Sin duda durante navidad en todo vínculo familiar existen millones de anécdotas para recrearnos y como en esta oportunidad se trata de contar jocosidades o picardías decembrinas, aquí voy a ilustrar uno que surge a partir de la inocencia de todo niño.
Como ya sabemos los adultos alimentamos en los niños la ilusión, magia o fantasía de que alguien llamado Papá Noel, San Nicolas o Niño Jesús nos traen regalos en diciembre… Hace mucho tiempos cuando Venezuela era otra y mis padres podían disponer de sus ingresos para vestirnos y hacernos felices a mis hermanos y a mí, entre noviembre y diciembre hacían las fastuosas compras de comida, dulces, estrenos y regalos.
Recuerdo que cuando contaba con 10 años aún no tenía idea de quienes nos colocaban los regalos bajo el árbol de navidad, seguía con la idea de hacer la carta porque mamá decía que la hiciéramos y yo me inspiraba haciendo hasta dibujitos y confesando allí entre errores ortográficos mis faltas pero igual pedía porque yo era la única niña de la casa que merecía regalos.
Mi hermano mayor no le gustaba escribir nada y aun así recibía regalos, mis otros dos hermanos estaban más pequeños y les costaba transferir al papel sus ideas para escribir, siendo así me pedían ayuda fijándose de lo que en una hoja a parte les escribía para que se copiaran y pudieran hacer sus cartas con sus propias letras y dibujos.
Un día mis padres salieron y regresaron con unas inmensas bolsas negras metiéndolas en su cuarto, yo le pregunte a mamá porque se tardaron tanto y ella me respondió que estaban comprando cosas para mi abuela. Mi curiosidad era inminente y quería saber que había en las bolsas pero nunca se daba la oportunidad para curiosear. Mis hermanitos eran más osados y los invite a que fueran a averiguar, el más pequeño me dijo que no porque no teníamos permiso.
Desistí de la idea de curiosear y al pasar los días cerca de la navidad mis hermanitos me dijeron que las bolsas ya no estaban donde las habían dejado nuestros padres, eso quiere decir que ellos fueron a averiguar, me dijeron que esa bolsa habían desaparecido por mi culpa porque yo insistía en saber que había allí, me sentí muy triste e incómoda porque me culpaban de algo que yo no había hecho.
Entonces empecé a buscar en los otros closet de los cuartos hasta que halle las bolsas negras y las abrí, había cajas forradas de papel de regalo diferenciado por motivos y colores para niños y NIÑA. Viendo aquello les dije a mis hermanitos, fuimos y abrimos de nuevo la bolsa y aun pensábamos que eso no era nuestro, la tapamos y no hablamos más al respecto. ¡Llegó el día del gran engaño! y nos mandaron a dormir para que se hiciera la magia.
Entre ese estar dormida y despierta me moví de un lado y vi entre la penumbra a los pillines de mis padres colocando los regalos en la punta de mi cama y la de mi hermana menor. Cuando salieron del cuarto, me levanté prendí la luz y allí estaban los mismos papeles de regalo de la bolsa negra, incluso con una nota con letra y que distorsionadas que decía algo así como ¡nos vemos el otro año pórtate bien!. Creo que fue mi primer sentimiento de frustración al darme cuenta que ellos eran Don Regalón.
Abrí el regalo y era una Barbie Melocotón que yo quería y mis hermanos un kit de juego Ninja, mi hermano mayor recibió ropa interior y una pelota de futbol, desde entonces veía a mi mamá y papá en silencio haciéndoles creer que yo no sabía nada, yo veía que ellos eran felices viéndonos con los regalos y por eso nunca se los comente hasta los 12 años cuando le dije a mi mamá que yo sabía de dónde venían esos obsequios, ella me dijo que no les dijera nada a mis hermanitos, y yo le dije y ellos lo sabían antes que yo.
Hasta entonces recibimos regalo bajo el engaño del Niño Jesús, San Nicolás o Papá Noel ya los siguientes tiempos eran obsequio de artículos personales hasta que crecimos y se perdió ese sentido de obsequiarnos ahora somos nosotros los que les regalamos a ellos.
Mi sobria actualmente está en proceso de descubrir quien le trae los regalos, y esto lo sé porque ella todo me lo cuenta y me ha preguntado cosas como: ¿Titi tu cuando supiste quien era el Niño Jesús?, Eso de verdad existe?. Termino respondiéndole: ¿Qué crees tú, lo que te diga tu corazón eso es?, ella lo último que me respondió fue: ¡Si el niños Jesús o Santa no existe entonces es un engaño de mis padres!. Obviamente es algo que no me corresponde confesar, y toda esta suspicacia de ella surge tras el episodio de la última navidad.
El año pasado en la noche de navidad fuimos a su casa a compartir y días antes la mamá repitió la misma historia de la bolsa negra, el tema es que ella no la cerró y un día mando a la niña a buscar algo en el cuarto cerca de la bolsa y la niña vio uno de los regalo que era un kit de uñas para niñas. Ella no dijo nada porque pensó que era de su mamá para otra niña.
En la noche de navidad con el mismo cuento de anda a dormir una hora, al despertarla recibió en un lindo envoltorio que eran las mismas uñas entre otras cosas , y allí les dijo a sus padres: ¡Este regalo es el mismo que ví en tu gaveta mami y no es para que lo usen las mujeres es para niñas, ya tú lo habías comprado mami y no me dijiste!
jajaja eso pasa a medida que vamos creciendo la pregunta se va respondiendo sola 😉
Tal cual mi @devania ajajajaja 😃 Saludos feliz vispera de navidad
@tipu curate 2
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Ya te tuve que dar una pela traviesa. Yo tengo buena comunicación con los que colocan regalos pórtate bien porfa...para que te llegue algo. Es lindo me vengo enterando de esto. Creo que existen ya que es nuetsra inocencia yo quiero mi regalooooooo ja,ja,ja. Gracias por apoyar nuestro bello proyecto. Gracias amigos por pasar por el post de esta niña grande @evev.
La inocencia de los niños y la creencia en el Niño Jesús se va perdiendo con el paso del tiempo, al descubrir que son nuestros padres quiénes nos dejan los regalos. Yo también me di cuenta de esa manera. Saludos.
Etapa superada, esta historia continuará...ajajaja