FUENTE
Lo más importante de la vida es el tiempo. Pero no el tiempo pasado que ya no existe, ni el tiempo futuro en el que no sabemos qué ocurrirá. Es el tiempo presente. Y todo proviene del tiempo. Porque podemos decir: -"Me compré esta casa con dinero" Cuando en realidad...¿No tuvimos qué invertir TIEMPO para poder obtener y ahorrar dicho dinero?
Y...¿Qué hacer con el tiempo? Disfrutarlo...lo mejor posible... en esta dualidad que nos propone el Universo como vida. Vivimos en una dualidad continua: Tú lloras cuando hay otro riendo. Tú bailas cuando está otro sufriendo.
Hoy eres feliz por el nacimiento de un primo, un hijo, un sobrino, un nieto...mañana puedes estar llorando por la muerte de otro.
La vida es eso: dualidades que se experimentan con el tiempo y en el tiempo.
Y así como no podemos cambiar el tiempo pasado ni podemos saber qué nos traerá el tiempo futuro, no hay nada más inútil y dañino que permanecer atado a sentimientos de remordimiento, tristeza o rabia por cosas que ya pasaron o por preocupaciones o angustia por cosas que creemos pueden pasar en el futuro. Cierto que podrían pasar pero no tenemos la seguridad de que pasen, entonces ¿A qué la angustia?
Sufrir pensando que el mundo se terminará en tres años y a lo mejor la muerte personal e independiente nos sorprende antes y no llegamos a vivir esa eventualidad.
Oh, hay una nube sobre nosotros, y nos angustiamos porque va a llover y estamos fuera de casa , lejos, en descampado y sin paraguas. De pronto un golpe fuerte de brisa se lleva la nube...¡Cómo desperdiciamos ese tiempo de angustia que podríamos haber aprovechado disfrutando el paisaje!
No nos angustiemos por el futuro, no sabemos qué nos traerá. Vivamos a plenitud el presente que es el tiempo CIERTO.