Witches' Sabbath is my favorite painting by the master Francisco de Goya, an emblematic Spanish artist who has transcended throughout history, one of the greatest exponents of neoclassicism and pre-romanticism, always with a very personal expressive level and with enough social criticism, this is can be seen in the painting of Los Fusilamientos del 3 de Mayo, considered the first painting of contemporary art.

Witches' Sabbath is part of a collection of 6 small paintings made between 1797 and 1798 for the Palace of Recreation of the Dukes of Osuna, current Parque del Capricho, near the town of Barajas on the outskirts of Madrid, however in the In 1928 it was acquired by José Lázaro Galdiano for his personal collection.

My personal vision of this painting is that it represents more of a challenge to the currents of the time and especially to the ecclesiastical authority. Goya tends to be quite subversive and daring in the contents of his works, knowing himself to be a prodigy and taking advantage of every aspect of his talent to mark a challenge to what in his time was considered conventional.

El Aquelarre es mi cuadro favorito del maestro Francisco de Goya, emblemático artista español que ha trascendido a lo largo de la historia, uno de los mas grandes exponentes del neoclasisismo y preromanticismo siempre con un nivel expresivo muy personal y con bastante crítica social, esto se puede observar en el cuadro de Los Fusilamientos del 3 de Mayo, considerado el primer cuadro de arte contemporáneo.

El Aquelarre forma parte de una colección de 6 cuadros pequeños hechos entre el 1797 y el 1798 para el Palacio de Recreo de los Duques de Osuna, actual Parque del Capricho, cerca de la localidad de Barajas en las periferias de Madrid, sin embargo en el año 1928 fue adquirida por José Lázaro Galdiano para su colección personal.

Mi visión personal de esta pintura es que representa mas una especie de reto a las corrientes de la época y sobre todo a la autoridad eclesiástica, Goya tiende a ser bastante subversivo y atrevido en los contenidos de sus obras, sabiéndose a si mismo un prodigio y aprovechando cada aspecto de su talento para marcar un desafío a lo que en su época se consideraba convencional.