Hoy tocó un momento de introspección. Desde las primeras horas de la mañana creé mi propósito de vida. Di las gracias a Dios por la nueva oportunidad y a partir de ahí entré en mi proceso reflexivo. Aspiro diseñar siempre un excelente día. Recibo lo esperado y también lo inesperado con humildad. Los días de calma son para mi los mejores pero los días de tormenta también están y no puedo obviarlo. Salí de casa con una sensación maluca en el cuerpo. Aunque mi propósito es ser feliz y vivir en abundancia, algo dentro de mi ser decía que no estaba bien por eso decidí salir sola, caminar un rato, respirar, dejar fluir las emociones y transferir. Nada como un buen café para aliviar las penas o calmar las tristezas, ¿cierto? aunque, a veces, en la incertidumbre también sabemos que es bueno.Los ambientes de las cafeterías son agradables, sola o acompañada disfruto del momento, del espacio... y sumado a lo anterior me sereno, me calmo cuando así lo necesito. Bien, la cafetería de hoy se ubica en pleno centro de Caracas- Venezuela, específicamente en la zona de La Candelaria y se llama Cafetería Cecilia. Por el nombre puedo decir que tiene un ambiente italiano. Las fotos describen lo hermosa que es, la paleta de colores de la marca personal muestra ese color verde viejo que transmite paz, esperanza y tranquilidad. El concepto de lugar en cuanto a ambientación me fascinó, la música instrumental de fondo no pudo ser mejor para lo que necesitaba. Llegó la hora de escoger el café, estás decisiones son complicadas cuando vas a un lugar nuevo, todo te provoca, todo lo quieres probar, mientras más extraño es el nombre, peor es la situación.Pedí sugerencias y resultó ser que las chicas todas son nuevas y no tenían mayor conocimiento. Una de ellas dijo que mientras el barista no está ellas preparan bebidas clásicas. Lamenté esa información, no es el deber ser. Creí que terminaría tomando un café con leche, un marrón claro o simplemente un guayoyo sin embargo, una de las chicas sugirió un Macciatto con bastante crema, ese mismo pedí. El Macciatto es un café marrón fuerte, la crema es espesa, lo tomé sin azúcar porque pedí dos dulces. No hubo nada para arrepentirse. Cafetería Cecilia vende café y dulces exquisitos. Tan solo verlos en la vitrina se agua la boca. Mis opciones por lo general no son los dulces aún así, me dejé llevar por la tentación y probé una minitartaleta de melocotón y una de chocolate. Wow!! Divinas... Para quienes viven en Caracas les recomiendo este lugar. El costo del café y los dulces son accesibles. Vale la pena pagar por lo bueno y esto lo merece. Yo lo merecí.