Después del atentado terrorista a las torres gemelas en la ciudad de New York, el CEO de una empresa que tenía sus oficinas en una de las torres convocó a los empleados que lograron sobrevivir al ataque, para que contaran sus historias. Los empleados que quedaron con vida lo están por las razones más absurdas:
El director de Marketing llegó tarde ese día porque era el primer día de preescolar de su hijo.
Una de las recepcionistas llegó tarde porque su despertador no le sonó.
A otro empleado se le hizo tarde porque quedó encerrado en un embotellamiento en la autopista gracias a un accidente de tránsito.
Uno de los empleados de seguridad de la empresa se le pasó el autobús que lo llevaba a diario a su lugar de trabajo.
Otro tuvo problemas con su auto, que nunca arrancó esa mañana.
Otro tuvo un accidente mientras desayunaba en un Starbucks camino a la oficina, por lo que tuvo que devolverse a su casa a cambiarse de ropa.
Pero la historia más impresionante fue la de un hombre que ese día estrenaba zapatos nuevos. Tenía un viaje de 1 hora desde su casa hasta la oficina. Un tramo lo hacía en el metro y otro muy importante lo hacía caminando ya que también servía de ejercicio para él. Justo 7 cuadras antes, tuvo que parar en una farmacia a comprar una curita para colocársela en uno de sus pies ya que los zapatos nuevos le apretaban un poco y le produjo ampollas en uno de sus pies. Está vivo gracias a una curita.
Esto nos trae una linda reflexión. Cuando te retrases para una reunión gracias al tráfico, o cuando se te pase el autobús y llegas tarde a algún lugar y te desesperas, piensa lo siguiente: “Este es el lugar exacto donde debes estar justo en ese momento”. La próxima vez que tus mañanas sean una locura, no te frustres ni enojes, ESTÁS EN EL LUGAR CORRECTO.
