Saludos amigos y amigas de Holos & Lotus.

Yo no sabía que tenía cosas, que la abundancia venía a mí y que se quedaba, y lo mejor de todo, no sabía que fluía. Eso lo aprendí, paso a paso, pero lo aprendí.

@damarysvibra, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la abundancia, sobre cómo nos consideramos con respecto al tema del dinero, del tener, de la pobreza o la riqueza. Me gustó mucho este tema para conversarlo y reflexionar acerca de cómo gestiono el tema de la abundancia en mi vida.

Así como dije al principio de la publicación, yo no tenía idea de lo que era la abundancia, o de que yo misma era abundante. Fue más o menos en el año 2010, cuando comencé a tener nociones de lo que significa la abundancia en la vida de una persona. He contado en algunos escritos acá en Holos, que gracias a audios y libros de Louise Hay y otros autores, fui aprendiendo y reconociendo qué es y cuánta abundancia existe. Para mí es infinita y depende de nuestro reconocimiento, la cantidad que nos toque.

Se puede ser abundante en todo, hasta en cosas malas. Pero obviamente que siempre querremos ser abundantes en cosas buenas.

Mirando de frente a la abundancia:

Recuerdo un ejercicio que practiqué en aquel entonces, para aprender a reconocer la abundancia a mi alrededor, que constaba en observar. Por ejemplo: Mirar el mar y detallar toda la inmensidad que representa con sus muchas especies de seres vivos. Observar el campo, las montañas y su gran cantidad de vida. Pensar en todo el oxígeno que posee la tierra y la gran cantidad de árboles que lo producen. Son todas cosas, que representan abundancia y están ahí fluyendo continuamente. Nosotros somos dueños de esa abundancia. Todos y cada uno de nosotros tiene derecho a todas las cosas buenas que desee. Vamos respirando tranquilamente sin ir midiendo cuánto oxígeno le toca a cada quién. Porque nuestro subconsciente sabe que es nuestro y es abundante.

Se ha dicho mucho de que hay quien observa el vaso medio vacío y hay quien lo ve medio lleno. Eso me dice que la abundancia se mide de acuerdo con las creencias y perspectivas de cada quién.

Por ejemplo, hay quien se siente abundante si tiene mucho dinero. Hay quien se siente pleno si tiene su pasión a la mano, es decir, si puede escalar montañas cuando quiere, o si tiene una biblioteca llena de libros, o si su guarda ropa está a reventar de prendas de vestir.

Para mí, la abundancia es el hecho de tener las cosas a la mano. Es contar con las cosas buenas de la vida, las cosas que cada quien considera agradables para sí. Por ejemplo, si quiero salir a comer con mi familia, deseo tener abundancia de dinero, abundancia de buenos lugares, abundancia de rica comida, abundancia de buena atención en ese restaurante y así sucesivamente. Yo no quiero tener abundante ganado, por ejemplo. No quiero tener una gran cantidad de sombreros. No me atrae la idea de coleccionar autos, o de tener muchas casas. Pero sé que existen muchas personas que desean tener mucho de algunas de las cosas que acabo de mencionar.

La abundancia es aplicable a cualquier aspecto o ámbito de nuestras vidas. Todo depende de qué es lo que se desea, de qué se quiere hacer, y de cómo se quiere hacer.

Mi relación con la abundancia:

Desde pequeña fui experimentando (y todavía lo hago) diferentes tipos de abundancia. Pero no fue hasta hace 14 o 15 años que aprendí a reconocer mi propia abundancia. La pobreza es un término que considero alejado de mi realidad. Aunque los problemas económicos quieran de vez en cuando hacer tambalear mis creencias, yo me siento un imán para la abundancia. Y es que al reconocer lo que me rodea y agradecer lo que recibo, puedo sentir cómo fluyen en mi vida diferentes cosas que me demuestran lo abundante que soy.

El dinero sí da la felicidad, se tenía que decir y se dijo. Crecí en un hogar donde se valoran las cosas que se obtienen, ya sea a través de regalos o compradas, y creo que al valorarlas, se reconoce la abundancia en cada una de las situaciones que se dieron para que tuviéramos esas cosas. No sé si me explico.

La gratitud me ayuda mucho a ver la abundancia en mi vida. Tengo abundancia cada día, cuando me alimento y alimento a mis hijos. Tengo abundancia cada vez que compro cosas, tengo abundancia cuando recibo regalos, tengo abundancia en cosas materiales y en cosas intangibles, como el amor, la alegría, la diversión, las melodías, la brisa, las amistades, el entusiasmo, los paseos, los abrazos, y paren ustedes de contar.

El merecimiento:

La sensación de merecer las cosas buenas de la vida, va de la mano de la sensación de ser abundantes. Sabernos merecedores, nos ayuda a reconocer y a aceptar la abundancia en nosotros y en lo que nos rodea.

Merecemos todo lo bueno, todo absolutamente todo lo bueno. Trabajar en la sensación de merecimiento me ha ayudado a aprender a recibir.

En algún momento, durante estos años de situaciones políticas difíciles, mi subconsciente se creyó todo el conjunto de miedos y creencias de que la economía está difícil y de alguna forma eso desmejoró un poco la calidad de vida a la que estaba acostumbrada. Sin embargo, cuando me detengo a reflexionar sobre todas las cosas buenas que recibo a diario y que recibe mi familia, puedo reconocer que sí hay abundancia, que sí se dan eventos de prosperidad y de nuevo me recuerdo de agradecer y reconocer.

Experiencias abundantes recientes que agradezco:

Nada más ayer, 1ero de mayo, Día del Trabajador, nos fuimos de piscinada, mi familia (hermanos, sobrinos, cuñada y más), algunos amigos cercanos, y los compañeros de trabajo en el mariachi de mi hermano.

Disfrutamos de un día superagradable, preparamos hamburguesas y comimos de todo un poco, desde dulces hasta tizanas y pasapalos.

Mientras flotaba (me encanta flotar) y miraba el cielo despejado, pensé: ¡Qué maravilloso momento! Escuchaba las risas de mis hijos, las conversaciones y carcajadas de mis amigos y simplemente comencé a agradecer. Di las gracias por cada uno de los que estaban ahí, que planificaron y sumaron su grano de arena para que se cumpliera ese encuentro. Agradecí porque mis hijos estaban disfrutando un montón, agradecí por la gran cantidad de comida que había, agradecí porque ese día no llovió (llovió ya tarde en la noche), agradecí por todo lo que estaba rodeándome y representaba abundancia.

¿Quiero ser más abundante?

Definitivamente sí. Creo que todo ser humano, siempre quiere más. Más de lo bueno, más de lo que me mantiene en bienestar, más de lo que me hace feliz. Más de lo que me recarga y me llena de energía y buen ánimo para hacer las cosas. ¿Tiene el dinero algo que ver? Sí, no lo neguemos. El dinero facilita muchas cosas y, mientras más tenemos, creo que más queremos. Así que sí, le sigo dando la bienvenida al dinero, lo recibo, lo disfruto y dejo que fluya. Agradeciendo la abundancia que tengo, recibo más. Gracias, gracias, gracias, más por favor.

Todas las imágenes me pertenecen. Contenido 100% original de @lilianajimenez.