennis player Serena Williams (the younger of the two sisters) wrote an article in the well-known Fortune magazine expressing, "Cycles of poverty, discrimination and sexism are much harder to break than the record of Grand Slam titles."
In those words she summed up a struggle to break gender and racial inequality.
Adding: in the United States black women earn 37% less than men and 17% less than white women, which means that for every dollar earned by a man, black women earn only 63 cents".
In the face of such a definition, commentary is unnecessary.
And she concludes, "Women of color have to work an average of eight months longer to earn the same as men in a year. It's not about me. It's about the other 24 million black women in the United States, and if I had never picked up a tennis racket, I would be one of them. There is no need to be afraid. You have to demand equal pay. Every time they do it, they make things easier for a woman coming up behind."
An absolute domain.
With an absolute dominance over their rivals on the women's circuit, Venus and Serena have dominated the Women's Tennis Association (WTA) rankings for years, alternating respectively, with total legitimacy.
And they have demonstrated it with the aggressive tennis that characterizes them, managing to monopolize the public with their charisma and sympathy.
There is an anecdote in the tennis circuits that points out that when they were little and were just beginning to take their first steps in the so-called "white sport", their father had developed a system to make their emotional defenses invulnerable: on the sidelines of the court while they were training, he insulted them from head to toe with epithets such as "blacks of..." and all the insults that the popular imagination can decipher when a person with dark skin entered a stronghold of pure and exclusive white dominion for years.
Arthur Ashe had suffered it before, but he was a man. More tempered.
But the verdadera precursor había sido lthea Gibson quien marked a hito with el título de Roland Garros in 1956.
Those who have witnessed those trainings say that the little girls cried at the beginning and asked their father for explanations. He never told them the truth. As time went by, in the end they smiled every time they heard the father's expletives.
They say that once Venus, the eldest, in the middle of a barrage of insults for a mistake made, turned around and smilingly said to her father: "That's it, Dad, there's no more need for that". Strategy over. The father smiled and never insulted them again.
As time and tournaments went by, the Williams sisters became more and more dominant over their rivals, until they became two (almost) unbeatable players.
The novelty was not when they won. That was a given. The real news was when they lost.
The beginnings.
Venus decided to become a tennis player at the age of 10.
She made her big break on the professional circuit in 1997 when she was invited to play in the Indian Wells Open.
At that time she was ranked 211th in the world and defeated the Croatian Iva Majoli, who at that time was 9th in the ranking.
There were a total of five sisters. With the previous three (the largest) the father had not managed to crown his dream of transforming them into great tennis players.
With Venus and Serena the last card of him was played.
The consecration.
Months later she reached the final of the U.S. Open, losing to Hingis. A new star was born in the firmament of world women's tennis.
Serena appeared a little later, perhaps overshadowed by the fame of her sister, although she had no problems when facing the big stars and defeating them playing a tennis almost identical to Venus': strength, grit, power, conviction in victory.
In 1999 she won the US Open at the age of 19, setting a new record that broke a barrier of 41 seasons without triumphs by black women in Grand Slam tournaments.
She was so aggressive in her game that after winning the U.S. Open she stated that the women's tennis played up to that time was boring and that she would like to participate in some men's competition. Obviously the Association of Tennis Professionals (ATP) forbade her to do so.
Traducción al inglés efectuada con DeepL Translator..
English translation made with DeepL Translator..
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Sin dudar, Venus y Serena marcaron una época en el deporte blanco. Recordamos los saques demoledores de ambas, los cuales dejaban sin oportunidad a sus oponentes o las metían en aprietos cuando jugaban en pista dura. Asimismo, sus incansables físicos cuando peloteaban en tierra batida. Las mejores que hemos visto jugar desde la alemana Steffi Graf.
Gracias por traer esta historia a nuestro feed.
Respecto a sus saques, tan demoledores, me hacen rcordar a los de Martina Navratilova.
Leer esas declaraciones de Serena Williams solo hace que crezca más la admiración que ya le tenía a la gran tenista estadounidense. Dijo una verdad tan grande como un templo. Disfruté mucho leyendo el post porque soy admirador a muerte de esta gigante del tenis, creo que es la única mujer que es capaz de opacar mediáticamente hablando al "big three" (Djockovic, Nadal y Federer) y eso se lo ganó a pulso.
Sin lugar a dudas. Ser mujer, con la piel negra y ganar todo en un deporte blanco, es como se dice sacarse el sombrero.
Hay que tener una descomunal fuerza de voluntad. Y ambas la tuvieron. Y tal vez la sigan teniendo.