Feliz inicio de semana apreciados amigos de la comunidad.

Yo la inicié agradeciendo y sentándome a escribir el post de la comunidad, el cual suspendí a las seis de la mañana porque tenía que entregar la bombona de gas que por fin anoche hicieron el llamado para consignarla.

En esos menesteres andaba, cuando una de las jóvenes vecinas, que andaba en lo mismo, se me acercó a saludarme, después del saludo me apartó del grupo porque quería preguntarme algo para un trabajo que está haciendo y no estaba segura de que responder.

La pregunta: ¿Qué significa para ti, ponle música a tu vida? Mi respuesta inmediata fue: ponerle alegría, sabor, ritmo a tu vida, a lo que haces. En su rostro y gestos vi que la respuesta no la satisfacía, buscaba algo más concreto, tal vez más profundo.

Y allí, de pie, durante quince o veinte minutos conversando, fuimos reconstruyendo un conocimiento, porque aunque los conceptos y definiciones los tenemos, darle significado dentro de la vivencia te lleva a un mundo de comprensión más amplio y con sentido.

La experiencia fue gratificante a tal punto que al llegar a mi casa para continuar el artículo que estaba escribiendo lo pospuse para hablar de este tema que me entusiasmó: Ponle música a tu vida.

Literalmente, puede significar esa primera respuesta que le di, alegría, sabor, ritmo, pero en el sentido metafórico que puede significar todo esto.

El ritmo es un concepto que se encuentra muy asociado al ámbito artístico, hablamos de ritmo en las artes plásticas, en la poesía, la música e incluso en la escritura, porque un texto, por más neutro que se quiera expresar, lleva un ritmo interno que le da coherencia al escrito, también en nuestras vidas llevamos un ritmo externo e interno.

El ritmo musical con sus elementos combinados: tiempo, pulso, acento, silencios... van conformando un todo armonioso y este es producto de la sincronía y la coherencia. Sí, es cierto, hay ritmos que no nos gustan, que nos resultan atropelladores y poco armoniosos. ¿No ocurre igual en la vida? Hay ritmos que no queremos bailar, ni siquiera tararear ¿Y, qué hacemos? Buscamos alternativas: cambiamos el dial, el CD o más actualizados, le decimos a Alexa que busque una música que vaya más con nosotros.

Esta idea la trasladamos a nuestro vivir y nos encontramos con las opciones, siempre habrá opciones para cambiar aquello que no queremos, o no nos gusta, encontrándole otra tonalidad y ritmo a nuestra vida.

Ponerle música a nuestra vida puede entenderse no solo como escucharla, cantarla y bailarla, que como sabemos nos trae múltiples beneficios, sino también en un sentido figurado sería como ponle coherencia, fluidez, armonía, encuentra tu ritmo y vibra con él. En este mismo sentido, al igual que a un compositor, nos da la posibilidad de cambiar aquello que está sonando, pero que no resuena con nosotros.

Siente tu música, a veces nos toca bailar, como dice la sabiduría popular, al son que nos toquen, pero no tienes que quedarte en ella, porque a fin de cuentas la música de tu vida la pones tú.

Put music to your life

Happy beginning of the week, dear friends of the community.
I started it thanking and sitting down to write the post of the community, which I suspended at six in the morning because I had to deliver the gas cylinder that finally last night they made the call to consign it.

I was going about my business when one of the young neighbors, who was doing the same thing, came up to me to say hello, after the greeting she pulled me away from the group because she wanted to ask me something for a job she was doing, and I was not sure what to answer.

The question: What does it mean to you, put music in your life? My immediate answer was: to put joy, flavor, rhythm to your life, to what you do. In her face and gestures I saw that the answer did not satisfy her, she was looking for something more concrete, perhaps deeper.

And there, standing there for fifteen or twenty minutes talking, we were reconstructing a knowledge, because although we have the concepts and definitions, giving them meaning within the experience leads you to a world of broader understanding and meaning.

The experience was rewarding to such an extent that when I got home to continue the article I was writing, I postponed it to talk about this topic that excited me: Put music to your life.
Literally, it can mean that first answer I gave you, joy, flavor, rhythm, but in the metaphorical sense it can mean all of this.

Rhythm is a concept that is closely associated with the artistic field, we talk about rhythm in the visual arts, in poetry, music and even in writing, because a text, no matter how neutral you want to express, carries an internal rhythm that gives coherence to the writing, also in our lives we carry an external and internal rhythm.

The musical rhythm with all its combined elements: time, pulse, accent, silences make up a harmonious whole and this is the product of synchrony and coherence. Yes, it is true, there are rhythms that we don't like, that we find unharmonious and unharmonious. Doesn't it happen the same in life? There are rhythms that we don't want to dance to, or even hum, and what do we do? We look for alternatives: we change the dial, the CD or, more updated, we tell Alexa to look for music that suits us better.

We transfer this idea to our life, and we find ourselves with options, there will always be options to change what we don't want or don't like, finding another tonality and rhythm to our life.

Putting music to our life can be understood not only as listening to it, singing and dancing to it, which as we know brings us multiple benefits, but also in a figurative sense, it would be like putting coherence, fluidity, harmony, find your rhythm and vibrate with it. In this same sense, like a composer, it gives us the possibility to change that which is sounding, but does not resonate with us.

Feel your music, sometimes we have to dance, as popular wisdom says, to the sound that we play, but you do not have to stay in it, because after all the music of your life you put it.