Hace 12 días recibiendo guardia en el centro hospitalario donde trabajo, un poco distraída y pensando porque sigo trabajando como enfermera en un país donde es tan mal pagada esta profesión.
ingresa a mi servicio una paciente de 79 años por una insuficiencia respiratoria consecuencia de haber sido fumadora un poco más de la mitad de su vida.
12 días de los cuales fue mi paciente en 3 guardias no consecutivas. Hace 5 días estuve fuera del trabajo y hoy al regresar pensé que ya no la encontraría en el servicio (porque se iría de alta)
Hoy al llegar a recibir mi guardia me notifican que esa paciente aún seguía en el servicio y que hoy seria dada de alta médica y de inmediato fui a saludarle.
Me dijo que había preguntado por mí estos días que estuve fuera, tomó mis manos, las apretó, seguidamente me regaló un fuerte abrazo y rompió en llanto.
Su hija quien había sido su acompañante durante todo el proceso de hospitalización no entendía porque lloraba si ya se iban a casa y en mejores condiciones
Le explicamos que era la respuesta a todos los días de ansiedad y estrés al que su mamá fue sometida todos estos días sumado a la alegría de haber salido bien de todas las complicaciones que se presentaron
foto de despedida junto a la paciente y su hermana gemela antes de irse de alta
Ellas se fueron a casa y yo seguí en mi trabajo respondiendo internamente a mi pregunta de hace 12 días atrás. Sigo trabajando como enfermera porque aunque me paguen poco, hay satisfacciones que no ofrece el dinero.
Después de todo es genial sentir que soy parte de la recuperación física y emocional de alguien que podría recordarme a lo largo del tiempo, eso tampoco se compra con dinero.
La felicito por ser parte de ese grupo de trabajadores que se han convertido en héroes, frente a la pandemia de la COVID-19. aliriera.