Cuando la lluvia no es solo tuya

Cuando pensemos que estamos teniendo un mal día, que nada puede salir peor o que solamente a nosotros nos llueve sobre mojado les invito a pisar un poco la realidad y dejar a un lado las burbujas en las que vivimos o en las que nos encontramos, con el propósito de no querer afrontar las verdades, saben, por más duras que sean, hay que darles frente.

Muchas veces creemos que la única persona que está lidiando con millones de demonios somos solo nosotros, cuando a veces el demonio al que nos estamos enfrentando no tiene ni las tres cuartas partes de grandeza o de fuerza que el de la persona que está al lado de nosotros.

Frecuentemente, nos concentramos tanto en nuestras propias dificultades que olvidamos que el mundo está lleno de personas lidiando con sus propios “demonios”.

Quiero compartir una experiencia personal: mientras pasé una semana en cama deprimido por el diagnóstico de cálculos biliares, sumando dos hernias inguinales, cuyos dolores me matan, jamás pensé que mi vecina tenía problemas y preocupaciones más grandes que los míos. Sus hijos se fueron del país, justo ahora, cuando más necesita su apoyo para poder trasladarse a la ciudad para poder recibir su radioterapia, se siente completamente sola…, y bueno, he aquí la realidad, existen muchas personas cuyos problemas y demonios son más grandes que los de nosotros.

Hay algo que siempre hace que nunca pierda la fe, confío en que a nadie le falta Dios, sus hijos se fueron y quedamos nosotros, los vecinos que en realidad queremos ayudar, para que pueda recuperarse, porque el solo hecho de no verla regando las plantas en la mañana nos pone triste.

Una personita decía que, para afrontar la vida, siempre debe hacerse de forma positiva, pues el positivismo ayuda a que el proceso sea transformador, debemos hacer frente y elegir la solución más razonable para buscarle solución a cualquiera de nuestros problemas, estar al tanto que el momento más oscuro es antes del amanecer y estar fuerte que sin importar como esté el día siempre amanece; no debemos desistir.

Aprendí que la persona más valiente no es la que vocifera que puede con todo, valiente son los guerreros que aun sabiendo que por dentro se están derrumbando, siguen adelante y no se rinden sin importar la piedra que consigan en el camino

Si en algún momento te sientes igual de como a veces me siento yo, recuerda que, sí, estamos teniendo un mal día, no obstante, es crucial recordar que no estamos solos en nuestras luchas, la invitación no es explotar la burbuja, sino más bien salir de ella un momento, reconozcamos las batallas de quienes nos rodean, aprendamos a sembrar empatía, conectemos y apoyemos a quien de verdad necesita ayuda, porque a veces no nos llueve sobre mojado, solo nos ahogamos en un vaso de agua.

La verdadera fortaleza radica en ayudar a los demás y en seguir adelante, a pesar de las dificultades, cada uno de nosotros forma parte de una misma humanidad y podemos encontrar consuelo y apoyo los uno de los otros.

Gracias por tu valioso tiempo, gracias por leer a este viejo, y bueno, nos leemos la próxima.