Aprendiendo a creer en nosotros

in #spanish6 years ago (edited)

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Existe una línea de vida en nosotros. Ahora estamos ubicados en el presente, hemos dejado atrás el pasado con muchas vivencias, experiencias y tenemos por delante el futuro como una hoja en blanco sin escribir, un lienzo sin pintar.

A veces nos preguntamos: ¿Cómo queremos que sea nuestro futuro? y muchas veces la respuesta es: "No lo sé, no tengo idea”. Lo normal es que sepamos decir lo que nos gusta y lo que no de nuestra vida en este momento, y si nos detenemos a pensarlo nos daremos cuenta también de lo que nos agradó o desagradó de nuestro pasado, sin embargo, es muy posible que la incógnita sobre lo que deseamos para nuestro futuro permanezca.

En general, desde pequeños nos enseñan multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en nosotros mismos, a ser autoeficaces, autónomos, a tener claro lo que queremos… la realidad es que, si en algún momento afloran estas cualidades, el medio puede tildarte de iluso o incluso de prepotente. Nos dicen que lo que hay que hacer es trabajar duro, sacrificarse y aceptar nuestro destino, mientras que aspirar a más es una pérdida de tiempo.

Este ha sido el credo del sistema educativo en el que la mayoría ha crecido, y que luego resulta en un futuro lleno de frustraciones y conformismo. Sin embargo, existe otra alternativa, la cual es ¡soñar!, trazarnos metas y objetivos más altos, aspirar a más y visualizarlo con base a aquello que deseamos alcanzar. Para ello, es importante establecer en qué lapso de tiempo aspiramos alcanzar los resultados, considerando la aparición de obstáculos y luego trabajar para alcanzarlo. Hacer eso nos puede ayudar a tener un futuro brillante.

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TODO DEPENDE DE LO QUE NOSOTROS CREEMOS

Lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de algunos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en práctica.

  • La zona de confort: Esta es la zona metafórica en la que estamos cuando nos movemos en un entorno que dominamos. Es la zona de las cosas conocidas y cómodas ya sean agradables o no para nosotros. Tenemos muchos ejemplos: la ruta que tomamos al trabajo a diario, las tareas que realizamos en el trabajo, las conversaciones de rutina con nuestra familia a diario que incluyen siempre las mismas preguntas o temas, nuestros hábitos, maneras de hacer las cosas, conocimientos, actitudes y comportamientos, todas estas situaciones son también parte de nuestra zona de confort PORQUE LAS CONOCEMOS Y SABEMOS QUÉ ESPERAR.
  • La zona de aprendizaje: Esta es la zona de desarrollo próximo (Vigotsky), que nos permite ampliar nuestra visión del mundo, cerrar la brecha entre lo que conocemos y lo que hay por conocer. Estamos interactuando en esta zona cuando aprendemos nuevos idiomas, visitamos lugares desconocidos, tenemos nuevas experiencias que nos llevan a enriquecer nuestra visión de la vida, cambiamos nuestros hábitos, aprendemos de otras culturas, o nos atrevemos a relacionarnos con nuevas personas. Esta es la zona donde observamos, experimentamos, comparamos, aprendemos... tal cual como lo hace un niño. Hay personas que transitan su zona de aprendizaje con pasión, en cambio, a otros les asusta y para evitarlo se mueven únicamente dentro de su zona de confort (para ellos es mejor evitar riesgos).
  • La zona de pánico: esta zona va más allá de nuestra zona de aprendizaje, aquí aparece un letrero gigante con luces de neón que dice “NO EXPERIMENTAR”. Aquellos que no quieren que la transites, que suelen ser los que nunca han traspasado el letrero, dicen que es la zona en la que pueden ocurrirnos cosas graves, es como el borde del mundo plano, y si continuas caerás en un abismo sin fin. Por lo cual, acá abundan las alarmas: "¡No salgas, que va a ser terrible! ¿Y si te sale mal? Todo depende del lente con que lo miremos, porque también hay personas que piensan de forma diferente y son los que dicen: "Ok, pero… ¿y si me sale bien?". Ellos no consideran esta zona como una de pánico sino como…
  • La zona creadora: Es la zona en la que nos pueden ocurrir cosas maravillosas, esas que aún no conocemos, porque todavía no hemos estado allí. Es la zona de los grandes retos. Hay personas que creen que si salimos de la zona mágica no podremos volver atrás, que nuestra zona de confort desaparece. Esto es falso, al salir lo que sucede, es que expande su zona de confort y de aprendizaje. Aquí es donde entendemos que el mundo no era plano, y que hay infinitas posibilidades de crecer.

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CAMBIAR NO SIGNIFICA RESTAR, SIGNIFICA SUMAR

El cambio es en realidad desarrollo, sin embargo, muchas veces nos paralizamos por tener miedo a lo desconocido, aunque en realidad es miedo a perder lo que tenemos o aún peor, a perder lo que somos. Aquí entran en combate dos fuerzas que constantemente nos halan de un lado a otro: La tensión emocional, la cual tirará de nosotros hacia nuestra zona de confort, alegando que lo que tenemos y somos ya es suficiente; y la tensión creativa, la que nos impulsa a avanzar hacia el exterior y nos permitirá caminar a lo nuevo, lo que está más allá de nuestras narices.

Es importante tener en cuenta que para poder avanzar tendremos que conseguir que nuestra motivación salga victoriosa frente a nuestros miedos. Nos toca por tanto desarrollar autocontrol emocional para no sucumbir ante el miedo que nos provoca salir de la zona de confort, miedo sobre lo que otros dirán, miedo a fallar, miedo al ridículo y a la vergüenza. Debemos aceptar y afrontar el miedo. Puede que nos preguntemos cómo podemos hacerlo, la respuesta es simple, aunque a veces subestimada: CREER EN TI MISMO.

Somos los protagonistas de nuestra vida, lo que no decidamos, probablemente lo harán otros por nosotros. Al gestionar correctamente nuestros miedos, crecerá nuestra autoestima y ésta nos dará una nueva visión de la realidad, llena de oportunidades. Así podremos elegir mejor nuestro objetivo, tener claro cuál es nuestro sueño, buscar qué nos motiva.

Luego, compararemos nuestro punto de partida con nuestro destino y es fácil que sintamos como si nos encogiéramos. Es normal, estaremos tomando conciencia de lo que nos falta por aprender. Nos será útil recordar nuestros orígenes, valores, principios y reflexionar sobre nuestra misión personal en la vida.

Para ayudarnos a mantener la tensión creativa, y no ceder a la tensión emocional, será conveniente que pensemos en nuestra visión personal: ¿Qué hay más allá de ese sueño? ¿Para qué queremos alcanzar nuestros sueños? Es nuestra tarea resolver todas las interrogantes que requieren una respuesta de nuestra parte para lograr el objetivo: los qué, por qué, para qué, cuándo, dónde y cómo, todos deben ser contestados por el quién… NOSOTROS.

En cuanto transformemos nuestros prejuicios limitantes, confiemos en nosotros y en nuestro sueño, entendamos por qué y para qué lo hacemos, habrá llegado el momento de pasar a la acción y dejar atrás la zona de confort. Experimentaremos el placer de aprender a perseguir nuestros sueños. Puede que al principio nos sintamos poco competentes y vulnerables, que pensemos que es arriesgado, pero ¡tranquilo, no pasa nada! Somos humanos y no lo sabemos todo, estamos aprendiendo. Lo que nos falta para comenzar a recuperar nuestra sensación de competencia, es volver a la zona de confort por los recursos personales que sin duda tenemos y que, con las prisas, olvidamos utilizar, tomemos los necesarios, tengamos paciencia con la preparación, confiemos en el objetivo trazado, preparemos bien la estrategia y seamos perseverantes y positivos. Y antes de lo que nos demos cuenta, nuestro sueño se habrá hecho realidad.

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final de post.png¡¡¡Felicidades!!!