¿A qué huele una buena interfaz? narices digitales.

in Hive Cuba5 months ago

Retrato de un usuario con pullover amarillo, oliendo elementos de una interfaz que salen de una tabl.jpeg
Fuente: Microsoft Designer

No se ustedes, pero de tanto hablar de posibilidades de herramientas o caminos, para hacer que la experiencia del usuario llegue a completar un hilo directo de lo que desea, quede pendiente conmigo mismo de leer y compartir algunas ideas que salgan un poco de lo tradicional. Y "vualá" si se me permite la frase, me he inventado una hipótesis de como serían algunos casos como una aplicación de recetas que cuando elijas una de tus favoritas, el olor de la albahaca fresca llene el lugar desde donde accedas, tampoco que sea un estadio. O que, al "clin, clin" de una notificación, te avise con aroma a café. Pues bien, en este punto ya andaba pensando que estaba medio loco, pero, aunque parezca, la integración del olfato en las interfaces gráficas es una realidad que de alguna manera no está en un universo paralelo y ya hay aplicaciones que prometen cambiar por completo la experiencia del usuario.

Recordemos, solo por aclaratoria, que el sentido del olfato está conectado a la memoria, la experiencia y las emociones. Y que si aprovechamos cómo funciona podemos lograr experiencias más inmersivas y recordables. Lo que propiciara una nueva dimensión de interpretación, las cuales dejarán grabado en su memoria la interacción, producto o cualquiera sea el evento.
Aquí les comparto entonces, cómo la usabilidad olfativa y el diseño se pudieran aplicarse con propósitos que salen de la rutina a aportan valor extra a la manera de entender o recordar.

image.png
Fuente: Microsoft Designer

Píxeles nasales (e-noses)

Lo primero que voy a recalcar es que muchas de estas tecnologías ya están en uso, pero yo aún las daría, como productos en fase de prueba.
El centro de atención, sin dudas está en las narices electrónicas, o e-noses como los eruditos gustan llamar, son dispositivos que detectan y analizan olores, estos utilizan sensores químicos, para que se entienda, utilizan sustancias químicas que reaccionan a algunos gases(olor). Y bueno ya estas tecnologías se aplican en algunos rubros:

Monitoreo de calidad del aire: Detectan contaminantes y ayudan a mantener ambientes saludables que muchos o algunos vemos reflejados en algunos gadgets como celulares o pulseras inteligentes.
Sector alimentario: Imagina andar con una pistolita en el super con la que apuntes a tu tomate y te diga: podrido, sano con gusano, o sano 😆, bien lo hay que identifican la frescura de productos y detectan adulteraciones en alimentos y bebidas en cuanto al mal manejo o abuso de sustancias sobre los mismos.
Salud y bienestar: Y aquí ojo para algunos, también los hay detectan enfermedades a través de la identificación de compuestos orgánicos volátiles en el aliento.

Esto por comentar solo en la superficie, de sumergirnos un poco, tipo por la rodilla, encontraremos más ejemplos: como los desarrollados por los investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), quienes lograron crear interfaces olfativas portátiles que permiten la emisión controlada de aromas. Estos se pueden integrar en unas gafas, por poner alguna muestra, las que liberan el olor sin interferir en el contexto.

En esa misma autopista la realidad virtual ya ha asumido algunos ensayos que sincronizan la emisión de olores con eventos en entornos virtuales, aumentando la inmersión del usuario. Y si lo vemos a lo lejos en el contexto educativo el potencial es una barbaridad,
se ha demostrado, que su uso, mejorar la atención y la retención de información, ideal para estudiantes. Nada, que, como recurso, abre una dimensión nemotécnica.

Designer.jpeg
Fuente: Microsoft Designer

Esta escalera que no tiene tamaño que se llama futuro

Es cierto que nada es de la noche a la mañana, no obstante, lo veo muy cerca que la comunicación olfativa sea una realidad en breve y permita enviar un mensaje que, en lugar de texto, transmita un aroma específico. Muchos estudios ya están explorando la posibilidad de utilizar olores como medio de comunicación, lo que podría añadir una nueva dimensión sensorial a nuestras interacciones digitales como antes les comentaba. Esto acompañado con la ya instalada IA en nuestras vidas podría escalar a resultados muy visibles, de hecho, ya se están desarrollando sistemas que utilizan inteligencia artificial para personalizar experiencias olfativas según las preferencias y estados de ánimo del usuario. Esto podría aplicarse en marketing, terapias y entretenimiento 🤓. Y de la vida cotidiana ni hablar porque los olores son inductores conductuales y su aplicación no tiene límites: Su integración podría enriquecer las actividades del día a día como conducir, trabajar o hacer ejercicio. Estos dispositivos podrían emitir aromas que mejoren el estado de ánimo o aumenten la concentración y ya no hablemos de que puedas manejar un aroma para conquistar a una chica, Ops!! esa no es buena idea o será "El Perfume II".

Adaptando los principios de usabilidad a las interfaces olfativas

Ahora bien, aplicando la usabilidad en el diseño de interfaces gráficas. Que se basan principios que buscan la excelencia en la experiencia del usuario. Tratemos de contextualizar el sentido del olfato en estas interfaces.

Visibilidad del estado del sistema
En interfaces que todos conocemos, se notifica al usuario sobre lo que está ocurriendo mediante mensajes visuales o auditivos. En una interfaz olfativa, esto podría traducirse en la emisión de un olor adecuado para indicar un estado específico de la aplicación. Por ejemplo, un aroma fresco podría señalar que una tarea se ha completado con éxito, mientras que un olor más repugnante podría advertir sobre un error o problema.

Correspondencia entre el sistema y el mundo real
Utilizar aromas, ya de por si apela a tu experiencia en el mundo real, por lo que asociarlo no será tan complicado, aunque siempre hay que considerar las barreras semiológicas que estas suponga. Por ejemplo, en una aplicación de cocina, al seleccionar una receta de pan, podría emitir los aromas de las especies que debe incorporar así puede establecer que su tarea se realiza con los componentes correctos.

Control y libertad del usuario
Siempre estará ese viejo cascarrabias y con resistencia al cambio y para ello la posibilidad de activar o desactivar los aromas, ajustar su intensidad o seleccionar entre diferentes perfiles olfativos de estar presente y visible. Brindar este control asegura que la experiencia sea cómoda, aunque el individuo sea "el viejo Andrés".

Consistencia y estándares
Nunca se debe perder la coherencia en la asociación entre aromas y acciones. Si un aroma determinado indica una notificación en una parte de la interfaz, debería representar lo mismo en otras secciones, norma de consistencia en el diseño. Tendrá como propósito ayudar a los usuarios a familiarizarse rápidamente con las señales olfativas y a interpretarlas correctamente.

Prevención de errores
El potencial aquí le veo mucho potencial, los aromas pueden utilizarse como señales preventivas para evitar errores. Por ejemplo, si un usuario está a punto de eliminar un archivo importante, un olor a quemado, por ejemplo, podría servir como advertencia adicional a una acción crítica, complementándose a las señales visuales y auditivas que se utilizan diariamente.

Reconocimiento en lugar de recuerdo
Asociar aromas con acciones facilita el reconocimiento de eventos, lo que reduce el proceso cognitivo. Por ejemplo, si siempre usas el mismo olor cuando hay una actualización disponible, el usuario aprenderá a reconocer esta señal sin necesidad de recordar detalles específicos.

Flexibilidad y eficiencia de uso
La personalización de su experiencia olisqueando según sus necesidades claro, acompañado de sus referencias, mejora la eficiencia de la tarea, acorta tiempos y deja mejor sensación de satisfacción. Por ejemplo, usuarios avanzados podrían configurar atajos olfativos para ciertas acciones, mientras que los novatos podrían escoger un camino con flechas y letreros.

Diseño estético y minimalista
Aquí la norma es más que clara, y en el caso de aromas muchos es menos, por lo que es importante evitar la sobrecarga sensorial. Esto de los aromas debe tratarse de manera sutil y significativa, diga no a la saturación o la mezcla que de como resultado confusión y desagrado.

Ayuda y documentación
Siempre y siempre lo repito, la información tiene que existir de manera clara. Esto incluye explicar qué significan los diferentes aromas, cómo se pueden personalizar y cómo desactivarlos si es necesario. Una documentación bien realizada facilita la adopción y el uso efectivo de cualquier tecnología.

Desafíos, no olvidar

Integrar el olfato en las interfaces gráficas no está ajeno a desafíos técnicos y creativos que deben manejarse para lograr que el usuario reciba un buen producto. Será de especial atención prestar detalles a:

  • La precisión en la emisión de aromas
  • El Control de la intensidad y duración
  • Mantenimiento y recarga de aromas
  • Compatibilidad y estandarización

Muchos olores y pocas letras.

Ver integrado a las interfaces gráficas y las que no representa ir a un paradero multidimensional emocionante en las experiencias de usuario. Adaptar principios de usabilidad a esta nueva dimensión sensorial, crea interacciones más ricas.
Sin embargo, es fundamental no olvidar los desafíos técnicos y de diseño que esto representa, para que se pueda garantizar que estas experiencias sean efectivas y agradables para todos. Encarguemos a la tecnología el poder de desbloquear todo el potencial de esta fascinante dimensión sensorial.


Fuentes

Sort:  

Congratulations @erlisrc! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)

You received more than 700 upvotes.
Your next target is to reach 800 upvotes.

You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

Check out our last posts:

Our Hive Power Delegations to the April PUM Winners