En la travesía constante como tarotista, cada día es una oportunidad para sumergirse en la profundidad de las cartas y explorar las conexiones espirituales que guían nuestras vidas. La lectura de cartas va más allá de una simple práctica; es un compromiso constante con las energías y emociones de aquellos que confían en mi habilidad para desentrañar sus destinos. Tras meses de inmersión profunda en este arte, me encuentro reflexionando sobre la importancia de un descanso merecido. El descanso no solo implica el reposo físico, sino también el fortalecimiento espiritual. Al permitirnos momentos de tranquilidad, eliminamos la acumulación de energías negativas y despejamos nuestra mente de distracciones innecesarias. Este equilibrio energético y mental es esencial para canalizar la sabiduría del tarot de manera auténtica y sensible.
A lo largo de este viaje, he recorrido innumerables senderos de la existencia de quienes buscan respuestas en el tarot. Sin embargo, la necesidad de un descanso se ha vuelto cada vez más evidente. Así como las cartas requieren ser mezcladas y ordenadas para ofrecer una lectura clara, mi mente y espíritu también necesitan un espacio tranquilo para renovarse y recargar energías. Después de dos intensos meses dedicados a la guía semanal a través del tarot, he tomado la decisión consciente de concederme un periodo de descanso. Al guardar mis cartas en una caja, no estoy marcando una pausa temporal, sino estableciendo un acto de autocuidado. Es el reconocimiento de la importancia de permitirme momentos de tranquilidad y reposo, no solo para el futuro, sino principalmente para el presente.
El tarot, con su riqueza simbólica y conexión íntima con la intuición, exige una mente clara y equilibrada. El descanso no es un lujo, sino una necesidad esencial para todo tarotista que busca orientar en el presente. Este periodo de pausa no solo revitaliza mi energía, sino que también enriquece mis habilidades al proporcionar un espacio para la reflexión y la renovación. Más que una herramienta para prever el futuro, el tarot se revela como una guía inestimable para el presente. Cada carta, con su significado profundo, ofrece perspectivas valiosas que iluminan el camino en el aquí y el ahora. Este periodo de descanso no solo se trata de recargar fuerzas, sino de sintonizar con la esencia del momento presente.
En este viaje de autoexploración y conexión espiritual, he aprendido que el descanso no es una señal de debilidad, sino una fortaleza que nutre el alma del tarotista. Al poner mis cartas en caja, no solo cierro un capítulo temporal, sino que abro las puertas a un renacer más profundo y enriquecedor.
Les invito a reflexionar sobre la importancia del descanso en sus propias prácticas y búsquedas espirituales. ✨💜 En el silencio y la serenidad, encontramos la fuerza para guiar con mayor claridad y compasión en el presente. Mientras mi caja de cartas descansa, espero regresar renovada y lista para continuar este viaje compartido hacia la luz y la verdad.
In the constant journey as a tarot reader, each day is an opportunity to dive into the depth of the cards and explore the spiritual connections that guide our lives. Card reading goes beyond a simple practice; It is a constant commitment to the energies and emotions of those who trust in my ability to unravel their destinies. After months of deep immersion in this art, I find myself reflecting on the importance of a well-deserved rest. Rest not only implies physical rest, but also spiritual strengthening. By allowing ourselves moments of quiet, we eliminate the buildup of negative energies and clear our minds of unnecessary distractions. This energetic and mental balance is essential to channel the wisdom of the tarot in an authentic and sensitive way.
Throughout this journey, I have traveled countless paths of existence of those seeking answers in the tarot. However, the need for a break has become increasingly evident. Just as cards require shuffling and ordering to provide a clear reading, my mind and spirit also need a quiet space to renew and recharge. After two intense months dedicated to weekly guidance through tarot, I have made the conscious decision to give myself a period of rest. By boxing up my cards, I am not marking a temporary pause, but rather establishing an act of self-care. It is the recognition of the importance of allowing myself moments of tranquility and rest, not only for the future, but mainly for the present.
Tarot, with its symbolic richness and intimate connection with intuition, demands a clear and balanced mind. Rest is not a luxury, but an essential need for every tarot reader who seeks guidance in the present. This period of pause not only revitalizes my energy, but also enriches my abilities by providing a space for reflection and renewal. More than a tool to predict the future, tarot is revealed as an invaluable guide for the present. Each card, with its deep meaning, offers valuable insights that illuminate the path in the here and now. This period of rest is not only about recharging your strength, but also about tuning into the essence of the present moment.
On this journey of self-exploration and spiritual connection, I have learned that rest is not a sign of weakness, but rather a strength that nourishes the tarot reader's soul. By putting my cards in a box, I not only close a temporary chapter, but I open the doors to a deeper and more enriching rebirth.
I invite you to reflect on the importance of rest in your own spiritual practices and searches. ✨💜 In silence and serenity, we find the strength to guide with greater clarity and compassion in the present. As my box of letters rests, I hope to return refreshed and ready to continue this shared journey toward light and truth.
💫💜Thank you very much🤍