4 Tenedores: donde las Parrillas Mixtas y los Mojitos Cuentan la Historia

El 24 de marzo fue mi cumpleaños. Ese día fui a comer en el restaurante 4 Tenedores. Un exquisito lugar para celebrar y compartir en familia. Este restaurante se encuentra ubicado en la Avenida Venezuela, acera norte de la Avenida Bracamonte y la Avenida Los Leones en la ciudad de Barquisimeto.

El edificio del restaurante, de concepto gastrobar, destaca por estar situado en una esquina. Soy el tipo de persona a la que le encanta observar los espacios y cada detalle de las edificaciones, principalmente porque soy urbanista.

Al entrar al restaurante, te encuentras con un sendero que permite visualizar los edificios en la Avenida Venezuela. La vista es preciosa; aunque es una lástima que las islas en la avenida no estén completamente llenas de arbustos. Soy un fan acérrimo de la fitotextura ambiental.

El diseño del edificio es atractivo. En la entrada hay un joven que te da la bienvenida y te invita a pasar. Al ingresar, noté que no había gente. Dediqué que, por ser lunes —es decir, inicio de semana—, la poca afluencia era comprensible. Igualmente, le comenté a mi tío, su esposa, mi prima y mi hermano que era preocupante, debido al contexto que sucede en Venezuela (hay una especie de escasez de divisas en efectivo).

Al estar en el interior del restaurante, uno de los meseros nos preguntó en qué parte queríamos comer. En este caso elegimos la que tenía aire acondicionado y era más adecuada para nosotros.

Casualmente, quería ir a este restaurante desde hace tiempo. El plan inicial era comer comida japonesa en un restaurante que había abierto recientemente, pero le dije a mi tío que quería comer carne y tomar mojito (yo amo el mojito cubano, es mi cóctel favorito).

Ingresamos a la zona con aire acondicionado. El espacio era elegante, tenía un televisor y estaba ordenado de manera impecable. La estética era sofisticada y agradable de ver. Me sentí muy cómodo. Además, había wifi y el menú también se podía escanear.

El mesero nos entregó a cada uno el menú impreso. El diseño de la portada era estético, aunque el encuadernado no tanto. Al abrirlo, estaban los diferentes platillos con su respectivo precio. Fui inmediatamente a la sección llamada “Al Grill”.

En esa sección visualicé cada una de las parrillas y le dije a mi tío que debíamos ordenar dos parrillas mixtas. En la sección de entradas me llamó la atención el servicio de alitas de pollo. Decidimos pedir un servicio de 20 alitas: 10 alitas de BBQ y 10 de reducción de piña. Junto a esto, ordené panes al ajillo y me indicaron que tenían una presentación especial (no los rebanaban, ni tostaban).

Al ser mi cumpleaños, no podía faltar la bebida. Obviamente, que ordené un mojito cubano de limón. Mi hermano pidió uno de parchita y mi prima uno de fresa. En el caso de mi tío, optó como siempre por cerveza, aunque su esposa pidió una piña colada. Al final, también me tomé el mojito de fresa.

Todas las bebidas las colocaron en la mesa mientras esperábamos la comida. El mojito cubano de limón estaba delicioso (mientras esperaba, la comida me tomé dos). Mi prima no soportó el de fresa y terminé tomándomelo, ja, ja, ja, ja.

La piña colada que ordenó la esposa de mi tío era inmensa. Era sorprendente. Según ella, el sabor era increíble; lo tomó con mucha calma. Lo que me gustó de cada una de las bebidas fue la presentación elegante. Uno de los detalles que mi hermano objetó fue que la rebanada de limón encima del mojito estaba seca. Le indiqué que era algo común.

Después de reír y tomar cada uno de los cocteles, el mesero colocó la comida en la mesa. Lo primero que trajo fueron las alitas a la BBQ y las de reducción de piña. La presentación era increíble y debían comerse con guantes (esto me recordó a las escenas de los K-dramas).

La presentación de la parrilla era increíble. Era muchísima carne, además de que venía con dos contornos y salsas para untar. La carne estaba cortada delicadamente. Se veía deliciosa; su sabor era increíble. Mi crítica fue que a la carne le faltaba algo de gusto.

Los contornos venían en unos platos muy lindos. La yuca frita estaba deliciosa, no solemos ordenar mucha, pero ese día nos arrepentimos porque el sabor y textura eran magníficos.

En el caso de la ensalada césar, estaba bien preparada y tenia un sabor fresco. Fue hecha con ingredientes de calidad. Además, tenía pequeños trozos de pollo en la parte superior. Me gustó mucho la ensalada césar (la ensalada era uno de los contornos de la parrilla).

Llegué a uno de los puntos más intrigantes: el pan al ajillo. La manera en la que lo presentaron fue increíble. El pan era fresco y estaba delicioso, a diferencia del pan al ajillo tostado, aquí se untaba en el pan la mantequilla al ajillo en el pan, y se derretía.

También nos sirvieron papitas fritas cortadas al hilo. Estaban crocantes y deliciosas. Me gustó la manera en que todo estaba bien presentado, con elegancia y limpieza. Durante la comida, pedí otro mojito cubano para ayudar a la digestión. No ordené postre porque en la noche iba a comer pastel.

Finalmente, probé las alitas a la BBQ y las de reducción de piña, que estaban deliciosas. Me coloqué un guante. Todos se reían por la escena; fue un momento muy especial y cargado de emocionalidad.

La cuenta fue de más de 70 USD o HBD, pagó mi familia. Yo era el cumpleañero, evidentemente no podía pagar. Este es un restaurante perfecto para compartir y disfrutar de abundante comida precios modestos. Los cócteles son increíbles; sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares que he visitado.

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