¿Es mejor especializarse o aprender de todo? 7 factores a tener en cuenta

in Blog to Grow2 years ago


“Aprendiz de todo, maestro de nada”. Eso dice el dicho. También se dice que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Y una frase que se escucha mucho últimamente es “tenemos que ser aprendedores, no sabelotodos”. Todo esto tiene que ver con una cuestión fundamental: ¿debe uno especializarse en una materia o es mejor aprender de todo un poco?

Vamos a intentar responder a la pregunta, como siempre desde el punto de vista de lo que es más efectivo.

El ejemplo del rey y la especialización

Piensa por un momento en un rey. ¿Te lo imaginas especializado en alguna materia? Por ejemplo, que se forme en marketing online, fontanería… (vale, pongamos algo más académico: física cuántica, medicina nuclear). No parece que cuadre mucho la imagen de un monarca con la de alguien que dedica toda su vida a una especialización. ¿Por qué no?

Bueno, probablemente porque se espera de alguien que va a gobernar un país, que esté educado en muchos campos distintos. Por supuesto, su formación es de alta calidad. De tal manera que, si las cosas se han hecho bien, sabrá montar a caballo, hablar más de un idioma, catar un vino, y revisar un ejercicio militar. En la época actual, es probable que también tenga una carrera universitaria.

Universidad ricos

Claro, el ejemplo puede sonar antiguo, y al fin y al cabo, nosotros no somos reyes de ningún país. Aunque… espera un momento… sí somos reyes de nosotros mismos, de lo que decidimos aprender, entre otras cosas.

Especializarse: una cuestión que nos afecta a todos

Por eso surge la duda: ¿qué es más efectivo? ¿especializarse en algo? ¿o aprender de todo un poco? Y esta duda es bueno resolverla antes de decidir qué estudios haremos. Los padres también deberían saber orientar a sus hijos al tomar esta decisión, que les puede ocupar muchos años de su juventud.

Una vez que estamos formados, también hay que saber qué vamos a hacer, si seguimos aumentando una especialización, o cambiamos de camino. Así que la cuestión que tratamos hoy es de vital importancia.

Al principio citábamos de algunas frases muy oídas:

“Aprendiz de todo, maestro de nada”

“El que mucho abarca, poco aprieta”.

Y una idea que se escucha mucho es que “tenemos que ser aprendedores, no sabelotodos”.

Si el río suena, agua lleva

Todas las frases de este tipo encierran normalmente mucha verdad. Por otro lado, no por mucho repetirse algo, tiene que ser necesariamente cierto. Además, el problema no está en la frase, sino en su aplicación. Por ejemplo, la primera. Si uno se dedica a ir aprendiendo de todo un poco, no va a llegar a ser maestro o especialista consumado. Ahora bien, la cuestión es: ¿y eso es malo o bueno?

La segunda frase también tiene mucha razón: “el que mucho abarca, poco aprieta”. En EfectiVida hemos hablado sobre la multitarea, y parece demostrado que si no te concentras en algo, terminas perdiendo el foco y la efectividad. Pero… ¿puedes dedicarte a aprender algo durante un tiempo determinado y después ponerte con otra cosa?

Lo mismo pasa con esta idea de no ser sabelotodo. Vamos a ver… si una persona aprende mucho, lo hace correctamente, y lo aplica en su vida, llegará a saber mucho, ¿no? Y si esa persona dedica más tiempo a aprender que los demás, y encima usa métodos eficaces, la conclusión es obvia: sabrá más que la mayoría de la gente.

Nunca podemos saberlo todo, eso está claro. Y normalmente, cuanto más se aprende, más consciente es uno de lo poco que sabe. “Solo sé que no se nada”. Además, ojito con dar a entender que sabemos más que los demás. Esto no está bien, y nos lo van a hacer ver rápidamente. Así que… ¿con qué nos quedamos? Especializarse... ¿sí o no?

Tu eres el REY, tu eres la REINA

Recuerda: tu eres el Rey, tu eres la Reina. Así que no basta con que hagas lo que te digan, o lo más común en el sitio donde vives. Ya que estamos hablando de tu vida, de tu carrera, deberías dedicar tiempo a reflexionar qué es lo que más te conviene. La decisión de si especializarse o no es tuya y solo tuya.

Lo más normal, es que te digan que debes estudiar una carrera universitaria. Desde antes de los estudios secundarios, ya se suele decidir en qué rama de la educación nos vamos a enfocar. Como mínimo, se espera de un buen ciudadano, que tenga una profesión práctica, como fontanero, peluquero o programador. Si la persona es "válida", entonces, puede decidir estudiar cursos universitarios, carreras donde hay que estar más bien sentado, aprendiendo una materia, que, con el paso del tiempo, va acotándose más y más hasta convertirse en una especialidad, ampliada con masters y doctorados.

No tengo nada en contra de las personas que han ido a la universidad. Faltaría más. El respeto ante todo. El simple hecho de sacarse una carrera ya dice muchas cosas positivas de la persona. Estamos hablando del sistema. Si quieres ser médico, a menos que vivas en algún país remoto con leyes muy muy laxas, no te va a quedar más remedio que estudiar una carrera.

Antiguamente no era así. Lo que primaba no era un papel que decía lo que eras, sino lo que demostrabas que eras. Especializarse consistía en altas dosis de empeño, de prueba y error. El mundo ha avanzado en ciertos campos. Se comparte el conocimiento adquirido hasta la fecha de forma rigurosa, y ya no hay que probar y equivocarse gracias al trabajo de los predecesores en la materia. Por eso, para ejercer como médico, tienes que estar titulado y colegiado.

El lado oscuro de la especialización

Sin embargo, esto de la especialización ha dado origen a un lado oscuro. Ya no vemos la figura del médico como alguien que se preocupa por ti o por tu familia, que se apasiona con su trabajo. Hay profesionales que sí, por supuesto, pero el concepto que la población en general tiene no es esa.

¿Por qué sucede esto? ¿Pudiera ser una razón el hecho de que realmente no ha descubierto nada, sino que ha aprendido lo que otros han estudiado? ¿O quizás el problema está en que su profesión es simplemente un medio para tener una reputación o un salario digno? No lo se, no me atrevo a juzgar, pero lo cierto es que este ejemplo ilustra el hecho de que las “especializaciones” modernas son en realidad aprendizajes más largos.

Razones por las que plantear especializarse

Esta y otras razones están llevando a que cada vez haya más gente que no está de acuerdo con esta forma de aprender. El mismo protocolo de enseñanza indigna a bastantes personas. Cuando pensamos en todo lo que se podría aprender si se usaran otras técnicas… Además, a muchos, el mismo sistema los rechaza como "no aptos", o bien se ven obligados a trabajar sin acceso a ningún tipo de educación.

Otros simplemente quieren dedicarse a otras cuestiones mientras tienen lo necesario para vivir. También están los que conscientemente huyen de todo lo que tenga que ver con el sistema comercial. Y todavía queda algún "autodidacta".

Así que la pregunta sigue en pie: ¿qué es mejor? ¿especializarse o aprender de todo un poco?

Especializarse: 7 ideas a tener en cuenta

1: La NBA

Hay algo que nos puede "allanar el camino” para dar una respuesta. En casi todas las especializaciones ocurre un efecto curioso. Llegar a cierto nivel de eficacia, es relativamente sencillo; casi todo el mundo puede lograrlo. Un ejemplo: cualquiera puede aprender las reglas del baloncesto. Y, con ayuda, y con entrenamiento, casi todo el mundo puede llegar a jugar bien al baloncesto. La cantidad de tiempo requerida no es mucha si nos dedicamos a ello con ganas. Pueden ser meses, o incluso semanas. Eso sí­, jugar muy bien al baloncesto, pertenecer a un equipo de la NBA... eso es diferente. HAY QUE ESPECIALIZARSE, dedicar toda tu vida a ello, entrenar diariamente, esforzarse mucho.

Teniendo en cuenta esto, llegamos a algunas conclusiones interesantes. Un jugador de baloncesto de la NBA será muy bueno en lo suyo, pero probablemente no sabrá cambiar un enchufe. Ha sacrificado todo para ser de los mejores. Por contra, un ciudadano medio, seguramente sabrá sobre muchas cosas, aunque no juegue en la NBA.

2: La bici

Otra cosa muy interesante es cómo funciona el recuerdo del aprendizaje. Otro ejemplo: seguramente cuando eras pequeño, aprendiste a montar en bici. Te caíste unas cuantas veces, hasta que le pillaste el truco. Una vez que se adquiere este conocimiento, pueden pasar muchos años, que siempre estará ahí. Es posible, que, si llevas 30 años o más sin montar en bici, cuando vayas a intentarlo, nuevamente te cueste un poco. Pero no tendrás que volver a aprender. En pocos minutos, tu cerebro activará los patrones neuronales necesarios, y listo.

3: Tu propia biblioteca universal: internet

Otra cosa a tener en cuenta es la cantidad de información de calidad con la que contamos a nuestro alrededor. Aunque la mayoría del contenido en internet es "comida basura", se pueden encontrar fácilmente cursos online sobre cualquier cosa, muchos gratuitos.

También hay podcasts, blogs, artículos en redes sociales, tutoriales, videos... Solamente con esto, dedicando algún tiempo, podemos aprender mucho de algo, cualquiera puede "especializarse". Si además leemos libros de esa temática y pagamos a un profesional, sea un curso o algún tipo de mentoría, el nivel de profesionalidad aumentará. No seremos expertos en sumo grado, pero sí­ sabremos bastante en poco tiempo.

4: Los freelances

Vamos a darle una vuelta más de tuerca a la cuestión. Gracias a las nuevas tecnologías, puedes contratar por poco dinero (y hablamos de un salario justo) a un especialista de cualquier parte del mundo. ¿Que quieres alguien que te venda un producto y en tu ciudad no lo tienes? Está en internet seguro. ¿Que necesitas un freelance que te diseñe una página web de calidad? También lo tienes.

Es decir, ¿para qué especializarse en una materia muy concreta si puedes pagar a alguien que ya es un experto en eso, y que además, se va a preocupar de mantenerse al dí­a en su negocio? A esto se le llama externalización de servicios.

5: El coste de oportunidad

Además de todo esto, hay una cuestión relacionada con el tiempo: el tiempo no se va a parar, no va a esperar a que tu termines de aprender de algo. A eso se le llama "coste de oportunidad". En otras palabras, si estás estudiando, no puedes estar haciendo otra cosa.

Muchas personas, incluidos aquellos que han pasado por la universidad, se lamentan de no haber aprovechado mejor el tiempo haciendo cosas, en vez de estar estudiando cosas. Puedes aprender mucho de diseño web, pero hasta que no pongas en marcha tu página, no verás de primera mano los errores, lo que va mejor o peor, etc.

En otras palabras: el tiempo que podrías dedicar a estudiar, lo puedes aprovechar de manera más efectiva, aprendiendo exclusivamente lo que te interesa y probándolo en el mundo real.

Y lo mismo pasa con muchas materias. Hace poco me enteraba de algo relacionado con el tema. Algunos médicos van a países en desarrollo o en zonas de conflicto a realizar su trabajo de forma desinteresada. ¿Qué ganan ellos? Pues que pueden ejercer su oficio, y hasta experimentar cosas que tardarían años en probar en su paí­s. Cuando vuelven, están formados en la práctica. (Una aclaración en este punto: Se da por sentado que el objetivo de muchos de ellos es más noble que simplemente formarse, ¿verdad?)

Hace poco, un compañero decía en Twitter: "El conocimiento no debería ser tan especifico o concentrado, que impida asimilar experiencias aplicables provenientes de otras áreas". Creo que esto tiene mucho sentido.

6: ¿Con 16 o con 25?

Más cosas a tener en cuenta. Una pregunta: ¿con qué edad te consideras más preparado para tomar decisiones transcendentes, tipo casarte o comprarte una casa? ¿Con 16 años o con 25? La respuesta es evidente. Sin embargo, tienes que decidir qué estudiarás y por extensión, qué será de tu vida con 16 años aproximadamente.

Es bastante usual que muchos jóvenes comiencen una carrera, y al poco tiempo se den cuenta que eso no era lo suyo. Si cambian de licenciatura, ya han perdido un montón de tiempo, si siguen adelante, perderán todavía más.

7: ¿Será lo último y lo mejor?

Una última cosa antes de intentar poner en orden todo esto. Si estudias una carrera con una temática. ¿Qué estudiarás? ¿Lo más novedoso en la materia? ¿Las últimas técnicas? ¿Los descubrimientos más avanzados? Normalmente no.

Esto lo han visto muchas empresas tecnológicas. El resultado es que se están impartiendo “mini-carreras” de algunos meses de duración. Al finalizar estos estudios, la persona está capacitada para entrar en Google, Amazon y similares porque se le ha formado precisamente en lo que ellos necesitan, y no en un montón de materias que de poco les van a servir.

Incluso, ya existen academias especializadas que te imparten los estudios gratis. Una vez que terminas, y eres contratado por un sueldo más que considerable, parte de tu nómina se reembolsa a la academia.

Entonces... ¿especializarse o no?

Vale. Ya tenemos un montón de puntos que nos pueden servir para resolver la cuestión.

Bueno... teniendo en cuenta todo lo dicho: ¿de verdad es rentable especializarse durante años? Cada vez hay más personas que opinan que si quieres de verdad dedicar tu tiempo a las cosas importantes en la vida, los sistemas tradicionales de enseñanza no son los más efectivos. Estudian una profesión práctica, se preparan, y la aprovechan sin perder el tiempo.

Son personas resilientes, preparadas para el cambio. Si tienen que aprender algo nuevo, lo hacen. Y aunque sean responsables de un negocio, atienden sus necesidades delegando correctamente las funciones en las que ellos no son expertos. Disfrutan de tiempo libre y se dedican, no solo a producir, sino también a ideales mucho más nobles. Dedican un tiempo a aprender algo y ponerlo en práctica.

Utilizan técnicas de lectura rápida y de aprendizaje que les permiten llegar a ser expertos en cierta materia. No son eruditos, pero saben más que la media. Una vez adquirida una materia, normalmente, comienzan con otra. Lo que han estudiado no se les olvida, como lo de montar en bici, al contrario, pasa a formar parte de sus conocimientos, lo que les hace más capaces para desarrollar más conocimientos, y para aplicarlos. Aprenden, por supuesto, pero más como reyes de su tiempo y decisiones, que como sirvientes.

Por supuesto, también están aquellos que deciden dedicar sus vidas a especializarse en algo específico. Lo hacen por pasión, y son verdaderos expertos en la materia. Nunca paran de aprender y de difundir su conocimiento. De estos hay pocos, por cierto.

En conclusión

Como verás, el tema de la especialización es complejo y no hay una respuesta estándar. Cada uno debe buscar la suya. Lo que está claro es que hay algunas cosas que se pueden tener en cuenta antes de decidir a lo loco. ¿Y tu? ¿Qué opinas? ¿Hay algo que me faltó por decir? ¿Podrías aportar algo más? Dinos si te ha gustado, o comenta para añadir lo que piensas sobre la especialización. Comparte también para que este contenido llegue a más personas.

Para terminar, hay una frase que, personalmente, me convenció más que las que cité al principio:


*Imagen de cabecera: Silvia en Pixabay



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Este artículo se publicó originalmente en https://www.efectivida.es/blog/especializarse-7-factores-a-tener-en-cuenta/ y se ha compartido en Hive con el plugin Exxp.