La Luna
Que solo sentada en un muro mi mirada quede entrelazada a su belleza.
Es algo así como un capricho, pues se encuentra dentro de mis pasatiempos,
pero es un lujo tenerla para mí sola en una noche de pensamientos.
Y es que me hace recordar tantas cosas que es como una alarma,
aunque me permite darme cuenta del tiempo y así resaltar las cosas.
Amo tenerla, verla desde una sola perspectiva, como si fuera únicamente y exclusivamente mía.
Aquella que puede calmar un poco mis pesares en un pensamiento fugaz,
esa que es reconfortante como una persona.
Una luz radiante dentro de todo este espejismo contradictorio,
como una salida de un mundo de mentiras.
Algo así como un donaire en la imperfección.
La luna solo es bonita sin querer serlo
y eso la hace perfecta sin mucho movimiento.