Actualmente, vivimos en una sociedad con un ritmo muy acelerado, una vida muy ajetreada y nos vemos envueltos en desafíos, responsabilidades y preocupaciones.
A veces es necesario tomarnos un momento para tener una PAUSA: detenernos, respirar profundamente y reflexionar sobre nuestra vida. Este descanso nos permite apreciar las cosas positivas, tener una perspectiva más clara y ser agradecidos en medio de las dificultades.
El trabajo, las responsabilidades familiares, las actividades académicas o incluso las extracurriculares pueden abrumarnos fácilmente. Sin embargo, cuando nos damos la oportunidad de ver la vida desde afuera, podemos mejor como hemos crecido, como hemos superado obstáculos y logrado metas.
Si reflexionamos nos podemos dar cuenta de como estos eventos nos han llevado a donde estamos ahora, las cosas buenas nos han permitido disfrutar de la alegría, y las no tan buenas nos han permitido adquirir experiencia para hacer las cosas mucho mejor.
Una de las cosas que olvidamos por la inmediatez es los pequeños detalles, porque nos centramos en los desafíos inmediatos, y vamos resolviendo una cosa tras otra.
Si adoptamos una actitud de gratitud podremos ver la belleza y la bondad en cada situación, incluso cuando no se desarrolla según nuestros planes. Dios está obrando en nuestras vidas, incluso cuando no entendemos completamente su propósito.
Hola Ámbar (@ambarvegas).
Hermoso contenido que nos llama la atención para dedicar agradecimientos por lo que tenemos, por lo que hemos logrado y no estar en una constante lamentación por los desafíos que se nos presenta.
Me han gustado tus palabras.
Cariños desde este lado de la ciudad.
Holaaa German, muchísimas gracias por leerme, me alegra que te haya gustado, a veces vivimos tan ocupados que nos olvidamos de agradecer por lo que nos pasa, es necesario de vez en cuando detenernos para poder seguir con más fuerza.