El cazador de periodistas

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Me desperté temprano en la mañana, todavía sintiendo el efecto del jet lag de mi reciente viaje a Europa. Me senté en la cama y miré por la ventana, contemplando el paisaje urbano de Nueva York. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo estaba fuera de lugar. Una sensación de inquietud me invadió y me levanté de la cama para investigar.

Fue entonces cuando lo vi. Un hombre con un traje oscuro y sombrero estaba parado en la calle, observando mi edificio. Era una figura extraña y perturbadora, y no pude evitar sentirme un poco inquieta. Decidí ignorarlo y me vestí para comenzar mi día.

Mi trabajo como periodista me llevaba a todos los rincones de la ciudad, y hoy no era diferente. Tomé mi cámara y salí de mi apartamento. Mientras caminaba por las calles llenas de gente, no podía sacudir la sensación de que algo no estaba bien. Podía sentir los ojos del hombre del sombrero sobre mí, aunque no podía verlo en ese momento.

Finalmente, llegué a mi destino: la oficina de un político importante. Mi tarea era investigar sus actividades y escribir un artículo que lo expondría. Pero mientras estaba allí, algo extraño comenzó a suceder. Comencé a sentir que estaba siendo vigilada, como si alguien estuviera siguiéndome. Incluso cuando regresé a mi apartamento esa noche, no pude sacudir la sensación de que estaba siendo observada.

Al día siguiente, mientras investigaba en la biblioteca pública, vi al hombre del sombrero de nuevo. Estaba sentado en una mesa cercana, con los ojos fijos en mí. Esta vez, no pude ignorarlo. Me acerqué a él y le pregunté quién era y por qué me seguía. Me miró con una sonrisa enigmática y luego se fue, sin decir una palabra.

A partir de ese momento, las cosas comenzaron a ponerse más extrañas. Comencé a recibir llamadas en mi teléfono celular de un número desconocido, y siempre que respondía, nadie hablaba al otro lado. Recibí correos electrónicos de una dirección desconocida, y cuando intenté responder, el correo electrónico fue devuelto como "no entregable". Me sentía cada vez más paranoica, convencida de que alguien estaba tratando de hacerme daño.

Luego, una noche, mientras regresaba a casa después de una cena con amigos, fui atacada. Un hombre me agarró por detrás y me arrastró a un callejón oscuro. Me luché con todas mis fuerzas, pero el hombre era demasiado fuerte para mí. Finalmente, logré liberarme y salir corriendo.

Después de ese incidente, decidí tomar medidas. Comencé a investigar sobre el hombre del sombrero, revisando sus antecedentes y buscando cualquier información que pudiera encontrar. Finalmente, descubrí su identidad. Era un asesino a sueldo que había sido contratado para matarme.

Con esta información en mente, fui a la policía. Les conté todo lo que había estado sucediendo y les di la información que había encontrado sobre el hombre del sombrero. La policía inició una investigación y finalmente atraparon a mi atacante y lo arrestaron, junto con la persona que lo había contratado para matarme.

Aunque había terminado, todavía estaba en shock por todo lo que había sucedido. No podía creer que alguien me hubiera contratado para matarme, y me sentía agradecida de estar viva. Fue entonces cuando me di cuenta de que había pasado tanto tiempo tratando de descubrir quién me estaba siguiendo que había descuidado mi propia seguridad.

Decidí tomarme un tiempo para mí misma y alejarme de todo. Viajé a un pequeño pueblo en el campo, donde alquilé una cabaña aislada en medio del bosque. Pasé mis días caminando por los senderos, leyendo libros y reflexionando sobre lo que había sucedido. Fue un momento de sanación para mí, y me ayudó a superar lo que había sucedido.

Finalmente, regresé a la ciudad y reanudé mi trabajo como periodista. Pero nunca olvidaría lo que había sucedido y siempre sería más cuidadosa en el futuro. A veces, aún sentía la mirada de alguien en mí, y me preguntaba si el hombre del sombrero había trabajado solo o si había alguien más detrás de todo esto. Pero ya no dejaba que me consumiera, sabiendo que había sobrevivido y que era lo que importaba.

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The hunter of journalists

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I woke up early in the morning, still feeling the jet lag from my recent trip to Europe. I sat up in bed and looked out the window, taking in the New York cityscape. That's when I realized something was off. An uneasy feeling washed over me and I got out of bed to investigate.

That's when I saw it. A man in a dark suit and hat was standing on the street, looking at my building. He was a strange and disturbing figure, and I couldn't help feeling a little uneasy. I decided to ignore it and got dressed to start my day.

My job as a journalist took me to every corner of the city, and today was no different. I took my camera and left my apartment. As she walked through the crowded streets, she couldn't shake the feeling that something wasn't right. I could feel the eyes of the man in the hat on me, although I couldn't see him at the time.

Finally, I arrived at my destination: the office of a major politician. My assignment was to investigate his activities and write an article that would expose him. But while he was there, something strange started to happen. I started to feel like I was being watched, like someone was following me. Even when I got back to my apartment that night, I couldn't shake the feeling that I was being watched.

The next day, while doing research at the public library, I saw the man in the hat again. He was sitting at a nearby table, his eyes fixed on me. This time, I couldn't ignore it. I went up to him and asked him who he was and why he was following me. He looked at me with an enigmatic smile and then left without saying a word.

From then on, things started to get weirder. I started getting calls on my cell phone from an unknown number, and whenever I answered, no one spoke on the other end. I received emails from an unknown address, and when I tried to reply, the email was returned as "undeliverable". I felt more and more paranoid, convinced that someone was trying to hurt me.

Then one night, as I was coming home from dinner with friends, I was attacked. A man grabbed me from behind and dragged me into a dark alley. I fought with all my might, but the man was too strong for me. Finally, I managed to free myself and run away.

After that incident, I decided to take action. I started researching the man in the hat, going through his background and looking for any information I could find. Finally, I found out his identity. He was a contract killer who had been hired to kill me.

With this information in mind, I went to the police. I told them everything that had been happening and gave them the information I had found about the man in the hat. The police launched an investigation and finally caught my attacker and arrested him, along with the person who had hired him to kill me.

Although it was over, he was still in shock from everything that had happened. I couldn't believe someone had hired me to kill me, and I was grateful to be alive. It was then that I realized that I had spent so much time trying to figure out who was following me that I had neglected my own safety.

I decided to take some time for myself and get away from it all. I traveled to a small town in the country, where I rented an isolated cabin in the middle of the woods. I spent my days walking the trails, reading books, and reflecting on what had happened. It was a healing moment for me, and it helped me get over what had happened.

Finally, I returned to the city and resumed my work as a journalist. But she would never forget what had happened and she would always be more careful in the future. Sometimes I still felt someone's gaze on me, and I wondered if the man in the hat had worked alone or if there was someone else behind all this. But I no longer let him consume me, knowing that he had survived and that it was what mattered.