LADIES OF HIVE CONTEST #178: Recharging Energies [ESP/ENG]

Vamos a ser honestas, todas hemos estado ahí: ese momento en que te sientes tan agotada que te preguntas si alguna vez has estado realmente despierta. Y no hablo solo de cansancio físico, sino de ese agotamiento mental y emocional que te hace querer renunciar a ser adulto y regresar a cuando la siesta era obligatoria.

Entonces, ¿qué hago cuando llego a este punto? Aquí te dejo mis tácticas de supervivencia, sin filtro y probadas en batalla.

1. Pausa y Resetea: Primero, me doy permiso para hacer una pausa. Un alto total. Esto podría significar posponer algunas tareas o simplemente tomarme un día para mí. Es mi momento de apretar el botón de reseteo. A veces, solo necesitas parar para poder seguir adelante.

2. Movimiento con Alegría: El ejercicio suena a cliché, pero aquí está el giro: encuentro una forma de moverme que realmente me haga feliz. Bailar como si nadie estuviera viendo, pasear por la playa o incluso hacer yoga en pijama. No se trata de romper récords, sino de oxigenar el cuerpo y despejar la mente.

3. ¿Comida Comfort?: Sí, pero con balance. Me doy esos caprichos que reconfortan el alma pero intento que no todo sea galletas y helado. Un buen smoothie, una ensalada que en realidad me gusta, o ese plato que me recuerda a casa. La comida tiene poder sobre cómo nos sentimos, ¡úsala a tu favor!

4. Desconexión Digital: Este es duro pero necesario. Apago el celular, cierro la laptop, y por unas horas finjo que el mundo digital no existe. Leer un libro, escribir en un diario, o simplemente mirar las estrellas. El mundo sigue girando, incluso si no le das like a algo por unas horas.

5. La Magia de No Hacer Nada: A veces, el mejor plan es no tener plan. Permitirme estar aburrido. En ese espacio donde no "debo" hacer nada, encuentro mi mejor recarga. Es cuando me llegan las ideas más locas o simplemente disfruto de la paz.

6. Grita, Llora, Ríe: Las emociones necesitan salir. Si necesito gritar, busco una almohada y le doy. Si necesito llorar, me doy ese momento. Y si algo me da risa, me río a carcajadas. No acumules emociones; exprésalas.

7. Pide Ayuda: A veces, intentamos ser superhéroes, pero está bien pedir ayuda. Ya sea hablar con un amigo, delegar tareas o buscar apoyo profesional. No estás solo en esto.

8. Gratitude Attitude: Por último, practico la gratitud. Por raro que parezca, encontrar algo por lo que estar agradecido, incluso en los peores días, puede cambiar tu perspectiva. Una mente agradecida es una mente más feliz.

Así que ahí lo tienes. Mi plan no convencional para lidiar con el agotamiento. Recuerda, está bien no estar bien todo el tiempo. Lo importante es cómo te levantas, cómo te cuidas y cómo encuentras tu camino de regreso a ti. Porque al final del día, tú eres tu mejor proyecto.