Saludos!

Mis queridos steemians, aquí la segunda parte de esta historia de terror creada por mi, espero que sea de tu agrado.

Si no has leido la primera parte puedes hacerlo Aquí

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La escena era dantesca, cuatro cuerpos en posiciones algo sádicas y mórbidas, colocados estratégicamente en la sala de estar de la casa, ¿Pero qué demonios había sucedido aquí? ¿Qué rayos era lo que les sucedía a estos jóvenes de hoy en día? ¿Tal vez alguna nueva droga extraña los habría vuelto locos y se habrían matado unos a otros, pero eso no explicaba la posición en la que habían sido colocado los cuerpos, ¿Una secta satánica tal vez?

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Eso es más razonable, pues los cadáveres de los jóvenes se hallaban crucificados literalmente, pero de cabeza. Tenían señales de tortura, sus cuerpos habían sido golpeados y cortados múltiples veces. El detective Marcus Rivas tenía tanto por investigar y ni una sola pista, a excepción de la chica Mariel Griffin una adolescente de unos 22 años que se debatía entre la vida y la muerte, ella era la única sobreviviente de aquella terrible masacre. Mariel habría sido encontrada en la escena del crimen amarrada de pies y manos, la misma se encontraba visiblemente muy malherida, tenía golpes y marcas de cortes por todo su cuerpo, el lóbulo de su oreja derecha había sido desgarrado y tenía marcas de mordidas unas extrañas mordidas que no parecían humanas, parecían de animal, un animal muy grande. ¿Qué demonios era lo que había sucedido aquí? Estaba decidido a averiguarlo a como diera lugar, el detective encendió un cigarrillo y tomo una bocanada de humo que luego soplo lentamente mientras veía como se desvanecía en el aire.

-Cáncer, dijo la detective mientras entraba a la oficina. Morirás de cáncer, continúo diciendo.

-Algún día todos moriremos, incluso tú, le respondió el oficial Rivas.

La detective Lucy Chapman era una mujer de unos 34 años de edad de los cuales 12 de ellos se los había dedicado a su trabajo como oficial de policía del condado. Ella odiaba trabajar con el detective Rivas, pues pensaba que este era muy arrogante. Pero ya era tarde nuevamente les habían asignado un caso juntos, otra vez...

-Que tienes para mí? Pregunto el detective Rivas en un tono de superioridad.

-Primero: ¡No eres mi jefe!, contesto la oficial Chapman visiblemente molesta.

-Segundo: Mientras estemos en esta investigación, tendrás que comprender que toda la información que yo consiga incluyendo pistas, testigos y evidencia será de mi elección si la comparto contigo o no.

-Y tercero: ¡Apaga el maldito cigarrillo! Finalizo diciendo Chapman.

-Lo que faltaba, pensó Rivas.

Tenía que soportar a reporteros curiosos que querían saber todos los por menores del caso eso, por una parte. Por otro lado, también debía lidiar con los familiares de los jóvenes asesinados quienes se encontraban protestando a las afueras de la comisaria exigiendo justicia, también los habitantes del condado hablaban de formar una patrulla de vigilancia vecinal, lo cual no era bueno pues esto podría dañar la investigación que el realizaba. Y encima de todo esto, tenía que soportar que su compañera lo tratase de esa manera.

-De acuerdo, lo siento dijo Rivas.


-La chica, Mariel Griffin ha despertado, dijo la detective Chapman.


-¡Es necesario que hablemos con ella! Exclamo Sánchez brincando de su escritorio.


-No es tan sencillo, el doctor a cargo de Mariel notifico que está en estado crítico, no puede recibir visitas ni ser molestada hasta que su estado mejore.


-¡Pero ella es la única sobreviviente!, ¡ella nos puede decir que paso realmente en esa casa!


-Tendremos que esperar, dijo Chapman.

Más tarde ese mismo día, en la ciudad del vaticano…


-¿Estás seguro de que es él? Pregunto una voz carrasposa


-Lo estoy su majestad, no hay duda de que se trata de él, contesto el cura algo nervioso.


-Vera usted en el sitio se encontraron cuatro cuerpos crucificados de cabeza, con cortes y evidencias de tortura. Finalizo diciendo.


-Esto tiene que ser obra de él. Objeto el cura mientras el sumo pontífice lo miraba fijamente.


-BAAGNOR… susurro el sumo pontífice, mientras recordaba todo lo que sabía sobre este demonio.

Noruega, año 1920. En aquel entonces en las afueras de Bergen, existía un convento de monjas misioneras que habían dedicado su vida únicamente a Dios.
Sigrid, era una joven monja de esta orden. Ella no compaginaba mucho con el ritmo de vida que estas mujeres llevaban, de hecho, ella creía que estaba en el bando equivocado. Sigrid detestaba a dios y a todo aquello que lo representara y pronto lo iba a demostrar. La razón de su odio hacia dios y sus seguidores era debido a que Sigrid desde niña había sido abusada por diferentes sacerdotes, los padres de Sigrid, la abandonaron cuando ella apenas era un bebe, debido a esto Sigrid paso su niñez y adolescencia de refugio en refugio al cuidado de monjas y sacerdotes. Ella había tenido muy mala suerte y solo había adoptado un gran trauma y un odio enorme hacia lo religioso. Sigrid había perdido cuatro embarazos en su adolescencia y dos más en su adultez, estaba muy lastima, sentimental y físicamente. Sentía asco, tenía que hacer un esfuerzo enorme por disimular su repudio hacia todo aquello en cuanto a Dios se refería, pronto saldría de allí de ese maldito lugar, que solo era una cuna de suciedad y merecía ser destruido al igual que todos los templos hechos para adorar a ese Dios bastardo y falso.

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Sigrid sabía que si fallaba en lo que iba a hacer era su final, no podía fallar, necesitaba concentrarse pues la tarea que le venía era muy ardua y requería de temple.
La luna estaba en su máximo esplendor, una luz blanca parda bañaba la maleza que crecía en la montaña, Sigrid se desnudó y tomo el puñal con el cual a continuación cortaría su muñeca y derramaría su sangre en una copa dorada…

Mirando hacia la luna y con fuerza exclamo:

“O REX FORTI DOMINO MEO,
AUDIRE AD VOCATIONEM MAGNI REGIS
BAAGNOR! OBUMBRATION INVOCANT TE”

Sigrid sentía curiosidad por un viejo libro de demonios y hechizos que la madre superiora tenia escondido bajo llave, pues ella prohibía la lectura de cualquier libro ajeno a la biblia, tuvo que meterse a escondidas a su habitación y robarlo para poder leerlo. Cuando por fin tuvo acceso a el encontró algo que llamo su atención, la invocación de poderosos demonios era posible, si se seguían reglas estrictas y con las condiciones propias para ello, pues se requería casi siempre de algún fenómeno astral o de algún sacrificio.

La joven monja se fijó en la invocación de un demonio en específico, BAAGNAR quien había existido desde que dios había creado a los ángeles en el cielo y que pertenecía a la rebelión de satanás, BAAGNOR habría sido expulsado al infierno junto con satanás y los demás ángeles que se habían revelado contra dios. Sigrid se sentía muy identificada con este ente demoniaco ella sentía que debía llamarlo y así destruir todo vestigio de religión en la tierra.
Un fuerte viento frio golpeo la cara de Sigrid, quien de inmediato noto que no estaba sola, atrás de si escucho unos pasos con un sonido parecido a las pezuñas de un animal.

-¡Así que tú has decidido invocarme sucia ramera cristiana! Rugió el demonio.


-No soy cristiana,contesto Sigrid.


-¡Calla mortal, pagaras por tu insolencia!


BAAGNOR tomo a Sigrid por el cuello y la arrojó al suelo.


-¡Amo por favor no me lastimes!


-Me comeré tu alma. Replico BAAGNOR.

BAAGNOR abrió las piernas de Sigrid y comenzó a penetrarla con su enorme miembro, aquella escena era algo mórbida, pues el frágil cuerpo de Sigrid se estremecía violentamente con cada embestida que el animal le daba. Sigrid no resistía tanta tortura, pues ni todas las violaciones, ni todos los abortos que tuvo en su desdichada vida inducidos por “adoradores de dios” se asemejaban a aquello que estaba sintiendo. BAAGNOR era enorme y tenía una fuerza sobrenatural, Sigrid estaba siendo destrozada por dentro y moría lentamente, de repente BAAGNOR se detuvo se levantó y tomo el mismo cuchillo que la joven monja había utilizado minutos antes para invocarlo, fue allí entonces cuando Sigrid se dio cuenta del grave error que había cometido al invocar a semejante monstruo, entonces BAAGNOR comenzó a despellejarla lentamente, a veces hacia alguna pausa para devorar algún órgano…

Un grupo de monjas repetía al unisono:

Pater noster qui es in caelis,
Sanctificetur nomen tuum,
Adveniat regnum tuum…
(Padre nuestro que estas en los cielos,
Santificado sea tu nombre,
Venga a nosotros tu reino)

La madre superiora visiblemente afectada, miraba con terror el mensaje escrito con sangre en la pared del recinto. Ella sabía lo que eso significaba y no podía hacer nada para evitarlo, el mensaje estaba escrito en latin:

“Et non adprehendet”
(Dios no las salvara)

Ese mismo día mas tarde, la madre superiora se ahorco en su habitación…

Los residentes de aquel entonces vivían aterrados, pues se corría el rumor de una masacre en el viejo convento de monjas misioneras a las afueras del pueblo. La noticia, corría como pólvora se rumoreaba que los cadáveres de las monjas estaban esparcidos por todo el convento mutiladas violadas y unas incluso crucificadas de cabeza. Nadie quería salir de su casa después de las 4 de la tarde. Los residentes de Bergen estaban aterrados. Por aquella época se reportaban constantemente la desaparición de niños, niñas y mujeres quienes luego aparecían crucificados de cabeza como si se tratara de la obra de algún sádico asesino en serie.

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Mariel abrió los ojos, se sentía mareada.

-¿Estoy muerta? Pensó… mientras miraba a su alrededor.

-No lo estas, le dijo una voz al fondo de la habitación.

Mariel se asustó, estaba nerviosa y temblaba.

-Escucha, sé que estas afectada, se lo que te sucedió, sé que tienes miedo, pero debes prestarme atención y oírme.

-¿Quién eres tú? Le pregunto Mariel a aquel extraño sujeto.

-Ya lo sabrás, antes dime algo, ¿Qué te dijo? ¿Porque te dejo vivir?

A la mente de Mariel vinieron imágenes aterradoras, de almas gritando y quejándose en un infinito lago de fuego.

-Se llama BAAGNOR, y tú y tus amigos lo invocaron y por lo general, nunca deja vivir a quien o quienes lo invocan así que dime, ¿dijo algo antes de irse?

-Señor por favor déjeme en paz. Dijo Mariel

Walter Schweiser era uno de tantos misioneros del vaticano que se encargaba de investigar cazar y eliminar a estos entes demoniacos que en ocasiones hacían estragos en el mundo, Walter habría sido escogido desde que nació para ser entrenado para esta tarea desde muy joven habría sido educado en la santa misión, en donde recibió estudios de: Artes oscuras, exorcismo, astrología, esoterismo y demonología…

Walter también tenía conocimiento sobre todo tipo de armas, explosivos y defensa personal. Este hombre pertenecía a un grupo elite secreto del vaticano encargado de luchar contra las fuerzas del mal.

Tomo en sus brazos a la frágil joven quien solo se limitaba a balbucear, estaba muy débil.

¿A dónde me lleva? Susurro Mariel.

A esconderte, cuando BAAGNOR sepa que está viva vendrá por ti, él te necesita dijo el extraño hombre…

En ese momento un policía entra a la habitación.

Oiga ¿que hace? ¡Suelte a la chica ahora!, dijo el agente apuntando al hombre con su arma.

El extraño hombre, comenzó a correr con la chica en brazos, corría tan rápido que el agente ni si quiera lograba igualarlo en velocidad. El hombre saco de su chaqueta una extraña arma que disparo soltando un gancho, logrando sujetarse de una viga de metal, acto seguido el sujeto salto por una ventana con la chica en brazos.

Cuando el agente logro llegar a la ventana, miro hacia abajo y vio al sujeto encender una moto de alta cilindrada y salir a toda velocidad con la chica, aun desmayada en brazos.

-Chapman aquí Rivas, informa al comandante estamos en alerta roja, un sospechoso vestido de negro se llevó a Mariel Griffin en una moto negra Marca Yamaha R1, no logre divisar la placa el sospechoso podría estar armado.

Los ladridos de su perro Chop la despertaron, este ladraba con una insistencia tal, que a Caroline le parecía insoportable. Se levantó de la cama, y camino hacia la cocina bostezando mientras sus voluptuosos senos rebotaban al ritmo de su paso, estaba desnuda. Caroline había adoptado esta costumbre cuando comenzó a vivir con su esposo George, pues se sentía muy cómoda durmiendo desnuda junto a su hombre, el único hombre que ella había amado en su vida, pero George ya no estaba. Había muerto hace dos años en un accidente automovilístico.

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-¡Chop! ¡Ven amigo! Dijo Caroline

El canino salió corriendo apenas escucho el llamado de su dueña, entro meneando la cola como de costumbre.


-¿Que sucede chop?

El chucho, ya no ladraba, pero estaba visiblemente nervioso daba vueltas y miraba hacia afuera, algo había allí que hacía que Chop estuviera así, en varias ocasiones Chop había cazado alguna zarigüeya, o cualquier clase de alimaña que entrara al granero.

-¿Que sucede? ¿Viste algo? ¿una zarigüeya?

Caroline subió a su habitación y comenzó a vestirse, mientras lo hacía pensaba en George, ella recordaba que cuando Chop mataba a algún animal George iba y se deshacía del cadáver, ahora George no estaba para hacer eso ni para protegerla…

En el granero no se apreciaba nada fuera de lo normal, Caroline revisa y miraba por doquier no lograba ver nada, pero Chop gruñía y miraba hacia arriba…

De repente Caroline sintió que algo muy pesado le caía encima...

-¡Ahhhh! Grito Caroline.

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Como pudo se levantó, cuando logro incorporarse no podía dar crédito a lo que sus ojos veían un monstruo enorme alado la miraba fijamente, Chop salto hacia el para morderlo, pero este lo detuvo con una mano, sujetándolo por el cuello y arrojándolo contra el piso, el pobre animal murió casi de inmediato, mientras agonizaba movía sus patas, como en un ademan absurdo por salir corriendo. Pero ya era tarde.

Caroline horrorizada, intento correr, pero la bestia dio un salto enorme haciendo uso de sus alas logro interceptarla sin mucho esfuerzo, la tomo por el cuello y dijo…

Yo soy BAAGNOR... ¡Inclínate ante mí!

Caroline se desmayó, debido a la impresión, mientras BAAGNOR comenzaba a sodomizarla…

CONTINUARA...

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