¡Hola a todos!
Hola a todos, han pasado más de dos meses desde el último relato que compartí con ustedes, y la verdad es que ya viene siendo hora de presentar uno nuevo.
Es por ello que, el día de hoy, me emociona presentarles “Pesadilla” historia de suspenso y fantasía, que cuanta la historia de Los Montesinos, una pequeña familia de 4 quienes, tras sufrir la trágica desaparición de uno de sus miembros, empiezan a ser atormentados.
Amé el resultado final y espero de corazón les guste tanto como a mí. Me emociona pensar en “Pesadilla” como una historia corta, pero también tengo muchas más ideas que me encantarían abordar en más capítulos, en caso de seguir escribiendo sobre este particular mundo.
Sin más rodeos, les presento:
Pesadilla.
Hello everyone!
Hello everyone, it's been more than two months since the last story I shared with you, and the truth is that it's about time to present a new one.
That's why, today, I'm excited to present "Nightmare", a story of suspense and fantasy, which tells the story of the Montesinos, a small family of 4 who, after suffering the tragic disappearance of one of its members, begin to be tormented.
I loved the final result and I sincerely hope you like it as much as I do. I'm excited to think of "Nightmare" as a short story, but I also have many more ideas that I would love to tackle in more chapters, should I continue writing about this particular world.
Without further ado, I present to you:
Nightmare.
(Ilustraciones Originales realizadas por mi)
(Original Illustrations made by me.)
Personajes de esta historia:
Characters in this story:
Juan / Maryory
Ricardo / Angel
Ser
Versión en Español:
En la inmensidad de la oscuridad, Juan Montesinos despierta. Ahogado en sudor y lágrimas, se sienta de golpe en su cama, mientras lucha por procesar lo que acababa de pasar.
Se trataba de una pesadilla, otra más en lo que iba de mes, que le brindaba la posibilidad de sofocarse y sufrir taquicardia. Le ardían los ojos y temblaba, le sudaban las manos y sentía que su cabeza iba a explotar, pero aún con todo esto, Juan no se encontraba asustado, ni preocupado, solo se encontraba enojado.
Enojado con absolutamente todo, y siendo sinceros, aborrecía despertarse de esa manera.
En medio de la oscuridad, volteo su rostro hacia la mesa de noche que se encontraba en su habitación, y logró distinguir la hora. Marcaban las 3:40 de la mañana.
- Como siempre - pensó Juan.
En todo lo que iba del mes, había despertado siempre a la misma hora. Era un horario fijo al que por desgracia se estaba acostumbrando. Cerró sus ojos un momento, y decidió frotar su rostro para despertar un poco. Sentía el cansancio en su vista y el ardor persistía, pero no quería regresar a dormir. Tenía aquella extraña sensación de peso encima de sus hombros, otra vez.
Aún con sus ojos cerrados, estiro su brazo derecho para alcanzar a Maryory, su pareja, y encontrar un poco de consuelo. Pero no la halló. Abrió sus ojos entonces, y se percató que su lado estaba vacío.
No era la primera vez que sucedía, en realidad, ya que Maryory solía despertarse sonámbula de madrugada, por lo que supuso que podía encontrarse abajo, en su sala, dando vueltas alrededor de las mesas. Vivían juntos hacía muchos años, y conformaban ya una familia de cuatro, en una casa de dos pisos bastante acomodada para una pareja tan joven y de clase media como ellos, pero que gracias al esfuerzo y trabajo duro habían logrado conseguir.
Juan se dispuso entonces a buscarla. Se tomó su tiempo para levantarse de la cama ya que se encontraba bastante mal, y se dirigió a la puerta de su habitación para empezar a llamarla.
- ¿Amor? - preguntó Juan aún desde su habitación.
El silencio abordaba brutalmente cada rincón del segundo piso, por lo que supuso que Maryory debía estar en la planta baja. Salió de su habitación y bajó las escaleras, evitando hacer algún tipo de ruido mientras intentaba distinguir algún sonido similar al de la voz de su esposa, pero no lograba escuchar nada.
Continuó bajando cada uno de los escalones de manera silenciosa hasta llegar a la planta baja, para detenerse en seco y buscar con la mirada a Maryory durante, al menos, unos buenos 10 segundos.
El tiempo transcurrió, y el silencio abismal se mantuvo. Decidió, entonces, moverse a buscarla. Revisó en cada rincón del salón principal y en los cuartos de invitados, como también los baños y hasta la alacena ubicada bajo las escaleras… pero siguió sin encontrarla.
Juan regresó al salón principal y se quedó parado en medio de este durante unos segundos, replanteándose la situación. Nuestro amigo empezaba a preocuparse, y demasiado. Una sensación de angustia invadió su pecho, y esto, aunado a la taquicardia y dolor de cabeza, lo mareó un poco. Se apresuró a acercarse a las escaleras para recostarse un momento, mientras cerraba sus ojos e intentaba evadir el ardor que lo asaltaba.
- ¿A-amor? - Preguntó Juan en voz baja, intentando no despertar a Ricardo, su hijo mayor - ¿Amor? ¿D-dónde estás?
A esta altura la solución más obvia para él era subir a su habitación y buscar su teléfono y llaves del coche para salir en su busca, pero poco podía hacer sin sus ojos, por lo que intentó concentrarse en solucionar ese problema primero. Le preocupaba mucho el pensar que, aún en estado de sonambulismo, Maryory hubiese encontrado la forma de salir de casa, como había sucedido ya hace dos años. Pero todos sus alterados pensamientos se callaron al sentir su olor cerca.
¿Amor? - Preguntó Juan, abriendo sus ojos rápidamente.
Nos estaba llamando - comentó Maryory, mientras observaba fijamente a su pareja.
¿Q-que? - Preguntó Juan, perdido.
Nuestro amigo no había entendido la pregunta de su esposa, y siendo sinceros no le interesaba mucho hacerlo. Notaba a su esposa perdida, por lo que consideraba estaba sonámbula, así que lo único que le interesaba era llevarla a la cama para que pudieran ambos descansar.
Amor, por favor, subamos a la cama - comentó rápidamente Juan - son casi las 4 de la mañana, y dentro de unas horas tenemos trabajo.
Juan, nos estaba llamando - explicó nuevamente Maryory, observando fijamente a su esposo.
¿De qué... de qué hablas? - Preguntó perdido Juan - Amor, estás sonámbula de nuevo, por favor, subamos.
Amor, no estoy sonámbula - fulminó Maryory, mientras se acercaba a él - Escúchame por favor, nos estaba llamando.
¿Qué? - Preguntó nuevamente Juan - ¿No estás sonámbula? ¿Y qué haces despierta a esta hora?
¡Eso intento explicarte! - Agregó estresada Maryory - Me levanté a tomar agua y escuché como decía mi nombre.
Espera, espera - interrumpió bruscamente Juan - ¿Quién te estaba llamando?
A los dos - agregó ella - Ángel nos llamaba a los dos.
El silencio invadió nuevamente el lugar. Juan quedó petrificado. No pudo decir nada.
Amor, sé lo que estas pensando y no estoy loca – continuó explicando Maryory – era la voz de Ángel, y nos estaba llamando. Quería que habláramos con él… dijo que nos necesitaba.
Amor – agregó Juan atónito.
No estoy loca Juan – interrumpió agresivamente Maryory.
Sé que no lo estás, pero eso es imposible – fulminó él.
Sé que suena impensable, pero estoy segura de lo que oí – Siguió explicando ella, mientras empezaba a llorar – Era su voz Juan, era su voz. Era la voz de mi bebé.
Maryory tapó su rostro y se acercó a su esposo. Juan se acercó lo más rápido que pudo, y la abrazó con fuerza. Él no quería llorar, pero siempre le destrozaba el alma ver a Maryory en ese estado. La joven pareja mantuvo el abrazo durante un buen rato, mientras Juan intentaba calmarla y luchar contra el sufrimiento y el malestar que tenía. Y es que, hacía 10 meses, Juan y Maryory habían perdido a su segundo hijo, Ángel, hermano menor de Ricardo. Se acercaba el aniversario de su muerte, y cada momento que pasaba sentían con más fuerza el vacío que les dejó.
Sé que era él, Amor, te lo prometo – dijo Maryory casi susurrando, cansada de tanto llorar, aun en los brazos de Juan.
Lo sé, lo sé – agregó Juan, mientras intentaba que su esposa se calmara.
Juan no creía en lo que Maryory decía. Habían sido muchísimos meses de estrés y de dolor, y su esposa aún se sentía responsable de la muerte de Ángel, incluso cuando no tuvo nada que ver. Es por ello que Juan, pensaba que podía tratarse de un sueño lucido que confundió a Maryory y a su mente, haciéndola creer que era real.
Tras media hora de platica y consuelo, Juan logró convencer a Maryory de subir a la cama. Ambos estaban agotados y querían dar por finalizada esta madrugada tan intensa. Nuestro amigo seguía sintiendo aquella extraña pesadez en los hombros, pero su taquicardia y dolor de cabeza se habían logrado marchar. Maryory lo había ayudado con el ardor en sus ojos dándole par de varios besos, por lo que su única preocupación real era aquel insistente malestar.
La pareja subió las escaleras y fueron directo a su habitación, cuando Juan se percató que la puerta de la recamara de Ricardo se encontraba abierta. Decidió dejar a su esposa en la cama, e ir rápidamente a la habitación de su hijo solo para checar que todo estuviera bien. Estaba, entonces, por abrir la puerta, cuando Ricardo la abrió por él, saliendo de su recamara en pijamas.
- ¿Todo está bien? – preguntó el chico, con cansancio.
Ricardo, como Juan y Maryory, había sentido muy fuerte la muerte de su hermano, por lo que su vida estos últimos meses había sido tan pesada como la de sus padres.
Todo está bien hijo – respondió Juan con calma, mientras esbozaba una sonrisa.
¿Seguro? Escuche mucho ruido abajo – agregó Ricardo, preocupado.
Seguro – respondió con firmeza Juan – fue tu madre, estaba sonámbula otra vez. Me costó un poco despertarla, pero nada grave hijo. De verdad no te preocupes – agregó finalmente Juan.
Juan entendía perfectamente la preocupación de su hijo, por lo que solo quería calmarlo para que este fuera a dormir.
Bueno… – respondió Ricardo, incrédulo.
Te lo aseguro, hijo – agregó Juan, sereno – ¿Tienes problemas para dormir? ¿Quieres dormir en nuestra habitación? – preguntó finalmente.
No, tranquilo, solo quería saber si estaba todo bien – comentó el chico mientras se regresaba a su habitación.
Todo está bien hijo, no te preocupes – comentó Juan mientras se acercaba al chico y besaba su frente – por favor, no te preocupes y descansa. Debes levantarte en pocas horas a rendir un examen – agregó finalmente, mientras se marchaba a su habitación.
Ambos cerraron sus respectivas puertas, dando por finalizado la conversación. A los pocos minutos de acostarse, Juan junto a Maryory durmieron rápidamente, pero por su lado, Ricardo, seguía despierto. Se encontraba de frente a su cama, inmóvil, observándola en medio de la oscuridad.
¿Ves? Ella escucho a Ángel – agregó una voz dentro de la habitación del chico.
Sí… Papá tardó en hacerla entrar en razón – comentó Ricardo, temblando. El chico tenía un infierno en su mente.
Y tu padre no para de sentir a Cátima en sus hombros, solo que no te lo comentó – agregó aquella extraña voz – ella lleva meses sentada encima de él, cansándolo.
Dile que se vaya – agregó enojado Ricardo, mientras volteaba a la oscuridad, de donde venía aquella voz.
Si quieres que se vaya, debes venir conmigo – fulminó aquella voz, mientras salía de la oscuridad.
Ricardo nunca lo había visto, y una increíble punzada bombardeo su pecho de dolor, mientras observaba como la voz tomaba forma. La mente del chico era un caos, pero sabía que lo que estaba viendo era real. Tan real como su propia vida. Se trataba de un ser muy alto y pálido, encorvado, y repleto de moretones en su piel. No tenía nada de pelo, y sus dedos eran tan largos como los pinceles que tenía Maryory en su estudio de arte. Era increíblemente delgado y no tenía nariz. Sus ojos estaban hundidos y con marcadas ojeras, y tenía unas especies de patas dobladas que hacían que caminara extraño.
- Es la última vez que vendré, Ricardo – agregó finalmente aquel ser, mientras paseaba por la habitación – no pienso volver a visitarte y no quiero que desaproveches esta oportunidad – comentó finalmente, mientras se acercaba al muchacho – si quieres que Cátima deje los hombros de tu padre y que tu hermano vuelva con ustedes, deberías hacer caso y acompañarme.
Ricardo se quedó inmóvil. Casi no podía respirar debido a la fetidez que emanaba el cuerpo de aquella cosa, y su mente no paraba de dar vueltas.
- La puerta estará abierta solo por 30 minutos, es tu decisión – fulminó el ser, mientras se marchaba.
Ricardo lo vio todo. Observó con detenimiento como aquella cosa se acercaba a la oscuridad de donde vino, y como este se escurría por lo que parecía ser una grieta en la pared, en el fondo de la habitación del chico.
Ricardo no quería ir con él. Estaba aterrado, pero sabía que la única opción que tenía de recuperar a su hermano, era haciendo lo que aquella cosa le decía. El chico pasó 20 minutos estático, viendo la grieta en la pared, analizando todas las cosas que podrían ocurrirle si aceptaba entrar allí, pero por desgracia, se quedaba sin tiempo. Debía decidir con rapidez.
Los latidos de su corazón no paraban de acelerar, y sus manos y pies no paraban de sudar. Sentía que su cabeza iba a explotar y lo único que quería era que esta pesadilla parase. Tenía mucho miedo de tomar la decisión errónea, por lo que optó por creer en su deseo mas grande, y luchar por traer de regreso a su hermano. A solo 5 minutos de que la grieta se cerrase, Ricardo armó un pequeño bolso que llenó de pan, jamón, agua y curitas. Cambió sus viejas pijamas por unos jeans con camiseta y un suéter inmenso, que decidió acompañar con unas botas marrones que sus padres le habían regalado en su cumpleaños pasado. No sabía a donde diablos iría, pero quería sentir que iba preparado, por lo que se armó con todo lo que llevaría para una expedición a la montaña.
Por último, y antes de marcharse, Ricardo fue a despedirse de sus padres. Entro con mucha cautela y besos la frente de ambos, para rápidamente cerrar la puerta de su habitación, no sin antes despedirse de ellos susurrando.
- Adiós Mamá, adiós Papá, traeré a Ángel de regreso.
English Version.
In the vastness of the darkness, Juan Montesinos awakens. Drowning in sweat and tears, he sits bolt upright in his bed, struggling to process what had just happened.
It was a nightmare, another one so far this month, giving him the chance to suffocate and suffer from tachycardia. His eyes were burning and he was shaking, his hands were sweating and his head felt like it was going to explode, but even with all this, Juan was not scared, not worried, he was just angry.
Angry with absolutely everything, and to be honest, he hated waking up like that.
In the middle of the darkness, he turned his face to the night table in his room, and managed to distinguish the time. It read 3:40 in the morning.
- As always - thought Juan.
So far this month, he had always woken up at the same time. It was a fixed schedule that unfortunately he was getting used to. He closed his eyes for a moment, and decided to rub his face to wake up a little. He felt the tiredness in his eyes and the burning persisted, but he didn't want to go back to sleep. He had that strange feeling of weight on his shoulders again.
Still with his eyes closed, he stretched out his right arm to reach for Maryory, his partner, and find some comfort. But he didn't find her. He opened his eyes then, and realized that her side was empty.
It wasn't the first time it had happened, actually, as Maryory used to sleepwalk awake in the wee hours of the morning, so he guessed he could be downstairs in their living room, wandering around the tables. They had lived together for many years, and were already a family of four, in a Two floors house that was quite well off for such a young, middle-class couple as they were, but which they had managed to get through hard work and effort.
Juan then set out to look for her. He took his time getting out of bed, as he was feeling quite ill, and went to the door of her room to start calling out to her.
- Love? - Juan asked still from his room.
Silence brutally tackled every corner of the second floor, so he guessed Maryory must be downstairs. He left his room and descended the stairs, avoiding making any kind of noise as he tried to make out some sound similar to his wife's voice, but he couldn't hear anything.
He continued down each of the steps silently until he reached the first floor, only to stop dead in his tracks and search with his eyes for Maryory for at least 10 seconds.
Time passed, and the abysmal silence remained. He decided, then, to move to look for her. He checked every corner of the main hall and the guest rooms, as well as the bathrooms and even the cupboard under the stairs... but he still couldn't find her.
Juan returned to the main hall and stood in the middle of it for a few seconds, rethinking the situation. Our friend was beginning to worry, and too much. A feeling of anguish invaded his chest, and this, together with the tachycardia and headache, made him a little dizzy. He hurried to the stairs to lie down for a moment, while he closed his eyes and tried to evade the burning that assaulted him.
- L-Love? - Juan asked in a low voice, trying not to wake Ricardo, his eldest son - Love? w-where are you?
At this point the most obvious solution for him was to go up to his room and get his phone and car keys to go out looking for her, but there was little he could do without his eyes, so he tried to concentrate on solving that problem first. It troubled him greatly to think that, even in a somnambulistic state, Maryory had found a way out of the house, as had happened as long as two years ago. But all his disturbed thoughts were silenced when he smelled her scent nearby.
Love? - Juan asked, opening his eyes quickly.
He was calling us - Maryory commented, as she stared at her partner.
W-what? - Juan asked, lost.
Our friend had not understood his wife's question, and to be honest he was not very interested in doing so. He felt his wife was lost, so he considered her to be sleepwalking, so the only thing he was interested in was getting her to bed so they could both rest.
Love, please, let's go up to bed - Juan commented quickly - it's almost 4 in the morning, and in a few hours we have to go to the work.
Juan, he was calling us - Maryory explained again, staring at her husband.
What... what are you talking about? - Juan asked lost - Love, you are sleepwalking again, please, let's go upstairs.
Love, I'm not sleepwalking - Maryory fulminated, as she approached him - Please listen to me, he was calling us.
What? - Juan asked again - You're not sleepwalking? And what are you doing awake at this hour?
That's what I'm trying to explain! - Maryory added stressed - I got up to get some water and I heard my name being called.
Wait, wait - Juan interrupted abruptly - Who was calling your name?
Both of us - she added - Angel was calling both of us.
Silence invaded the place again. Juan was petrified. He couldn't say anything.
Love, I know what you are thinking and I am not crazy - Maryory continued explaining - it was Angel's voice, and he was calling us. He wanted us to talk to him... he said he needed us.
Love - Juan added astonished.
I am not crazy Juan - Maryory interrupted aggressively.
I know you're not, but that's impossible - he fulminated.
I know it sounds unthinkable, but I am sure of what I heard - she continued explaining, while she started crying - It was his voice Juan, it was his voice. It was my baby's voice.
Maryory covered her face and approached her husband. Juan approached her as fast as he could, and hugged her tightly. He didn't want to cry, but it always tore his soul apart to see Maryory in that state. The young couple held each other for a long time, while Juan tried to calm her down and fight against the suffering and discomfort both were experiencing. Ten months ago, Juan and Maryory had lost their second son, Angel, Ricardo's younger brother. The anniversary of his death was approaching, and with each passing moment they felt more strongly the emptiness he left them.
I know it was him, Love, I promise you - Maryory said almost whispering, tired from crying so much, still in Juan's arms.
I know, I know - Juan added, as he tried to calm his wife down.
Juan did not believe what Maryory was saying. There had been so many months of stress and pain, and his wife still felt responsible for Angel's death, even when she had nothing to do with it. That is why Juan thought it could be a lucid dream that confused Maryory and her mind, making her believe it was real.
After half an hour of talking and comforting, Juan managed to convince Maryory to go up to bed. They were both exhausted and wanted to call it a night. Our friend was still feeling that strange heaviness in his shoulders, but his tachycardia and headache had gone away. Maryory had helped him with the burning in his eyes by giving him a couple of kisses, so his only real concern was that insistent discomfort.
The couple went upstairs and went straight to their room, when Juan noticed that Ricardo's bedroom door was open. He decided to leave his wife in bed, and quickly went to his son's room just to check that everything was all right. He was about to open the door when Ricardo opened it for him, coming out of his room in his pajamas.
- Is everything all right? - asked the boy, wearily.
Ricardo, like Juan and Maryory, had felt the death of his brother very strongly, so his life these last months had been as heavy as that of his parents.
Everything is fine son - Juan answered calmly, while he smiled.
Are you sure? I heard a lot of noise downstairs - Ricardo added, worried.
Sure - Juan answered firmly - it was your mother, she was sleepwalking again. It took me a while to wake her up, but nothing serious, son. Really, don't worry - Juan finally added.
Juan understood perfectly his son's concern, so he just wanted to calm him down so he could go to sleep.
Ok... - answered Ricardo, incredulous.
I assure you, son - Juan added, serene - Do you have trouble sleeping? Do you want to sleep in our room? - he finally asked.
No, don't worry, I just wanted to know if everything was all right - commented the boy as he went back to his room.
Everything is fine son, don't worry - commented Juan as he approached the boy and kissed his forehead - please, don't worry and rest. You have to get up in a few hours to take an exam - he finally added, as he went back to his room.
They both closed their respective doors, ending the conversation. A few minutes after going to bed, Juan and Maryory fell asleep quickly, but Ricardo was still awake. He was facing his bed, motionless, watching his in the darkness.
See, she heard Angel - added a voice inside the boy's room.
Yes... Dad took a while to make her come to her senses - Ricardo commented, trembling. The boy had hell on his mind.
And your father can't stop feeling Cátima on his shoulders, he just didn't tell you about it - added that strange voice - she's been sitting on him for months, tiring him out.
Tell her to go away - Ricardo added angrily, as he turned to the darkness, where that voice came from.
If you want her to leave, you must come with me - that voice fulminated, as it came out of the darkness.
Ricardo had never seen it before, and an incredible pang bombarded his chest with pain, as he watched the voice take shape. The boy's mind was in chaos, but he knew that what he was seeing was real. As real as his own life. It was a very tall and pale being, hunched over, and covered with bruises on his skin. He had no hair at all, and his fingers were as long as the brushes Maryory had in her art studio. He was incredibly thin and had no nose. His eyes were sunken and with pronounced dark circles under his eyes, and he had sort of bent legs that made him walk strangely.
- This is the last time I will come, Ricardo - finally added that being, as he walked around the room - I don't plan to visit you again and I don't want you to waste this opportunity - he finally commented, as he approached the boy - if you want Cátima to leave your father's shoulders and your brother to return with you, you should take heed and accompany me.
Ricardo remained motionless. He could hardly breathe due to the stench emanating from the thing's body, and his mind was spinning.
- The door will only be open for 30 minutes, it's your decision - the being fulminated, as it left.
Ricardo saw it all. He watched carefully as that thing approached the darkness from where it came, and as it slipped through what seemed to be a crack in the wall, at the back of the boy's room.
Ricardo didn't want to go with it. He was terrified, but he knew that the only option he had to get his brother back was to do what that thing told him. The boy spent 20 minutes static, looking at the crack in the wall, analyzing all the things that could happen to him if he agreed to go in there, but unfortunately, he was running out of time. He had to decide quickly.
His heartbeat wouldn't stop racing, and his hands and feet wouldn't stop sweating. He felt like his head was going to explode and all he wanted was for this nightmare to stop. He was so afraid of making the wrong decision, so he chose to believe in his greatest desire, and fight to bring his brother back. With only 5 minutes before the crack closed, Ricardo packed a small bag filled with bread, ham, water and band-aids. He exchanged his old pajamas for jeans with a t-shirt and a huge sweater, which he decided to pair with some brown boots his parents had given him for his last birthday. He didn't know where the hell he was going, but he wanted to feel like he was prepared, so he armed himself with everything he would take for a mountain expedition.
Finally, and before leaving, Ricardo went to say goodbye to his parents. He entered very cautiously and kissed both of them on the forehead, to quickly close the door of his room, but not before whispering goodbye to them.
- Bye Mom, bye Dad, I'll bring Angel back.
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Muchas gracias por el apoyo!
Diría que estas demente en haber creado este pequeño relato, y me ha encantado! Y los personajes te quedaron muy bien y el diseño de dicha criatura, waos. n.n
Amigo!! Mil y un gracias por pasarte por acá, siempre es un gusto leer tus comentarios. Muchas gracias, que detalle. Un gran abrazo!