La verdad estaba algo ajetreada porque en estos últimos tiempos las ocupaciones al parecer se multiplican, así que parece que necesito clonarme, aunque para ser honestos, no era una de mis semanas más realmente fuertes. Pero me he decidido a vivir un poco más, a relacionarme, a divertirme y, a ponerle freno a mucha gente y muchas cosas que me saturan. Así que me ha tocado aprender a decir "NO" y a la vez a decir "SI". Desde que salimos de la pandemia, aun yo no he retomado el ritmo de salidas, ni la la cotidianidad; todavía me mantengo dando clases de forma virtual y trabajo la mayor parte del tiempo desde casa. Aunque eso también lo estoy tratando de cambiar.

Con esto quiero decir que no tengo mucha interacción social. Básicamente, me limito a los dispositivos o pantallas y veo bastante TV streaming, doy clases en plataformas virtuales y el contacto con mis amigos lo tengo por WhatsApp, IG, Discord, Twitter, y esa parte de distracción por decirlo de alguna forma la tengo en #hive. Esta plataforma que llegó a mi vida en el tiempo justo y en la que me mantengo desde hace algún tiempo.

No obstante, de forma repentina me llegó una invitación de parte de unos amigos que viven en un estado vecino (Anzoátegui) porque venía un grupo de teatro de Puerto la Cruz hacia Cumaná para hacer una puesta en escena de la Obra "El tartufo o el impostor". El precio de la entrada era bastante accesible y aunque ese día lo tenía bastante complicado entre cursos y cosas que resolver, en una tarde lluviosa y de retraso me decidí a ir.

La verdad dejé de buscar excusas para no ir y quedarme en casa como siempre. Traté de buscar a alguién que se animara; pero no fue posible. Así que me lancé esta aventura "a solo". Nunca he tenido problema en ir al cine, al teatro o inclusive ir por un café o por una cerveza sola; he aprendido a disfrutar de eso también. Por toda esa indecisión y ocupaciones terminé llegando tarde al teatro. Pero no me importó lo vi como una victoria.