Siete días después Juan se sentía como nuevo. Los dolores de espalda habían desaparecido y solo de vez en cuando tenía algún calambre. Al parecer la cura había dado resultado. Salió a caminar por la Vereda que daba a la casa de doña licha, el calor era insoportable, se supone que estaban a 25 grados, pero con toda la humedad que dejaron las lluvias, la sensación térmica era mucho más alta por lo que decidió ir a tomar un baño al río. En eso estaba cuando vio a Maribel que parecía atorada entre las ramas.
-Pues qué tratabas de hacer mujer, que te quedaste atorada-
-Ya cállate Juan, y ayúdame a salir de aquí-
Le contestó con una mirada coqueta como de costumbre.
Pocos minutos más tarde, la chica estaba liberada. Juan advirtió que había algo de ropa interior de otra chica a unos pocos metros de ahí y lo que parecía un cinturón de caballero. Se le quedó mirando a Maribel esperando a que dijera algo, pero ella no dijo nada ni él tampoco preguntó, la dejó sola en la vereda y se fue a bañar al río.
Historia corta y dibujo