Saludos, Hivers, hoy les traigo para la serie de post sobre filosofía una de las frases filosóficas que más me gusta y que he seleccionado para esta semana, ya que estos días entre los retos que siempre hay dentro de la plataforma, se encuentra uno que nos está invitando a estar en modo agradecimiento, se trata del propuesto por @vaneaventuras para hacer un post diario, por 30 días continuos, donde manifestemos las razones por las cuáles estamos agradecidos.

Se trata de una frase que, como muchas otras en el ambiente filosófico, se le ha dado diversas interpretaciones, las cuáles no necesariamente se contradicen entre sí, sino que más bien pueden complementarse.

La frase que he escogido es “El bien tiende a expandirse” (Bonum est diffusivum sui) que significa el bien se comunica, se expande o se extiende. Es originaria de un autor conocido como Pseudo-Dionisio Areopagita (entre siglos V y VI DC), aunque otros autores como Santo Tomás de Aquino contribuyeron comentándola, a hacerla más popular.

Uno de los temas tradicionales en la filosofía tiene que ver con lo que significa el bien, lo bueno. De hecho, existe una parcela de la misma que se enfoca en él, la filosofía moral o ética, sin embargo, este tópico es visto en todas las ramas de la filosofía, aunque sea de manera general.

Así tenemos que, dentro de la metafísica o filosofía del ser, se nos indica que el bien es una propiedad presente, de una u otra manera, en menor o mayor grado, en todo lo que existe y una de las característica presente en todo lo se precia de ser bueno es que va más allá de sí mismo, sale de sí, para beneficiar a aquello que se encuentra a su alrededor.

Por ejemplo, tenemos al sol que es una estrella tan magnífica que su luminosidad no la guarda para sí misma sino que a través de sus rayos se expande al planeta tierra y llega a toda la humanidad, por ejemplo, en este momento que escribo, pasa por la ventana uno de esos rayos y me está rosando la piel, con los beneficios que esto trae.

Si tal como han dicho los filósofos a lo largo de la historia, el bien es una de las características de todo lo que existe y, yo existo, una de las cosas que debemos ocuparnos en nuestra vida es descubrir, encontrarnos, desenterrar ese bien sembrado en nuestro ser.

Luego de descubrirlo el siguiente paso es examinar si lo estamos comunicando, pues, de nada vale tener un regalo para darlo al mundo sino termino de hacerlo, es algo así como dice el refrán: “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Una cosa es descubrir las cosas buenas que hay en nosotros y otra ocuparnos en transmitirlas.

Si es cierto que una característica de lo bueno es que se comunica, se da los demás, debe ser una experiencia muy gratificante el entrar en esta dinámica, en practicar este principio en nuestro existir. ¿Cómo hacerlo? Veamos algunas aplicaciones que he pensado para compartirlas con ustedes.

• Llenarse de cosas buenas para poder transmitirla. El bien se difunde es la frase que estamos comentando en este post, pero ¿Qué voy a difundir de bueno si nada tengo? Aquí también se aplica el otro refrán: “nadie nada lo que no tiene”

Esto lo hacemos de varias formas: la primera es, como señalaba en la sección anterior, descubrir lo bueno que de por sí tenemos (nuestros talentos, habilidades, etc.), la otra es buscarlo a nuestro alrededor (experiencias nutritivas, buenos consejos, personas que te sumen, etc.)

• Dejar el egoísmo. El amor propio es algo maravillo, es nuestro primer y eterno amor, de hecho, porque nadie pueda amar a otra persona sino se ama lo suficiente a sí mismo.

Ahora bien, hay que dejar de pensar sólo en nosotros, como si todo girara alrededor nuestro, y ver cómo y en qué podemos ayudar a los demás. Cuál es nuestro granito de arena para dejar este mundo mejor que cuando llegamos a él.

• Ser siempre agradecidos Termino con la razón que inspiró este post. Que la invitación que se ha hecho aquí en la comunidad para vivir en actitud de agradecimiento no sólo sea por el hecho de un reto sino que siempre la podamos poner en práctica.

Mi experiencia haciendo este reto es que he descubierto que debo estar agradecido porque muchas cosas que tengo, que me identifican, no sólo me han servido a mí sino también a los que han entrado en algún momento en contacto conmigo. He aquí donde veo la conexión con el tema de la bondad.

Por eso, que el agradecimiento hacia la vida y para con los demás no sólo sea de la boca para afuera, o de los dedos a la computadora o celular sino que se manifieste con nuestras acciones.

“Demos gracias con el bien que podamos hacer a los demás”