Esa era la primera vez que veía a una chica como aquella. Nunca, en sus veintiocho años, había observado un ser tan impresionante. Desde ese cabello azulado que parecía una constelación llena de estrellas hasta lo finito de su rostro, cada parte de ella, desde su visión, parecía una obra de arte.
Chris decidió acercarse al lugar de los hechos en cuanto escuchó el impacto, fue un estruendoso sonido que no pudo ignorar. Y menos teniendo la responsabilidad de aquellos terrenos que formaban parte del legado de su familia. Cuando llegó al sitio la mitad de su siembra de maíz se encontraba destruida, tenía miedo, pero se arriesgó acercándose a esa extraña nave que humeaba; fue gracias a ese momento de valentía que la encontró.
Ella se hallaba inconsciente, tan débil y lastimada que no dudó ni por un instante que debía ayudarla. No hubo tiempo para preguntas ni cuestionamiento, simplemente la tomó en brazos y la llevo hasta su casa.
A pesar de su piel algo azulada y diferente, él no sentía temor. Algo en ella lo había cautivado; deseaba saber de dónde venía, qué quería, y como había llegado hasta ese lugar.
Mientras ingresaban a la pequeña casa de campo él no podía dejar de mirar cada parte de aquella chica, entonces ella abrió sus ojos.
— ¿Qué estás intentando hacerme? —exclamó, tratando de zafarse de sus brazos.
Aquel movimiento brusco le causó un terrible dolor debido a las heridas que poseía en su cuerpo. Él sorprendido al notar que había despertado, la bajó cuidadosamente y se sintió avergonzado.
—No quiero hacerte daño—respondió enseñando sus manos para demostrarle que no estaba armado— Solo te llevaba a un lugar donde estuvieras cómoda hasta que despertaras.
No escuchó respuesta alguna, simplemente vio cómo ella miraba asustada hacia todos lados, buscando una salida.
—Confía en mí, solo trato de ayudarte—reiteró.
Lo miró fijamente y luego de unos segundos pareció creerle.
—Mi nave, necesito que me lleves a ella—dijo en una voz muy baja y nerviosa.
Chris asintió con una sonrisa amable, extendiendo una mano para ayudarla a levantarse. En ese instante el chico pudo percatarse de aquellos ojos de color violeta que parecían reflejar todo lo magnífico del universo.
El contacto de sus manos hizo que ambos sintieran una corriente inexplicable; Chris tuvo que tragar saliva para reponerse, y ella pareció observarlo con más detenimiento.
Caminaron hasta el lugar y al llegar a la extraña y sofisticada nave, ella comenzó a revisar por todos lados. Tecleaba y la pantalla que había aparecido ante sus ojos solo mostraba palabras rojas titilantes en un idioma desconocido para él.
—Caí aquí por error —soltó de repente la chica—. Mi nave colapsó cuando pasé por la atmósfera terrestre.
Chris hace varias horas había optado guardar silencio, por alguna extraña razón sentía que debía esperar a que ella terminase con su asunto para aclarar todas sus interrogantes. Pero esa confesión no se la esperaba, sonrió con amabilidad y decidió presentarse.
—Me llamo Chris.
Un poco confundida, la viajera del espacio imitó su gesto.
—Danka es mi nombre.
Chris nuevamente sonrió, pero esta vez sonrojándose un poco.
—¿Cómo puedo ayudarte ahora, Danka?
Ella con un gesto muy triste miró hacia su nave, de esa forma Chris supo que no era posible que pudiera arreglarla esa noche.
—Puedes quedarte en mi casa si te sientes más cómoda. Está haciendo mucho frío y es peligroso.
Danka asintió, sosteniendo la mano del hombre que se encontraba sumergido en sus pensamientos.
Mientras caminaban en silencio, por la mente de Chris pasaban muchas preguntas para hacerle a esa extraña chica azul. Pensaba de dónde podía venir, por qué estaba pasando justo cerca de la tierra, cómo conocía y hablaba tan bien su idioma si era de otro lugar que tal vez ni siquiera pertenecía a esta galaxia.
—Vengo de las estrellas —comentó ella de repente, dejándolo helado—. Siempre había querido conocer este planeta, he estado observándolo por mucho tiempo. Me gustan los humanos.
— ¿Leíste mi mente? —Le preguntó intrigado.
—No —Y contrario a todo lo previsto por él, la inesperada chica astral estaba riéndose—. No tengo poderes ni nada de eso, si es lo que crees.
Su risa era contagiosa y hermosa, cuando se dio cuenta ya estaba acompañándola en eso. Ambos parecían más cómodos entre sí.
No sabían que el tiempo podía pasar tan lento y rápido a la vez; que esa noche se convertiría en varios días, luego semanas, y que sus mentes conectarían de tal manera que terminarían pensando en la posibilidad de que realmente existieran las almas, los destinos, todas esas casualidades que los llevaron a ese momento exacto. Se sentían agradecidos por las coincidencias que les hicieron tropezar, aunque el universo fuese tan basto, con alguien que encajaba perfectamente en su mundo.
Por eso, ese último día rompió sus corazones.
—Tienes que irte —Chris parecía decírselo a sí mismo para convencerse de que estaría bien.
Habían discutido la noche anterior, Danka no quería irse de ese lugar que se había convertido en un hogar. Su estrella era tan lejana y vacía, aunque tuviese todo el calor para ella, parecía el lugar más frío del cosmos; porque ahora conocía ese pequeño punto pálido azul, con los lugares más maravillosos que jamás observó y los seres más impresionantes que había encontrado por ahí. También estaba él, quien hacía saltar su pecho de emoción cada vez que le miraba o sonreía.
Irse era difícil, pero cada día le era más complicado respirar.
—Espero que no te olvides de mí —Ya se había abrochado el cinturón de la nave, tenía las manos sobre el volante y el castaño la despedía sosteniendo la puerta del piloto.
—Nunca podría olvidar a una chica que vino de las estrellas —sonrió de medio lado—. Eres algo que no sucede todos los días.
Ella le devolvió aquel gesto melancólico, sabían que no volverían a verse después de eso. Tomando un minuto para mirarse y despedirse con un tierno beso, lleno de tristeza y amor, se dieron el último adiós.
La nave despegaba hacia el cielo, donde las estrellas se perdían entre planetas y espacio, sin embargo, Chris se había tomado el tiempo de memorizar exactamente dónde quedaba la estrella que habitaba su amada. Apenas podía divisarse su pequeño destello en las noches, quizás estaba más lejos que las demás, pero él nunca olvidaría que su chica favorita se encontraba allí.
Esperamos les haya gustado nuestro escrito, el mismo fue desarrollado con fin de participar en el concurso propuesto por @amartinezque a razón de celebración por sus 1500 seguidores. ¡Felicidades compañero por ese logro!
Gracias a todos por haberse tomado un momento para leerlo. Si desean saber más sobre el concurso pueden hacerlo dando click aquí.
Sin más que decir, con mucho cariño, se despide @cafeconleche.
Gracias por vuestra entrada, me ha encantado!! Bonito dibujo y preciosa historia, me he quedado con ganas de más! jajaja.
Gracias por participar! :)
Muchísimas gracias por leer nuestra historia, nos alegra mucho que te gustará y te dejará con esa pequeña curiosidad de que pasaría más allá.
Es un concurso muy divertido y original, estamos disfrutando mucho formar parte de él :D gracias por la oportunidad
gracias por la participación!! Suerte! y animo
Muchas gracias <3
Saludos, @cafeconleche. Suerte en el concurso
Gracias por tu apoyo <3
Buenas tardes @cafeconleche
Qué suerte tuvo Chris de conocer a esa chica de las estrellas aunque luego tuviera que irse de vuelta.
Bonita también la imagen que crearon para su historia.
Saludos.
Buenas noches, querido @don.quijote.
Siempre es una alegría leerte y saber que hemos hecho algo que pueda gustarte, principalmente si te ha hecho sonreír, nos halaga mucho y te estamos agradecidas. Chris ha sido todo un suertudo, que bonito debió ser para él conocerla.
Gracias nuevamente por apreciar nuestra obra y un saludo con cariño para ti desde este lado del mundo❤️
Sneaky Ninja Attack! You have been defended with a 7.05% vote... I was summoned by @cuarzo! I have done their bidding and now I will vanish...Whoosh
Pues que merecido el premio, lo es.
Felicidades @cafeconleche, una bella historia.
Saludos.