Los juegos de mesa me transportan a mi infancia, a ese mundo donde la tecnología aún no se había adueñado del entretenimiento y me divertía sin necesidad de celulares o tablets.

De niña jugaba mucho al aire libre, corriendo, escondiéndome o tratando de encontrar a los demás 😄. Jugar a los escondidos no era uno de mis juegos preferidos, siempre me encontraban y como no era muy rápida corriendo, no llegaba a tiempo a la base y siempre me tocaba quedarme a contar. En cambio, me encantaban los juegos de mesa. Jugué muchísimos como, monopolio, dominó, damas, parchís, cartas, cubilete, ajedrez (no sé si este último entra en esta categoría, aunque tampoco soy buena jugándolo♟).

Tenía algunos de estos en mi poder, pero no sé en qué momento los perdí o se fueron rompiendo. El caso es que no me queda ninguno ya, pero eso es algo que intenté solucionar y es de lo que vengo a hablar en esta publicación.

Tengo una niña de cinco años muy activa que siempre está buscando algo que hacer. Muchas veces se aburre y yo, por falta de tiempo y a veces de recursos, caigo en la trampa de dejarle el móvil para que se entretenga. Está mal, ya lo sé 😔. Entonces viendo lo que han publicado otras amistades de Hive en esta comunidad, pensé que un buen recurso sería comprarle un juego de mesa, enseñarle algo nuevo y tener algo en común con ella para compartir. Esta oportunidad se me dio hace pocos días atrás cuando salí con mi niña a hacer unas compras, casualmente pasamos por un quiosco donde vendían juguetes artesanales, y para mí alegría, y la de mi niña, tenían un juego de parchís. Ni lo pensé, enseguida se lo compré, y en cuanto llegamos a la casa nos acomodamos para empezar a jugar.

El parchís es un poco difícil para ella, ya que le cuesta trabajo contar, pero creo que entendió lo básico, tirar los dados y avanzar contando las casillas. No le gustó saber que en el juego se pueden eliminar las fichas de un jugador y tiene que volver a empezar, así que omitimos esa parte del juego. Solo jugamos para ver quién llegaba primero a colocar todas sus fichas en la casilla final. Obviamente, ganó ella 😂.

Aunque el juego se nos hizo un poco largo lo terminamos, y ambas logramos algo, ella paso un rato jugando algo diferente, y yo logré que pasara un tiempo entretenida, sin decirme que estaba aburrida 🙏🏻.

Planeo continuar comprándole más juegos de este tipo, siempre que pueda. Me parece un pasatiempo excelente que ayuda a mejorar su imaginación y creatividad. Además de que resultó incluso instructivo ya que cada vez que tiraba los dados quería contar y sumar ella sola los números que salían.

Pienso que a pesar del desarrollo de la tecnología y de existir excelentes juegos digitales, lo clásico nunca pasara de moda, y los juegos de mesa, entre otros, siempre van a ser un buen entretenimiento y una excelente manera de socializar y divertirnos.

Un saludo a toda la comunidad y a los amantes de la recreación sana.