Sobre el poeta Octavio Paz, a 110 años de su nacimiento

Hoy, 31 de marzo, se cumplen 110 años del nacimiento no sólo de, quizás, el principal poeta mexicano, luego de Sor Juana Inés de la Cruz, sino de uno de los más importantes de la lengua española y a nivel internacional: Octavio Paz. No casualmente recibió el Premio Cervantes en 1981 y el Premio Nobel de Literatura en 1990, entre muchas distinciones y honores.

Sobre él he escrito varios posts en esta plataforma (ver 1 y 2), y he reconocido su enorme influencia en mi formación y práctica intelectual, como escritor de poesía y ensayos. Hoy hago un nuevo tributo a su obra, centrándome en poemas de su último libro de poesía Árbol adentro, publicado en 1987.

_{Octavio Paz, en foto de Rafael Doniz (1984) - Fuente - Licencia}

Decir: hacer

_{A Roman Jakobson}

Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
                      Se desliza
entre el sí y el no:
                            dice
lo que callo,
                         calla
lo que digo,
                            sueña
lo que olvido.
                            No es un decir:
es un hacer.
                          Es un hacer
que es un decir.
                            La poesía
se dice y se oye:
                            es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
                      ¿Así es más real?

***

Hermandad

_{Homenaje a Claudio Ptolomeo}

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

_Fuente

Árbol adentro

Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia dentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos de sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de lumbre.
                            Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
                      Acércate, ¿lo oyes?

***

Antes del comienzo

Ruidos confusos, claridad incierta
Otro día comienza.
Es un cuarto en penumbra
y dos cuerpos tendidos.
En mi frente me pierdo
por un llano sin nadie.
Ya las horas afilan sus navajas.
Pero a mi lado tú respiras;
entrañable y remota
fluyes y no te mueves.
Inaccesible si te pienso,
con los ojos te palpo,
te miro con las manos.
Los sueños nos separan
y la sangre nos junta:
somos un río de latidos.
Bajo tus párpados madura
la semilla del sol.
                       El mundo
no es real todavía,
el tiempo duda:
                       sólo es cierto
el calor de tu piel.
En tu respiración escucho
la marea del ser,
la sílaba olvidada del Comienzo.

***

En este, su último libro de poemas publicado en vida, el gran maestro Octavio Paz vuelve a sus grandes temas, pues, como él lo sabía y asumía, hay una "monotonía" –tal dijera T. S. Eliot, poeta muy apreciado por Paz– en toda poesía auténtica. Así, tenemos a la poesía como asunto tantas veces poetizado por el autor mexicano, con ese carácter autorreflexivo y autorreferencial que caracterizó a su obra toda; la vida como escritura o signo del universo; la internalización de la naturaleza, en la metáfora del árbol, de tan poderosas connotaciones; y la profunda relación entre tiempo original y erotismo, como en el comienzo de la vida, que es cada día, aun en la soledad.

Referencias:

Paz, Octavio (19879: Árbol adentro. España / Colombia: Seix Barral.
https://www.poesi.as/Octavio_Paz.htm

Gracias por su lectura.

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