Voy a tocar a las puertas del alma y la voy a invitar a conversar conmigo, voy a compartir con ella el café que he recolado varias veces, la invitaré a desayunar con el recuerdo de lo que antes había; le voy a contar mis frustraciones y drenaré mi rabia, doblaremos rodillas en la fe, y saldremos con Dios en pos de la esperanza.
Tiempo de ordenar ideas, de pensadas acciones, de pisadas firmes, de enmendar errores, se acabó el tiempo de lo efímero, de sueños superfluos, que invirtieron las cosas, del mundo de lo ilógico, es tiempo de la unión, de caminar juntos con la ayuda de Dios, de escalar las verdades aun sin arnés, y salir del mal sueño donde el deber ser pasó a ser esperanza.
