(Spanish)

Sueño en frescos

_{Autor: @nachomolina2}

"Existen obras soñadas"

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Atrapado entre nubes moldeadas con forma de altar; aquella embocadura de cielo, majestuoso, que solo el arte confiere.

Observé la imagen a distancia como la brecha de dos mundos ansiando despertar.

Aun siendo dispares. Uno idólatra, otro, el indecible rumor del paraíso velado en su expresión más trascendental.

Pinceladas vestidas de cítrico fulgor desprendidas en pequeños trozos de infierno, sin dejar escapar del fucsia, ni del ocre otoño, ni del metal ambarino, un solo transpiro de absoluto misterio.

Así, las rosas se debatieron con la señal pura del invierno entre gotas de un tornasol vivo caídas en inmortales frescos.

Duerme, el llanto intranquilo de un pincel que esgrime en mi alma el surreal lamento, más que un cuerpo, el dulce vapor dejado por una piel color ébano.

Refugiados en un lienzo que atrapó su mejor momento con un ojo de luz aniquiladora de mi pasión, también los hacedores del humano imperfecto.

Tus labios rojos, anhelantes del beso, imposibles de tocar, ni tan siquiera, con el simple pensamiento porque son fiebre y perdición de un espíritu que alcanza incuestionable el sin regreso.

_{fuente de imagen: pixabay}

Y tu pose de estatua bajo trenzados cabellos un hilo celeste que escurre del rostro risueño, llena de gracia y seducción, cuando sabes a fondo que por ti muero.

Y mientras duermes pienso en tus sueños. Y me quedo a vivir en el quimérico instante que dura el abatimiento.

Es tu lugar el de las santas, enmarcado en el finísimo encuadre, cual ventana que deja el suspiro atrapado en una línea del tiempo y el tormentoso sentir de tu caricia que, simplemente, es como un abismo profundo e incierto.

Porque nada cuesta soñar en tu seno embriagante de placer que saca a pasear la silueta de un mundo donde solo tienen cabida los fantasiosos bohemios como criaturas que se ahogan en el bálsamo de tu piel sin ningún remedio.

Y tomo un pedazo de cielo sabiendo que estás en él, pensándote dormida, vigilo la obra de un genio.

Porque abrigo la esperanza de verte caer y ceder a esa batalla que te condena a un descanso eterno.

Y ante ti, es mi reverencia un abrazo impostergable que exime toda culpa impulsada por este impertinente deseo ocupante del espacio entre los dos y que luego se marcha con tu imagen grabada a fuego.

Donde la mente te logre guardar, por si acaso, con el pasar del tiempo, alguien remueva de su lugar lo que más quiero y cuando yo vuelva, no estés, convirtiendo mi contemplación en un temible mal sueño.

Tus ojos dormidos bajo el decoro de un cítrico atardecer.

El equilibrio de las formas al entorno donde pareces caída del cielo.

El anhelo que me ata como un grito del edén a ese cuento relator de una historia imposible, a no ser, tan solo en sueños.