Ah tentadora, me estás poniendo sobre la mesa los placeres de La Marina Cumanagoto, ja, ja, ja. Yo creo que la costa crea por sí misma este tipo de lugares, donde incluso lo más sencillo, aparentemente, te resulta siempre algo sumamente placentero. Disfruté mucho, es cierto, durante los pormenores de este viaje, pues a diferencia de otras ocasiones, mis experiencias fueron muchas y variadas, desde el interior, conociendo y volviendo a visitar lugares de arte y misterio, hasta unas costas donde todo resulta fascinante. Santoña, digamos que fue una escala de lo más conveniente y gratificante. Abrazos