Historias en su tinta 057: "Embotellamiento mortal", por bonzopoe

Vivo a una cuadra de una avenida importante de la ciudad, así que estoy acostumbrado al ruido que esta genera. Y vivo además en una esquina, así que podemos sumarle el ruido de autos acelerando a unos metros de mi, o frenando a veces intempestivamente.

Mi despertador es el sonido de las llantas sobre el pavimento, y como vivo además rodeado de varios edificios de oficinas, si acaso no me levanto temprano de manera natural, y no me despertó el sonido de autos pasando frente a mi casa, lo hace el de autos estacionando en la calle, y el ruido de gente hablando y cerrando las puertas de sus vehículos.

Desde que nací vivo en la misma casa, que al final acabé heredando de mis padres, así que esto no me molesta en realidad. Me he acostumbrado también a los frenones de los autos en la avenida, y a escuchar en muchas ocasiones el sonido del golpe que les sigue cuando hay un choque. Incluso puedo fácilmente, por el sonido del impacto, saber si fue un choque serio o uno "normal", y afortunadamente los choques serios son pocos y los normales bastante comunes y sin mayores consecuencias.

En parte por todo esto es que me gusta mucho escuchar música de noche, porque no tengo el ruido de la calle como sonido de fondo de la música y la puedo disfrutar más. Ya como automovilista me he acostumbrado también a los congestionamientos, breves debo admitir, que a veces se dan en la avenida, y tengo rutas alternas para evitarlos al salir de mi casa de camino al trabajo o cualquier otros lugar.

Sin embargo a lo que no me acostumbro, ni como automovilista ni como peatón, es al uso irracional de los claxons de los autos, precisamente durante estos embotellamientos. Y quiero enfatizar la palabra irracional, porque el claxon sirve para llamar la atención de un peatón u otro automovilista, y su sonido no tiene el poder de acelerar la solución de un embotellamiento, ni de adelantar el tiempo, ni cualquier otra cosa parecida.

Sin embargo pareciera que la gente piensa que apretar repetidamente el claxon si tuviera ese efecto, porque lo hace de manera constante y hasta compulsiva. Esa falta de civilidad lo único que logra es aumentar el malestar de los participantes, involuntarios obviamente, en el embotellamiento, así como de los peatones, y quienes como yo viven o trabajar en las inmediaciones de este.

Esto demuestra también nuestra impaciencia, falta de tolerancia, poca empatía y desprecio por los demás, porque nadie que esté en un embotellamiento esta en él por gusto, por elección personal, y literalmente tocar repetidamente el claxon no cambia nada, solo nos permite desahogar nuestra frustración, e incluso furia contra la situación afectando a los demás, exacerbando en el proceso lo que los demás también sienten, creando un circulo perverso que no beneficia absolutamente a nadie.

Todo lo que acabo de decir no es nuevo para nadie, es algo que todos sabemos. Sabemos que nadie está en un congestionamiento por gusto, y que usar el claxon no ayuda en nada, y si acaso solo empeora la situación, y sin embargo lo toleramos, y lo que es peor, lo hacemos.

La pregunta aquí es ¿porqué? y si esto pasa en todas partes, si es un comportamiento "normal" o habitual del ser humano, o una proyección de algo más que no se presenta en todos los casos. Y la verdad es que no lo sé, pero es algo que me pretendo averiguar.

—¿Y porqué me dices todo eso mientras me apuntas con una pistola?

—Pues porque hoy es tu día de suerte. Fuiste el último de esta fila de autos en usar el claxon y necesito a alguien con vida que cuente esta historia a la policía, y ese vas a ser tú.

—Si, si... lo que tu digas.

—¡Bang!

—¡Arghhh... mi pierna, maldita sea! ¿¡Y porqué me disparas?!

—Pues porque aunque fuiste el último si usaste el claxon, igual que los demás.

—Y ahora si me disculpas tengo algo que investigar.

—Me da unos Marlboro y un encendedor, por favor.

—Por supuesto, joven. Aquí tiene, son 150 pesos.

—¿Siguen con la cobertura de la masacre del congestionamiento?

—Si, joven. Figúrese usted. ¿Quién se hubiera imaginado que pudiera pasar algo así aquí en el barrio? No sé a donde vamos a parar. Vamos a acabar como los gringos que tienen balaceras a cada rato.

—Si, la verdad este mundo cada vez está más fuera de control. Por cierto, ¿usted porque cree que la gente usa tan indiscriminadamente el claxon en los embotellamientos?