Dreaming with open eyes
If there were two things characteristic of La Morocha, it was that she liked to clean and do her work with loud music (she especially listened to vallenatos) and in her moments of rest, she would go to the porch of the house and smoke a cigarette with the smoke inside, as if it were an old chimney. It was during these moments of leisure that I would approach her and talk to her:
"Hello, Morocha, how are you? How are the boys?" - would always start the conversation by asking about her children, who at that time were four, all boys.
"There they are, asking for more than an old car,” answered La Morocha, and then she began to tell or say personal things.
Now Wicho wants to be a policeman,” said La Morocha of her 11-year-old son who had dropped out of school.
"Yesterday he told me: “Mom, when I'm a policeman you're not going to work,” said La Morocha, smiling and hurrying to put the cigarette in her mouth.
"Hey, that's good. Maybe he will become a policeman". -I always answered her so that La Morocha would keep her enthusiasm.
"Wicho told me last night that when he becomes a policeman, he is going to buy a red motorcycle like the one Gustavo bought. I told him not red, but black. I have always wanted a black motorcycle".
"Aren't motorcycles dangerous?" -I asked.
"That's for those who don't know how to drive, but if Wicho is going to be a policeman, he learns fast. Of my sons, Wicho is the smartest because he came out to me,” said La Morocha every chance she got, proudly putting her cigarette in her mouth as the smoke came out of her nostrils as if she were a dinosaur.
"No, we don't have a wheelbarrow,” I replied, ‘but we could ask if someone could lend one,’ and she nodded.
"Anyway, the wheelbarrow man will be for now, because what that boy wants to be is a policeman".
Obviously, we never talked about wheelbarrows, motorcycles or policemen again, because it was always a new topic. One day he arrived with a story: to leave the country.
"My sister, the one who lives in Colombia, the one who is my Morocha, said she was going to send me money to go there. She lives in a rented house and told me that I had a room there and she even has a mattress for me".
"That's good, Morocha, but you have to let us know so we can find someone else to work here".
"I'm going to see if I leave, because I have a lot of work in this country. And in Colombia I only like vallenato. I even work in some offices downtown,” said La Morocha with a self-sufficient air.
Although La Morocha was a very humble woman, she sometimes acted as if she were a princess abandoned in that neighborhood:
"Nancy, you by any chance don't have any old clothes you don't wear. I would like to give some blouses, dresses, to some needy women who always come to my house".
"Sure, Morocha". -I answered and after giving her the clothes, I saw that La Morocha was wearing them.
All images are free of charge and the text is my own, translated in Deepl
Thank you for reading and commenting. Until a future reading, friends
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Soñar con los ojos abiertos
Cuando mi madre debió acompañar a mi papá 3 veces por semana a la diálisis, decidimos contratar a una muchacha para que hiciera las labores de la casa como limpiar, lavar y planchar. Esa muchacha, que se llamaba "La Morocha" vivía en el mismo barrio, en una casa como a tres cuadras de la nuestra.
Si había dos cosas características de La Morocha era que le gustaba limpiar y hacer su trabajo con música a todo volumen (especialmente escuchaba vallenatos) y en sus momentos de descanso, irse al porche de la casa y fumarse un cigarro con la candela para adentro. En estos momentos de ocio era cuando yo me le acercaba y le hablaba:
_Hola, Morocha. ¿Qué tal? ¿Cómo están los muchachos? -iniciaba siempre la conversación preguntando por sus hijos, los cuales en ese momento eran cuatro, todos varones.
_Ahí están, pidiendo más que un carro viejo - respondía La Morocha y luego comenzaba a contar o decir cosas personales.
_Ahora Wicho quiere ser policía -aseguraba La Morocha de su hijo de 11 años que había dejado la escuela. -Ayer me dijo: Mamá, cuando yo sea policía no vas a trabajar. -contaba La Morocha sonreída y se apuraba a meterse el cigarro a la boca.
_Oye, qué bueno. Capaz que sí se haga policía. -le contestaba siempre yo para que La Morocha mantuviera el entusiasmo.
Otras veces, con aire de madre orgullosa, La Morocha decía:
_Wicho me dijo ayer en la noche que cuando sea policía, se va a comprar una moto roja como la que compró Gustavo. Yo le dije que roja no, que negra. Yo toda la vida he querido una moto negra.
_¿Las motos no son peligrosas? -preguntaba yo.
_Eso es para los que no saben manejar, pero si Wicho va a ser policía, ese aprende rápido. De los hijos míos, Wicho es el más inteligente porque salió a mí - decía cada vez que podía La Morocha y se metía orgullosa su cigarro a la boca mientras el humo le salía por las fosas nasales como si fuera un dinosaurio.
_Wicho me dijo que iba a buscar en el mercado trabajo como carretillero. ¿Ustedes no tendrán una carretilla que me presten? -preguntó otro día.
_No, no tenemos carretilla -le respondí- pero podríamos preguntar si alguien puede prestarla -y ella afirmó con la cabeza.
_De todas maneras, lo de carretillero será por ahora, porque lo que quiere ser ese muchacho es policía.
Obviamente, nunca más hablamos de carretillas, ni de motos, ni de policías, porque siempre era un tema nuevo. Un día llegó con un cuento: irse del país.
_Mi hermana, la que vive en Colombia, la que es Morocha mía, dijo que va a mandarme dinero para que me vaya para allá. Ella vive alquilada y me dijo que yo tenía un cuarto allá y hasta tiene un colchón para mí.
_Que bueno, Morocha, pero debes avisarnos para buscar a otra persona para que trabaje aquí.
_Yo voy a ver si me voy, porque yo tengo mucho trabajo en este país. Y a mi de Colombia solo me gusta el vallenato. Yo trabajo hasta en algunas oficinas del centro -expresó La Morocha con aire autosuficiente.
Aunque La Morocha era una mujer muy humilde, a veces actuaba como si fuese una princesa abandonada en aquel barrio:
_¿Nancy, tú por casualidad no tienes ropas viejas que no uses. Me gustaría regalarles unas blusas, vestidos, a unas mujeres necesitadas que siempre llegan a mi casa.
_Claro, Morocha. -contestaba yo y después de darle la ropa, con los días veía que La Morocha vestía con ellas.
Lastimosamente, un día nos dimos cuenta que faltaban algunas cosas valiosas de la casa e investigamos y descubrimos que había sido La Morocha la que las había tomado. Sin dar muchas explicaciones, decidimos no contratarla más . Luego de eso, con los años, supimos que tuvo dos hijos más, que Wicho no se hizo policía ni jamás se compró una moto y que La Morocha sigue fumando con la candela para adentro mientras sigue soñando con los ojos abiertos.
Todo un personaje "La Morocha", aun siendo una persona realmente existente. Es la representación fiel de una psique muy frecuente entre la gente pobre venezolana. Un abrazo, @nancybriti1.
There are people who really seem to be taken out of fiction. La Morocha is one of them. Greetings and thanks for commenting, @josemalavem
Happy and grateful for your appreciation, friends. Thank you very much
Good story. Congratulations
You did well. I congratulate you
Excellent story, the brunette is the prototype of the humble woman of low economic resources, who likes to daydream, have a happy night.
Sometimes we just have to help and ensure that people keep their enthusiasm and not discourage them.