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No Tengo un lugar en esta vida sin mí hermosa, Adeleen. La terrible oscuridad sucumbe ante mi letargo caminar, arrastro los pies dejando en cada paso nostalgias de felicidad, soy errante entre los vivos, y aunque respiro entre ellos no hay vida a la que aferrarse sin mi amada Adeleen.

El licor de esta maldita botella me hace escapar de esta efímera realidad, sorbo tras sorbo voy perdiendo la sensación de estar vivo y me encamino a ese lugar en donde no solo puedo verla, sino también, escuchar su dulce voz al conversar con ella. Duro castigo me han enviado los dioses, mi consuelo son ilusiones creadas por el éxtasis de mis neuronas al ahogarlas en alcohol. El espejismo de mi amada se muestra tan real y palpable en este mundo de lágrimas, en este mundo utópico en donde solo puedo llegar bajo los efectos de esta maldita droga liquida.

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Me dueles Adeleen, me dueles tan despiada y dolorosamente que mi sufrir no tiene descanso, (no hay reposo para las almas que yacen en el infierno).
Me tambaleo sin fuerza y sin ganas de seguir, de luchar, de continuar aferrándome a la nada. Porque tu ausencia es el frio vacío de las interminables penumbras. Tú yaces tan alejada de mí que me es imposible en esta dimensión acércame a tu compañía. Perdóname por haberme convertido en este detestable ser: cobarde, escuálido, asqueroso e inútil.

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No puedo más Adeleen, no puedo seguir, lo intente, lo juro ante dioses y demonios, intente seguir sin ti Adeleen, pero seguir no es opción. Mi vida quedó congelada y detenida en el instante que te perdí, el yo que verdaderamente soy se fue contigo, y aquí quien se quedó fue este cuerpo increíblemente difícil de mover que vive de melancolías y recuerdos, llevado arrastra por los días y herido por las noches.

Veo el plácido consuelo, la muerte vislumbra su reflejo en el cuerpo cristalino de esta botella. Voy hacia a ti Adeleen, voy a donde pertenezco, en donde tengo vida, aunque me encuentre muerto.