Esperando los regalos por el día del niño y celebrar mi tercera infancia. [ESP-ENG] Waiting for gifts for Children's Day and celebrating my third childhood.

Cuando tenía doce, de lo cual hace ya más de medio siglo, tenía varios juguetes, además de los que nos hacíamos con palos y hasta con piedras, con los que muchas veces la pasábamos mejor que con los juguetes propiamente dichos.
En ese momento papá decidió que emigraríamos y aunque mamá no estaba de acuerdo, nos preparamos para la aventura. En aquel momento la aerolínea nos permitió 30 kilos de equipaje por cada uno de nosotros, pero ni así hubo espacio para juguetes, ni siquiera para libros. Esos llegaron tres meses después por correo marítimo, una proeza muy costosa hoy día.
Así que mis juguetes más preciados los heredó mi primo cercano y de la misma edad (1 año mayor). Un tren eléctrico al que le había ido agregando vías suficientes para atravesar toda la casa, aunque fuera en un solo sentido y un juego de química casi nuevo.

En una conversación reciente con mi primo, le pregunté por la infantil herencia, a lo que me respondió, que aún conservaba el tren, pero el juego de química, duró muy poco. Mi querida tía lo despachó pronto, tal como recuerdo que nos prometió en esos últimos días de juego, cuando nuestros experimentos involucraban explosivos, azufre y otras malolientes ocurrencias.
Esos fueron los últimos juguetes infantiles. En poco tiempo, hasta las aficiones por el coleccionismo de estampillas postales y el dibujo quedaron a un lado. Sin que me diera cuenta hasta hace muy poco, de como me vi inmerso en responsabilidades de adulto, con lo que, salvando alguna curiosidad, no volví a andar con juguetes hasta que me convertí en padre y al menos en cada Navidad compraba juguetes para mis hijos y sobrinos.

Recuerdo una ocasión en que, estando muy pequeños, pasé por un bache bastante fuerte, en que acepté un trabajo que no me gustaba, pero la necesidad manda. En el almacén de la empresa, estaba una bici a la que le faltaba el sillín, un pedal y alguna pieza más. Estaban por tirarla a la basura y me la ofrecieron. La acepté y la llevé a un cliente que tenía una tienda y taller de bicicletas para que la reparara. Recuerdo que hasta le colocó las rueditas de apoyo para principiantes. Esa fue la primera y la única, y cuando crecieron la heredaron los primos más pequeños.

Volviendo a mí y mis juguetes, en los años recientes, mis juguetes han sido las herramientas con que fui haciendo mejoras y muebles para mi casa a partir de reciclar paletas y muebles viejos. También he reciclado muchos materiales y cuando hace 9 años me inicié en la jabonería artesanal, fui haciendo los moldes, los cortadores y otras herramientas, y otras de uso en la cocina o la repostería las adapté a mis necesidades jaboneras.

Con mi reciente cambio de domicilio, o nueva migración, todos mis juguetes quedaron nuevamente atrás, unos por pesados, otros por voluminosos y otros por no estar permitidos en los equipajes.
Ya tengo ubicado donde pertrecharme de materiales y equipo, pero en una ciudad tan grande los proveedores están a distancias considerables, por lo que resulta más práctico recurrir a las compras por Internet con despacho a domicilio.

Muy pronto estaré armando mi cuarto de trabajo, ahora un poco más pequeño o invadiendo espacios en la cocina. El balcón será un buen lugar, mientras no sople viento.

Y ahora a buscar las fotos apropiadas para ilustrar el cuento.
Para esta labor conté con la ayuda de mi hija @isauris, que selecciono algunas fotos de mi infancia, en blanco y negro, con juguetes bélicos, que en ningún momento nos llevaron a la violencia real, ni siquiera a trabajar en nada relacionado. Otra de una reunión familiar donde apenas se la ve a ella y a su hermano junto a su tío menor, primas, tíos y hasta sus abuelos. Y las de color donde aparezco muy entretenido con mis juguetes de jabonero.

Waiting for gifts for Children's Day and celebrating my third childhood.

When I was twelve, which is more than half a century ago, I had several toys, in addition to those we made with sticks and even stones, with which we often had more fun than with the toys themselves.
At that time, dad decided that we would emigrate and although mom did not agree, we prepared for the adventure. At that time, the airline allowed us 30 kilos of luggage for each of us, but there was still no room for toys, not even for books. Those arrived three months later by sea mail, a very expensive feat today.
So my most precious toys were inherited by my close cousin who was the same age (1 year older). An electric train to which I had added enough tracks to go through the whole house, even if it was only in one direction, and a nearly new chemistry set.

In a recent conversation with my cousin, I asked him about the childhood inheritance, to which he replied that he still had the train, but the chemistry set didn't last long. My dear aunt sent it off soon, just as I remember her promising us in those last days of play, when our experiments involved explosives, sulfur, and other smelly occurrences.
Those were the last of my childhood toys. Before long, even the hobbies of collecting postage stamps and drawing were left aside. Without realizing it until very recently, I found myself immersed in adult responsibilities, so, save for some curiosity, I didn't play with toys again until I became a father and at least every Christmas I bought toys for my children and nephews.

I remember one time when, when we were very young, I went through a pretty tough time, when I accepted a job that I didn't like, but necessity rules. In the company warehouse, there was a bike that was missing the saddle, a pedal and some other parts. They were about to throw it away and they offered it to me. I accepted it and took it to a client who had a bicycle shop and workshop to have it repaired. I remember that she even put the little training wheels on it for beginners. That was the first and only one, and when they grew up, the younger cousins ​​inherited it.

Going back to me and my toys, in recent years, my toys have been the tools with which I have been making improvements and furniture for my house by recycling pallets and old furniture. I have also recycled many materials and when I started making handmade soap 9 years ago, I made the molds, cutters and other tools, and I adapted other tools for use in the kitchen or baking to my soap making needs.

With my recent change of address, or new migration, all my toys were left behind again, some because they were heavy, others because they were bulky and others because they were not allowed in my luggage.
I already have a place where I can stock up on materials and equipment, but in such a large city the suppliers are at considerable distances, so it is more practical to resort to online shopping with home delivery.

Very soon I will be setting up my workroom, now a little smaller or invading spaces in the kitchen. The balcony will be a good place, as long as there is no wind.

And now to look for the appropriate photos to illustrate the story. For this task I had the help of my daughter @isauris, who selected some photos from my childhood, in black and white, with war toys, which at no time led us to real violence, or even to work on anything related. Another one from a family reunion where you can barely see her and her brother together with her younger uncle, cousins, uncles and even her grandparents. And the ones in color where I appear very entertained with my soap toys.

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Una de las cosas que más lamentaron mis hijos al emigrar también fue dejar sus juguetes, pues nos trajimos solo unos pocos, pequeños, como para no dejar el arraigo del todo.
Esos nuevos juguetes que estás por comprar, de seguro serán un gran tesoro que aprovecharás al máximo.

Todo se andará, poco a poco. Lo que más valoro es estar junto a mis hijos y sobre todo en un ambiente sano donde puedan desarrollarse profesionalmente y vivir sin penurias ni miedo.

Salud @mamaemigrante y bendiciones a tus retoños.

¡Mi querido amigo! Qué lindas fotografías. Gracias por compartir en esta, tu comunidad.
Nosotros estamos curtidos de recuerdos. Eso vale demasiado. Saludos y cariños.

Migrar de un país y más aún, teniendo todo armado, debe ser una decisión difícil realmente. Admiro su resiliencia y la capacidad, de tener siempre proyectos en menta, aunque sea en el balcón de su actual domicilio.

Aunque usted no lo crea, es inspiración

  • Imagine en tren e imagino el cariño que le tenía.

Gracias por compartirlo en la comunidad.

Un abrazo.

Hola, Marcelo.
El tren no es más que un recuerdo lejano, como de otra vida, y en cuanto a mis proyectos, no dejan de ser una afición que bien puede pasar a segundo plano cuando de los hijos se trata.

Un fuerte abrazo.


Gracias por Formar Parte.gif

Del taller de quimica al taller de madera pero siempre jugando! Es una buena forma de ver a las herramientas donde uno no solo produce sino que tambien se divierte haciendo!

Muy lindo post y bien redactado como siempre! Muy vívida la experiencia

Saludos!

Gracias por pasar y comentar. Aunque las herramientas son de madera y hasta el taladro es más propio de un carpintero, en realidad el taladro hace las veces de batidora y las cajas de madera y el otro aparato, son moldes y cortador de jabones artesanales. Naturalmente en mi taller hice de todo un poco, carpintería, incluso albañilería y jardinería, pero mi pasión es elaborar jabones naturales a partir de aceites naturales y aditivos vegetales y minerales benéficos para la piel, donde la química está al servicio de lo natural, ecológico y sin emplear aditivos peligrosos o nocivos a la salud.

Con suerte en poco tiempo compartiré el resultado. Jabones con base de aceite de oliva, coco y extractos vegetales para el disfrute ecológico del baño como un pequeño lujo y experiencia diferente.

Nuevamente gracias, y hasta pronto @cre47iv3