Hace algunos años, al despertar una mañana y al salir al jardín de mi casa pude observar un animal muy pequeño que caminaba por el suelo. Sentí mucha curiosidad y me acerqué a él, mayor fue mi sorpresa cuando al observar que se trataba de un pájaro, que no emprendió el vuelo cuando me acerque, entonces lo tome en mis manos con extrema suavidad y procedí a examinarlo, en este rápido examen pude diagnosticar que tenía un ala lastimada.
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En ese instante sentí compasión de aquel pequeño animal, ¿Quién pudo lastimarlo?, ¿Quién puede hacerle daño a tan bello animalito? Pues sí, era un animal muy pequeño e indefenso que cabía en la palma de mi mano. Sus alas eran de color azul y en su pecho se podía apreciar un tono amarronado grisáceo, en sus ojos pude ver como con desespero me suplicaba que lo ayudara a sanar, o tal vez solo me lo imagine como excusa para quedármelo e intentar curarle su ala.
No era raro que en mi jardín se encontraran pájaros, pues allí contaba con árboles frutales que servían de alimento para cuando ellos quisieran, por lo que al mirar hacia los árboles, me encontré con otra sorpresa, vi un nido en una de las ramas de mi árbol de guayaba, enseguida mi pensamiento voló, ¿será el nido de este pájaro? rápidamente busque una escalera, para llegar hasta donde se encontraba el nido y… ¡Guao! me llevaría la tercera sorpresa en aquella corta mañana, no podía creer lo que mi ojos veían, se trataba de tres pájaros todavía pichones que apenas contaban con unas cuantas plumas.
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Yo no contaba con una jaula, nunca la había necesitado, pero era el momento de buscar una. Mi pajarita y sus crías lo necesitaban, no me quedaba duda, se trataba de una madre que necesitaba ayuda para poder criar a sus hijos, en mi afán de ayudar a aquella madre, conseguí una jaula prestada con mi vecina, le dije que cuando el ala del animal sanara y pudiera nuevamente volar se la devolvería, ya para ese tiempo me imaginaba que sus crías estarían grandes y también emprenderían su vuelo.
Así fue, tome el nido junto con las aves y lo coloque en la jaula. No fue necesario cerrar la puerta, pues ella con su lesión no podía volar y sus pichones no tenían el suficiente plumaje para echarse a volar; día tras día le colocaba una guayaba, una porción de mango y un poco de alpiste, le cambiaba el agua, le curaba el ala con un algodón mojado en agua oxigenada; ella se quedaba muy tranquila entre mis manos y al terminar la rutina de curación, procedía a comer y luego regurgitar para alimentar a sus hijos.
Una tarde, transcurrido nueve días de aquel rescate, observe como llegaba a la jaula un cuarto pájaro, este era un poco más grande pero el plumaje era igual al de ella, sus alas azules y su pecho era más amarronado que grisáceo, él solo llegó y como en una especie de ritual que marcaría su territorio empezó a cantar dentro de la jaula; entonces la pajarita lo imitó, era la primera vez que la escuchaba cantar. Su visita solo duró un par de minutos, pero solo ese momento basto para ver el cambio en aquella jaula, la pequeña ave estaba más inquieta, movía sus alas y pasó todo el resto de la tarde cantando, puedo decir que se veía feliz.
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El tiempo paso muy rápido, casi imperceptible, tanto que cuando me percaté, el bello animal ya tenía el ala curada y sus hijos ya no eran pichones, eran unos ejemplares con plumajes tan coloridos y brillantes dignos de admiración de su especie; entonces el instinto de la naturaleza comenzó a llamarlos y uno a uno fueron abandonando la jaula. El primero en hacerlo fue el más grande de ellos, estuvo revoloteando alrededor de la jaula por muchos días, se posaba sobre las ramas de los arboles cercanos y siempre a la vista de la madre. Iba y venía y en cada ida su mamá se interponía entre él y el exterior como impidiéndole buscar su rumbo. Así pasaron los días y en uno de ellos, el pajarito voló tan alto y no volvió.
El segundo en partir fue el más pequeño. Estaba en las afuera de la jaula y una mañana el pájaro que los visitaba desde que eran pequeños llegó, llevaba en su pico una rama muy pequeña y colorida y esta a su vez un fruto muy jugoso que no pude identificar, se lo dejó a la pajarita en la puerta de la jaula y por varios minutos mantuvieron un cotorreo y disfrutaron el manjar, luego el visitante emprendió el vuelo y junto a él; el más pequeñín.
Solo quedaba el último de sus hijos que partió del regazo de su madre una tarde en la que una bandada de pajaritos de diferentes colores anduvieron en los alrededores de la jaula, haciendo alarde de infinidades cánticos, se posaban de rama en rama todos a la vez como si fuera un arcoíris a la altura de mi vista. El pajarito se unió a ellos y en sincronía con los demás, se marchó.
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Al ver partir a cada uno de los hijos del ave, sentí dicha y felicidad, descubrirían que existe un mundo muchísimo más grande que aquella jaula en aquel pequeño jardín, imagine cada uno de los cientos de árboles que visitarían, la variedad infinita de frutas que comerían, pude imaginarlos compartiendo y cantando con los mismos de su especie o con aquellos que a pesar de ser diferentes a ellos sintieran afinidad, los divise en mi mente construyendo sus propios nidos al lados de sus parejas y ver como transmitirían su amor a sus hijos al darles de comer boca a boca al igual que su madre hizo con ellos.
Imagine que después de la partida de su ultimo hijo, la pajarita emprendería su vuelo, pues no había nada que la uniera a la jaula, después de todo, la puerta siempre había permanecido abierta, sentí tranquilidad, estaba dispuesta esa mañana al despertar no encontrarla en la jaula, pero no fue así, allí se encontraba, no pude entender porque no se había marchado, ella podía ser libre nuevamente, el mundo la estaba esperando, entonces pensé ¿será que su ala no está realmente curada? Y en un impulso de desesperación la tome entre mis manos y la arroje al viento.
Ella con su instinto natural abrió sus alas y emprendió el vuelo, pude verla llegar a lo más alto del árbol de mi jardín, la felicidad se apoderó de mí y llena de euforia le grite: ¡Eres libre hermosa ave, vuela tan alto como puedas, perteneces al mundo, no a esta pequeña jaula!... Pasaron tres días y no vi a la pajarita ni a sus hijos por el jardín, entonces decidí devolverle la jaula a mi vecina, pero cuando llegue a esta, pude observar que allí estaba de nuevo.
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Pasaron los días, y yo a diario hacia aquel ritual, la tomaba entre mis manos, hablaba con ella antes de soltarla… Deberías partir, andar al son del viento, no sientas temor por lo que te puedas encontrar, eres libre para encontrar tu nuevo camino, esta jaula es muy pequeña para ti, tu naturaleza está en el volar, encontraras mejores frutos, vuela alto y no vuelvas más; eran muchas las sandeces que se me ocurrían antes de soltarla, como si un ave me pudiera escuchar. Entonces la soltaba con el viento, ella volaba hasta lo más alto de cualquier árbol cercano, pero en un tiempo muy corto pude observar como regresaba a la jaula cada una de las veces que la solté.
Pasaron los meses y día tras día, observe como la pajarita se llenaba de tristeza y de soledad, ya no cantaba, a veces no quería comer y mucho menos tomar agua. Hasta que una mañana vi llegar un pájaro a la jaula muy parecido a ella e hizo un ritual como si quería marcar su territorio, pensé, no es posible, al parecer es el mismo pájaro que le traía comida a los pichones y a ella. El ave dentro de la jaula canto después de varios meses en silencio, también observe como comía un fruto que el visitante le había traído, estuvieron un rato desde mi punto de vista conversando y entonando canciones, hasta llegar al punto de acicalarse, pero al atardecer, el visitante salió de la jaula y partió; en este instante pensé: ¡Vamos pajarita es tu momento, imita su vuelo y márchate con él!
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La pequeña ave, más nunca ha querido emprender su vuelo, día tras día la observo y le doy de comer y beber; a veces come, a veces bebe, pero casi nunca canta, excepto aquellas veces cuando tiene visita de un pájaro muy parecido a ella, en ocasiones me pregunto ¿será algunos de su hijos que ha venido a convencerla que es hora de partir? Pero mis esperanzas se van cuando al caer la tarde el pájaro visitante emprende su vuelo y mi pequeña y amada ave se queda dentro de la jaula.
Ya han pasado años, una que otras veces la tomo entre mis manos y la suelto al viento, pero continua siendo en vano, ella como un instinto vuelve a la jaula, aun así yo mantengo la esperanza que mi amada ave, algún día pueda emprender nuevamente su vuelo, me rehúso a aceptar que rechace su naturaleza, no quiero verla llena de tristeza y soledad, siento la necesidad de verla volar y partir hacia la libertad, estoy a un punto de no saber distinguir quien sufre más, ¿El ave que no quiere volver a volar? o yo que no soporto verla tan triste en tanta soledad.
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Some years ago, when I woke up one morning and went out to the garden of my house, I saw a very small animal walking on the ground. I was very curious and I approached it, but I was surprised to see that it was a bird, which did not take flight when I approached it, so I took it in my hands with extreme gentleness and proceeded to examine it, in this quick examination I could diagnose that it had an injured wing.
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At that moment I felt compassion for that little animal, who could have hurt it, who could have harmed such a beautiful little animal? Yes, it was a very small and defenseless animal that fit in the palm of my hand. Its wings were blue and its chest had a brownish-grayish tone, in its eyes I could see how desperately it begged me to help it heal, or maybe I just imagined it as an excuse to keep it and try to cure its wing.
It was not unusual to find birds in my garden, because there were fruit trees that served as food for when they wanted, so when I looked towards the trees, I found another surprise, I saw a nest in one of the branches of my guava tree, immediately my thought flew, could it be the nest of this bird? I quickly looked for a ladder to get to where the nest was and... Wow! I would get the third surprise in that short morning, I could not believe my eyes, there were three birds still chicks with just a few feathers.
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I did not have a cage, I had never needed one, but it was time to look for one. My little bird and her young needed it, I had no doubt, it was a mother who needed help to raise her children, in my eagerness to help that mother, I got a borrowed cage from my neighbor, I told her that when the animal's wing healed and could fly again I would return it to her, by that time I imagined that her young would be big and would also take flight.
So I took the nest along with the birds and placed it in the cage. It was not necessary to close the door, because with her injury she could not fly and her chicks did not have enough plumage to take flight; day after day I put a guava, a portion of mango and some birdseed, I changed the water, I cured her wing with a cotton swab soaked in hydrogen peroxide; she remained very calm between my hands and when the healing routine was over, she proceeded to eat and then regurgitate to feed her offspring.
One afternoon, nine days after that rescue, I observed how a fourth bird arrived at the cage, this one was a little bigger but its plumage was the same as hers, its wings were blue and its chest was more brownish than grayish, he just arrived and as in a kind of ritual to mark his territory he began to sing inside the cage; then the little bird imitated him, it was the first time I heard her sing. His visit only lasted a couple of minutes, but only that moment was enough to see the change in that cage, the little bird was more restless, it moved its wings and spent the rest of the afternoon singing, I can say that it looked happy.
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The time passed very fast, almost imperceptible, so much that when I noticed, the beautiful animal already had a healed wing and its children were no longer chicks, they were specimens with such colorful and bright plumage worthy of admiration of their species; then the instinct of nature began to call them and one by one they left the cage. The first one to do so was the largest of them, he fluttered around the cage for many days, perched on the branches of nearby trees and always in sight of the mother. He would come and go, and on each trip his mother would stand between him and the outside, as if preventing him from finding his way. So the days went by and on one of them, the little bird flew so high and did not return.
The second to leave was the smallest one. It was outside the cage and one morning the bird that had been visiting them since they were small arrived, carrying in its beak a very small and colorful branch and this in turn a very juicy fruit that I could not identify, left it to the bird at the door of the cage and for several minutes they kept a chat and enjoyed the delicacy, then the visitor took flight and along with him; the smallest.
Only the last of her children remained, who left his mother's lap one afternoon when a flock of birds of different colors walked around the cage, flaunting infinite songs, perched from branch to branch all at once as if it were a rainbow at the height of my sight. The little bird joined them and in sync with the others, flew away.
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As I watched each one of the bird's children leave, I felt joy and happiness, they would discover that there is a world much bigger than that cage in that small garden, I imagined each one of the hundreds of trees they would visit, the infinite variety of fruits they would eat, I could imagine them sharing and singing with their own kind or with those who despite being different from them felt affinity, I could see them in my mind building their own nests next to their partners and see how they would transmit their love to their children by feeding them mouth to mouth as their mother did with them.
I imagined that after the departure of her last child, the little bird would take flight, since there was nothing to attach her to the cage, after all, the door had always remained open, I felt calm, I was ready that morning when I woke up not to find her in the cage, but it was not so, there she was, I could not understand why she had not left, she could be free again, the world was waiting for her, then I thought, could it be that her wing is not really healed? And in an impulse of desperation I took her in my hands and threw her to the wind.
She with her natural instinct opened her wings and took flight, I could see her reach the top of the tree in my garden, happiness took over me and full of euphoria I shouted: You are free beautiful bird, fly as high as you can, you belong to the world, not to this small cage!... Three days passed and I did not see the bird or her children in the garden, so I decided to return the cage to my neighbor, but when I got there, I could see that she was there again.
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Days went by, and every day I did that ritual, I took her in my hands, I talked to her before releasing her... You should leave, walk to the sound of the wind, do not be afraid of what you might find, you are free to find your new path, this cage is too small for you, your nature is in flying, you will find better fruits, fly high and do not come back again; there were many nonsense that came to my mind before releasing her, as if a bird could hear me. Then I would release her with the wind, she would fly to the top of any nearby tree, but in a very short time I could observe how she returned to the cage each time I released her.
Months went by and day after day, I watched as the little bird became sad and lonely, she no longer sang, sometimes she didn't want to eat and even less to drink water. Until one morning I saw a bird arrive at the cage very similar to her and it made a ritual as if it wanted to mark its territory, I thought, it is not possible, apparently it is the same bird that brought food to the chicks and to her. The bird inside the cage sang after several months in silence, I also watched as he ate a fruit that the visitor had brought him, they were a while from my point of view talking and singing songs, to the point of preening, but at dusk, the visitor left the cage and left, at this moment I thought: Come on bird is your time, imitate his flight and leave with him!
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The little bird, however, has never wanted to take flight, day after day I watch her and give her food and drink; sometimes she eats, sometimes she drinks, but almost never sings, except those times when she has a visit from a bird very similar to her, sometimes I wonder if it is one of her children that has come to convince her that it is time to leave? But my hopes are dashed when in the evening the visiting bird flies away and my beloved little bird stays inside the cage.
Years have gone by, once or other times I take her in my hands and release her to the wind, but it continues to be in vain, she returns to the cage as an instinct, even so I keep the hope that my beloved bird, someday can take flight again, I refuse to accept that she rejects her nature, I do not want to see her full of sadness and loneliness, I feel the need to see her fly and go to freedom, I am at a point of not knowing who suffers more, the bird that does not want to fly again? Or me who can't bear to see her so sad and lonely.
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Since English is not my native language, I have used the free version of the translator DeepL for the translation of this post.
the photos present their authorship at the bottom of each photo. Thanks to the authors.
Hola @albanyescribe me ha parecido un relato muy muy bonito de principio a fin. Algo le sucedió a esa pajarita aquel día que fue encontrada herida, tuvo que haber sido algo impactante que la dejó traumatizada al punto de perder su esencia que por naturaleza tiene, será que no se ha ido por ¿miedo a dejar el hogar?, ¿miedo a irse y que sus ejemplares no la consigan cuando venga? o ¿el miedo a ser libre? Sea lo que sea al parecer su destino es estar en ese lugar. Saludos.
Hola @universodaniel muchas gracias por haber leído, tal vez algún día emprenda su vuelo y vuelva a abrazar su verdadera naturaleza,
Ser libre y volar para eso nacieron los pájaros!
Un abrazo 🤗
Quizás se siente cómoda y segura en su jaulita y por eso no quiere irse. Seguro que el trauma de haber sufrido una herida en su ala la dejo muy asustada. Lo bueno es que al menos tiene a alguien que la cuide.
Pero que hay de la tristeza que siente? A veces no quiere comer ni beber, solo se alegra con aquellas visitas esporádicas de sus semejantes, ojalá pronto pueda emprender nuevamente su vuelo y ya no tenga que depender más de un cuidador!
Gracias por haber leído, saluditos! @dedicatedguy
Querida @albanyescribe me encantó tu relato. Desde que comencé a leer me interesé por seguir a encontrar el final de la historia. La verdad que amo a la naturaleza y mucho más a los pajaritos. Muy tierno y utilizaste muy bien cada palabra. El pajarito quería quedarse en su nido. A lo mejor era feliz Allí. A pesar de saber volar y conocer a otros que iban a emprender su vuelo el prefirió seguir su propio instinto.
Muchas gracias @elamaria la naturaleza es hermosa, ¿cómo no amarla?
La pajarita decidió quedarse en su jaula, tal vez esa sea su felicidad como has dicho, aunque añoro el día que pueda volver a volar! gracias por haber leído amiga ☺
¡Que tengas un feliz día!
Que hermosa historia Albany, dice una ley universal: “Como es adentro es afuera” para caminar juntos el camino al auto descubrimiento y crear nuestro futuro.
Y veo esto bien reflejado en esta avecilla que tanto has cuidado para que sus crias sigan su destino en el universo.
En la medida que reconocemos nuestra propia naturaleza, y la manera en la que todo está conectado, se hace mucho más sencillo el proceso de CREAR, la vida que queremos vivir.
Recuerda siempre para que tu ave salga sola al mundo y retome el camino, pósala en tu mano y llévala a otro sitio de encuentro donde estén sus compañeras de vuelo. Su naturaleza es volar, reconocer su propia e infinita naturaleza.
SOMOS UNO CON LA NATURALEZA, puedes percibirlo? Si lo percibes, transmite esa energía al ave para que emprenda su camino. Me cuentas que sucedió y como cambio la energía.
Que tengas un gran día querido @albanyescribe
Hola @janitzearratia muchas gracias, como siempre muy acertado tu comentario,
Tengo la esperanza que algún día la hermosa ave, emprenda su vuelo, ella no nació para vivir en una jaula, entonces no me rendiré y continuaré dándole ánimos para que pueda volver a volar.
Gracias por leer amiga 🤗
Que tengas un excelente día 😘