Desde los 14 años, he participado activamente en coros de la iglesia, una experiencia verdaderamente enriquecedora en la que he aprendido numerosas canciones, he conocido a personas maravillosas y, sobre todo, he tenido la oportunidad de servir a Dios. En este camino, he descubierto que mi mayor pasión consiste en servir a Dios, principalmente a través del trabajo con niños y jóvenes, seguido de la música.
Recientemente, surgió la oportunidad de colaborar en la animación de las misas dominicales en una nueva parroquia junto a un amigo, aunque luego, me reuní con el sacerdote, quien me solicitó ayuda para fortalecer el área juvenil de la parroquia, ya que la misma está conformada principalmente por personas mayores.
Aunque crear un nuevo grupo juvenil en otra parroquia, donde me decían que "los jóvenes no existen", parecía algo muy complicado, poco a poco, con oración, esfuerzo y motivación, hemos logrado integrar a varios jóvenes.
Hemos impactado positivamente en la vida de alrededor de 20 niños y jóvenes, sin mencionar a los padres y asesores que nos respaldan. Estoy segura de que cuando un proyecto proviene de parte de Dios, las puertas se abren y todo se da de la mejor forma posible. Hasta ahora hemos organizado un retiro, un encuentro de oración y hemos estado presentes en la animación de la misa sin falta desde el primer domingo de adviento.
Este proceso me ha enseñado mucho sobre el trabajo en equipo, la organización y la motivación de personas en un entorno completamente nuevo. Estoy agradecida por todo lo que hemos logrado en tan poco tiempo y ansiosa por lo que vendrá.
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Una excelente experiencia