Saludos para todos los que hacen vida en esta comunidad tan creativa y talentosa, en la que las labores manuales son unas verdaderas obras de arte. Mi admiración y respeto para todos.

Esta es mi primera publicación en la comunidad, admito que desde hace un tiempo había querido hacer algo bonito para compartir por aquí con ustedes, pero no había conseguido el tiempo. Fue hasta ahora que pude dedicar un tiempito para hacer esto que me encanta y que disfruto plenamente porque es una actividad que me relaja y me da paz.

En mi búsqueda de materiales para tener en casa y hacer las manualidades que tanto me gustan, encontré este kit de bordado para principiantes que me llamó la atención y me hizo recordar una buena época en la que bordaba mucho.

Mi mamá me enseñó a bordar siendo una niña, amaba dar las puntadas e ir viendo cómo aparecía ante mis ojos una hermosa flor, un lindo paisaje o una coqueta muñeca con sombrero. Estas fueron las primeras cosas que recuerdo haber bordado. Por ejemplo, la muñeca la bordé cuando hice mi retiro espiritual antes de tomar la primera comunión. Ese bordado se convirtió en mi cojín preferido por muchos años.

Con el tiempo, dejé de bordar con frecuencia por los estudios y otras ocupaciones, pero retomé este placer cuando salí embarazada y le bordé cualquier cantidad de cositas a mi hija: baberos, mantas, guardacamisas, pañales, entre otros.

Luego, volví a dejar de lado esta actividad porque, entre el trabajo y la maternidad, no tenía mucho tiempo libre para dedicarle.

Cuando encontré este kit aquí en Bogotá fue amor a primera vista. Lo compré y le compré a mi mamá también cuando le envié una caja con muchas madejas, telas para bordar y otros detalles que a ella le encantaron.

El kit contiene un aro de 20cmsx20cms, un pedazo de tela con el diseño impreso, madejas de los colores necesarios para bordar el diseño, agujas y una hoja con las instrucciones y puntos a bordar.

Después que llegó la cajita, comenzamos a bordar las dos juntas. Ella, en Venezuela, con lo que le mandé y yo este kit aquí en Bogotá. Estábamos muy entusiasmadas, yo feliz porque había encontrado el tiempo para hacerlo sin presiones, disfrutándolo al máximo.

Amo bordar y en este ejercicio encontré el momento de paz que tanto necesitaba para calmar mi mente en los días de mayor angustia por la enfermedad de mi mamá. Ella no pudo bordar más. Yo bordaba por horas, dejé de lado las instrucciones con los colores que exigía el diseño y lo fui bordando, según lo que me daba mi creatividad. Cambiaba los hilos para bordar hojas por un rato, luego cambiaba para las flores otro rato, así fui descubriendo el diseño floral de mi kit.

Quería terminar el bordado antes de que mi mamá se fuera de este mundo, pero no pude, lo abandoné un rato hasta que lo retomé y lo terminé un mes después de su partida.

Bordé el diseño de flores con los puntos básicos: puntadas largas y cortas, puntadas satén o de relleno, en algunas flores hice el nudo francés y las puntadas de hojas. Así, fue apareciendo este ramillete de peonías que me gustó mucho y que quiero convertir en una pieza decorativa que puede ser un cojín o un cuadro con el aro o tambor como marco, o puedo mandarlo a enmarcar para dejarlo como un recuerdo de este momento de mi vida.