El frío. Ajá...ya puedo escuchar los pensamientos del entretenido lector: "¿Hasta cuando, éste pendejo, se estará quejando del frío?" "Habría sido mejor que no viajara, si iba a estar con ésta letanía en tierras lejanas" Y bueno ¿Qué puedo decir? Tendrían toda la razón de espetar tales pensamientos. Pero una de las libertades ofrecidas por nuestra plataforma, es la escribir estupideces sin que nadie pueda coartar la libertad de expresión.

      Ahora escucho a mis amados haters u otros seres deseando que me estrelle o cometa un error para caerme encima: "Claro, escribe eso porque se cree guapo y apoyao', algún día lo reventaremos" Ignorando olímpicamente que me atribuyen un poder no poseído, que soy tan soldado raso como el que más y con una falta total de conciencia (de parte de ellos) sobre la máxima física de la gravedad: "Todo lo que sube, tiene que bajar" Así sea a la paz de los sepulcros.

      Pero estoy escribiendo mucha pendejada basura que me ha desviado de la línea principal de la letanía: el frío. Una vaina inmanejable por mi cuerpo; el cual comienza a perder la capacidad de retener el calor natural producido, algo completamente normal cuando se ha dejado la juventud y la adultez, signando la madurez cercana; es como si nuestra nave física dijera: "Gafo, y tú con una cama tan calentita en Maracay, donde el calor está a punto de reventar en la época más caliente del año"

      El caso es que hoy amaneció más caliente que los otros días de ésta semana. El termómetro ha marcado 12 °C ésta mañana al despertar y conforme ha transcurrido el día, la vaina no pareciera que vaya a mejorar. Además, pasamos una noche difícil porque tuve que dormir en colchón de aire. Eso no sería problema ninguno, al final no hemos nacido en cuna de oro, ni nada parecido.

      El caso ha sido que a medianoche el tapón del aire del colchón decidió salir de juerga, vista la débil cercanía con la base que le da sustento. Y todo por culpa de un bendito compresor de aire, con una boquilla defectuosa y un poder de inflado tan malo, que nos ha hecho probar varias veces diferentes posiciones de colocación, como si inflar un colchón requiriera de horas de estudio de ingeniería en una universidad y como si fuera preferible haber inflado esa mierda a puro pulmón.

      Disculpe, mi caro lector las feas palabras, pero ha usted de entender que el costo del paseo de la susodicha válvula o tapón de aire, fue ir al piso de madera helado a más no poder, porque era de madrugada. Y aunque no revisé la temperatura a esa hora, les juro que fue como poner una panela enorme de hielo en la espalda y la consabida maldición al sentir la corriente natural de frio, como un corrientazo de alto voltaje haciendo que nuestro cerebro sufriera algo parecido a un electro-shock.

      Ajá, ríase todo lo que quiera, pero me encantaría ver a usted en mi lugar. Porque la cosa no es como ese frío que sientes al subir al Ávila (antiguo nombre de una montaña de Caracas famosa en esa ciudad, por ofrecer paseos helados) sino como el frío que se siente cuando llegas a la estación del pico Espejo (última parada del teleférico más alto y largo del mundo, ubicado en la ciudad de Mérida en Venezuela), y eso es bastante decir.

      Por supuesto, me levanté del piso malhumorado como el que más, porque una vaina es que te avisen te van a dar un carajazo o te van a bañar con un cubo de agua helada y otra, muy diferente, es que sin aviso y sin protesto te pase algo eléctrico. Porque así fue como se sintió en primer término y luego la tembladera ha sido incontrolable. Una cosa es tiritar de frío y otra es convulsionar.

      ¿Lo peor de todo? Un frente frío viene bajando del norte y se espera la llegada para éste sábado, donde se espera temperaturas de un mínimo de 0 °C a 11 °C como máximo ¿Imaginan eso? ¡Y estamos en la geografía caliente de la gran unión americana..! Con razón, la gente se viene de arriba escapando espantada de la ola de frío que azota el resto de la nación. Da risa escuchar a los latinos residentes de acá: "Estamos en temporada de zafra"

      ¿Cómo así? Sepa mi desprevenido lector, que la Florida es un estado mayormente turístico. Las personas con mucho dinero residente en latitudes heladas, se vienen a éste clima más benigno con el fin de hacer más llevadera sus opulentas vidas. Y cuando comienza el sol de mediados de primavera a calentar en sus ciudades, se devuelven a sus lugares de origen, dejando acá a muchos trabajadores de la industria de los servicios, teniendo que buscar dos trabajos para medio mantenerse hasta la siguiente temporada.

      Sí, lo sé, otra vez comienzo a irme del tema central. Bueno, me pasé al sofá de la sala sin rechistar y el puto frío no me dejó conciliar el sueño de nuevo hasta después de un par de horas. Y nos hemos tenido que levantar temprano porque los demás residentes tenían que salir a trabajar y, ni modo que nos pusiéramos remolones, por lo que ayudamos en la cocina para el desayuno. Mientras tecleo ésta letanía el sueño ataca sin piedad, pero el frío dice que no.

      "No dormirás" recrudece una voz diabólica que se ríe profusa y gravemente... A veces creo me persigue una maldición. Aquella mediante la cual, una vida sin sobresaltos no me corresponde y el sufrimiento es la moneda dura que recibiré a cambio. Pero eso son solo pensamientos estúpidos. Miedos sin ninguna base. Lo que sí, no es men... ti... ra... e s... m e .. s t o y ... q u... e d... a n... d o... c... o... n... g...e... l...... a........ d......

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Las tres primeras imágenes son propiedad del autor, tomadas con SmartPhone
MOTO G9 Plus en Waterline Apartments y en Gyu Kaku Japanese BBQ, Miami, Fl

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     ¡Gracias por leer..!

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