“Uno de los pecados que más daño emocional, espiritual y físico hace al hombre como a la mujer es la práctica de la Fornicación y el adulterio. Donde sus efectos se ven posteriormente manifestados, afecta las emociones produciendo culpabilidad. Toda actividad sexual desordenado fuera del marco matrimonial es considerado pecado por Dios.”
Cuando la pareja es infiel afecta al vínculo matrimonial, pues trae sufrimiento en los hijos, hay sufrimiento en la familia. El hogar se destruye al alejarse de la observación de las leyes de Dios.
La Biblia en I Corintios 10:12 dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.
A Dios no le gusta las personas que caen en el pecado del adulterio y la fornicación. Él quiere que usted le honre, Él quiere que usted le dé la Gloria y dar la Gloria es que usted lo honre en Santidad, es que usted viva para Él, es que su cuerpo sea templo del Espíritu Santo, es que usted le diga, Señor si la Biblia dice que yo no debo adulterar, yo no voy a adulterar, yo prefiero agradarte a ti, bendecirte a ti, amarte a ti y serte fiel en todo. Amén!
Hebreos capítulo 13 y versículo 14 dice: “honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.
Si una persona fue adúltera en el pasado y se arrepiente de corazón, Dios lo perdona, pues Dios ama a todos sus hijos, pero tiene que estar verdaderamente arrepentido.