El disco nuevo del -ahora- dúo Aterciopelados me ha llenado de alegría. Escucharlo me ha hecho sonreír, bailar y gozar con una docena de canciones que apelan a una fusión de música electrónica y latinoamericana, así como del aprendizaje de Andrea y Héctor durante la pausa que se tomaron para sus discos solistas. Sin nostalgia por lo que hicieron antes, se reinventan musicalmente conservando la poesía feminista, festiva y ocurrente de ella, quien aprendió de producción en el interín.
Olvídate del rock latino que los hizo primero famosos y luego los olvidó cuando le dieron un mayor enfoque en los temas ambientales, como pasó con Caribe Atómico y Río, cuando el activismo político y utópico los llevó incluso a venir a un pueblito del estado Carabobo a bendecir un río con un puñado de asistentes y el patrocinio de la alcaldía. Sin embargo, no se olvida todo lo aprendido.
Al contrario, diez años después del último disco, Claroscura es justamente ese oximorón que uniendo dos conceptos antagónicos entre sí crean uno nuevo. "Yo sigo siendo una loca, mientras Héctor es todo un santo, no bebe, no fuma", explica Andrea sobre su evolución personal, explicando que ahora él habla más con el público y canta más que antes, como parte de la ruta que aguardó lo necesario para crear este regreso.
Como seguidor acérrimo, que los vio en el concierto de MTV en la Base Aérea La Carlota y en final del Festival 100% Rock en Valencia, me entusiasmé muchísimo con el disco y DVD en vivo "Reluciente, Rechinante y Aterciopelado", donde ya adelantaban un poco la idea de hacerle homenaje al rock latinoamericano, con una estética de reciclaje, explosión de colores y travesura.
Su single, "Play", es una canción alegre, que sirve para presentarse ante nuevas audiencias sin renegar de su futuro e incluyendo una intervención bastante ligera de la rapera chilena Anna Tijoux. Su videoclip me hace pensar en una fantasía que mezcla videojuegos, disfraces y humor que brinda un justo adelanto de lo que es el disco. Los temas "Cuerpo" y "Piernas" son nuevas aproximaciones de lo ya tocado en la canción "El Estuche" y el disco "Ruiseñora" de Andrea mientras "Tu Amor Es" me recuerda a los arreglos electrónicos de los primeros discos de Björk.
El disco varía, pero siempre con una vena que mezcla la adultez con la infancia eterna de ser soñadores y creativos, tener temores pero asumirlos con buena actitud. Incluso invitaron a Jorge Celedón para reescribir el vallenato sin trazas de machismo ni violencia de género en "Ay Ombe" como ya había hecho Andrea reinventando un reguetón con los mismos fines. El resto del disco varía entre las disertaciones de "hacerse viejo", continuar con lo mística chamánica y selvática de Conector, así como las fusiones como en Tumbao.
Escucharlo me deja lleno de energía, feliz por su regreso y aprendiendo de unos de mis artistas favoritos a tomarme mi llegada a los 40 años como un rockero contemporáneo que ha aprendido de sus pasos, de la diversidad musical y de la humanidad misma, con las contradicciones propias de la vida. Así, femenina, claroscura.
Que fino, tengo que dedicarle el rato a descargar y escuchar. Saludos Bro!