Con demasiada frecuencia me encuentro pensando en las ultimidades de la vida y del ser, sobre cuestiones del mundo, del universo y de muchas otras cosas. Y esto es porque esa es la realidad de alguien que orienta sus pensamientos hacia el pensamiento racional y filosófico. Esa es la vida y la mentalidad de un filósofo.
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¿Filosofar nos hace ser especiales?
Ahora, ¿podría pensar que soy especial por ser un filosófo? Tal vez, pero esa sería una postura errada a mi modo de ver. Porque en lo profundo de mi ser, no creo que filosofar pueda o no hacer a nadie especial, y en vez de eso creo que es algo normal que deberíamos hacer todos los seres humanos en mayor o menor medida en nuestras vidas.
Pero siendo aún más francos, como he dicho en otras ocasiones, filosofar es algo que todos los seres humanos hacemos de manera consciente o inconsciente; puesto que es algo que es tan intrínseco a nuestra condición humana como respirar lo es a la vida en cualquiera de sus formas. Porque filosofar es como hablar de las decisiones; en el sentido de que puede que sepamos que las estamos tomando o no, pero siempre las estamos tomando.
Ya que siempre tomamos decisiones sobre todo tema que se nos atraviese en la vida, en un sentido o en otro, y esto resulta ineludiblemente así, tanto por acción, pero también por omisión. Así que repito, filosofar no es opcional, es algo que todos hacemos siempre, y esto es así porque cada vez que asumimos una posición u opinión ante algún tema o situación particular, lo solemos hacer basándonos en razones (que pueden o no ser acertadas).
Porque la ciencia da respuestas certeras (y más allá de toda duda) sobre determinadas áreas; pero cuando lo analizamos, nos damos cuenta de que todas las millones de respuestas que ha dado la ciencia a la humanidad sobre cualquier cantidad de temas; no son sino una pequeña caja de arena, en medio del inmenso desierto de cosas para las cuales no tiene aún respuesta. Y lo que es peor, nos damos cuenta de que siempre habrán una cantidad de temas para los cuales la ciencia jamás tendrá una respuesta; por más que los podamos considerar importantes como seres humanos que sentimos y padecemos.
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¿Hace falta filosofar en la vida? ¿Hacen falta los filósofos?
¿Por qué estoy tratando esta temática hoy? Porque como constantemente me la paso filosofando sobre demasiados temas al realizar esta serie de post de reflexiones filosóficas, resulta que muchas personas me han preguntado con frecuencia si es que (más allá de todo lo que he expresado en este post) hace falta filosofar en la vida... Y aún más, me preguntan si hacen falta los filósofos...
Mi posición respecto a esto es que no es relevante preguntárselo, porque como ya asomé, todos los seres humanos filosofamos constantemente (sea que lo sepamos o no), pero por otra parte, lo que sí creo relevante plantearnos es sobre si hace falta que seamos conscientes o no cada vez que filosofamos. O sea, si todos los seres humanos filosofamos constantemente en la vida, ¿hace falta que seamos conscientes de dicha acción, o es mejor hacerlo de forma inconsciente?
Yo creo que sí es necesario que seamos conscientes del hecho filosófico, o sea, de nuestra acción de filosofar, ya que ello nos permitirá jugar mejor con las ideas, asumir posturas mejor razonadas y ser conscientes de cosas más profundas inherentes a los temas sobre los que reflexionamos, que si no lo hiciéramos así.
Hay que saber muy bien que (como he dicho tantas otras veces) a la mayoría de la gente le parece que filosofar es simplemente "pura paja verbal"; pero no es así, es mucho más que eso, es imbuirnos en la razón, es nadar en el entendimiento de temas que no pueden entenderse de otra manera, o de temas que pueden entenderse de millones de maneras diferentes. Filosofar es considerar opciones o alternativas que se salen de lo convencional, atendiendo a razones lógicas y debatibles.
Filosofar es tener nuestra propia y personal posición razonada sobre cualquier tema que nos podamos plantear. Y es una marca que nos distinguirá y acompañará por siempre en nuestras vidas. Ya que la capacidad de filosofar es lo que distinguió y acompañó al ser humano desde siempre, desde que comenzó a tener entendimiento sobre el mundo y las cosas; y por supuesto, esto fue mucho antes de que surgiera la ciencia. Así que filosofar no es algo que se pueda elegir o no.
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Filosofar es divertido
Pero filosofar, además de inevitable y necesario, es algo divertido. O sea, quiero decir que es divertido una vez que aprendes a jugar con las ideas, a hacerte con el entendimiento de la realidad y comienzas a entender que en este mundo y en esta vida (muy a pesar de lo que a la mayoría de la gente le gusta pensar), es mucho más lo que no entendemos que lo que entendemos.
Porque todos sabemos que la ciencia nos revela las cosas de una forma tajante; en la forma de "Esto es así y aquello es de aquella manera"; y... "Esto es así y no de otra forma". La ciencia habla del todo de manera fenomenológica; sin preguntarse el porqué de las cosas; sino que se planea las cosas de la forma "Las olas existen y van y vienen en el mar, y esto ocurre por acción de esta y aquella otra cosa u elemento". Pero la ciencia no se plantea si las olas siempre fueron así, o si debería ser así siempre o no; porque para la ciencia esto es mera necedad, y no es algo práctico ni funcional; y aún más, porque simplemente no puede saberlo.
La ciencia entonces se plantea como el mundo es; y establece la forma como son las cosas; y las condiciones que las envuelven; pero no se plantea si las cosas deberían ser de esa forma o de otra en un plano de idealidad. Ya que la ciencia no cuestiona ni tiene como objetivo preguntarse sobre cómo deberían ser las cosas en función de la felicidad personal del ser humano.
Pero la filosofía en cambio, se pregunta exactamente eso; e indaga en porqué las cosas ocurren en un plano profundo; aunque parezca necedad preguntárselo. Con la filosofía, preguntas como "¿Por qué o para qué existimos?" o "¿Por qué existe el todo en lugar de la nada?" o "¿'Tenemos alma o no?" o "¿Existe la felicidad?" o "¿Cómo podemos lograr la felicidad?" (y muchas cosas más para las cuales la ciencia no tiene ni podrá darnos nunca respuesta alguna) encuentran respuesta o posiciones. Sí, la filosofía no es más que creer en algo, y siendo así, es por eso que muchos pueden preguntarse qué es lo que la distingue o separa de la religión.
La respuesta es que la filosofía no se basa en fé, sino que se trata de creer en algo basándose en razones que buscan ser lógicas; y esa es la diferencia. Así que no nos equivocaríamos si dijéramos que la filosofía se encuentra a medio camino entre la ciencia y la religión; porque precisamente se encuentra en el punto medio.
Entonces, aunque la filosofía parece para muchos algo que no es práctico ni necesario; es todo lo contrario, ya que al entenderla nos damos cuenta de lo importante que es per sé. Ya que al ser la ciencia algo frío y distante de todo sentimiento y duda existencial del ser humano más allá del aspecto meramente fenomenológico; entonces la filosofía se adhiere a una nueva dimensión de relevancia en la vida.
Porque las cosas pueden entenderse desde el aspecto como suceden; pero existencialmente el ser humano también debe de lidiar con cómo estas le hacen sentir cuando ocurren. Y en ese entendimiento la filosofía siempre tendrá un papel invaluable e ineludible.
¿Qué opinas sobre el tema tratado? Por favor comenta.
Gif creado por @piensocrates
Creo que a muchos se nos hace agradable filosofar aunque no seamos expertos, el hecho de escudriñar sobre aspectos de la vida analizados antes o no, pero que ocupan nuestra mente, y poder compartir esas ideas con otros es, desde mi punto de vista fascinante.
Habrá quien lo considere absurdo y no pasa nada, pero el hecho de poder discernir y ver otras vertientes de un tema, a mí me gusta.
Saludos cordiales.
Hola amiga, @charjaim. La verdad es que es creo que eso que has dicho es precisamente el punto de filosofar. Y concuerdo contigo, pienso que poder considerar las cosas desde diversas perspectivas y ángulos, y (como dijiste) compartir nuestras ideas con otros, es fascinante; y la filosofía nos permite exactamente eso. Por lo que filosofar en ese sentido es y será siempre, a mi modo de ver, un verdadero privilegio.
Saludos cordiales para ti también.