Luis Buñuel: el último suspiro surrealista

in Literatos10 hours ago (edited)

Hace 125 años (22 de febrero de 1900) nació en Calanda, un pueblo de España, Luis Buñuel, uno de los grandes del surrealismo, en este caso llevado a la imagen en movimiento, es decir, al cine. Son piezas indispensables a nombrar al considerar el cine surrealista, sus filmes Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), ambas en colaboración con Salvador Dalí. Después de Buñuel, encontraremos a cineastas que aprovecharon o asimilaron el surrealismo para sus obras —en alguna medida, sus herederos—, como es el caso, entre clásicos y nuevos, de David Lynch y David Cronenberg, o de Jan Švankmajer y Yorgos Lanthimos.

Hace unos años, en una sección sobre las vanguardias artísticas, publiqué este post, donde hablé sobre Luis Buñuel (ver este enlace).


El cineasta y escritor Luis Buñuel - Fuente | Source


Creo que la impronta surrealista de Buñuel nunca dejó de estar presente en él, incluso en su etapa de “realismo social”, como la que realizó durante su etapa mexicana, por ejemplo en Nazarin (1958). Volver a su visón surrealista no le fue nada difícil, y así tenemos, en su último período, filmes, complejos e inquietantes, como Bella de día (1967), El discreto encanto de la burguesía (1972) y Ese obscuro objeto del deseo (1977).

Aunque ya lo conocen, vuelvo a poner aquí el enlace para su filme surrealista, por excelencia: Un perro andaluz.



Pero, además, Luis Buñuel fue un escritor, tanto de poemas como de artículos de cine, como era de esperar. Escribió un libro de memorias, Mi último suspiro, de gran relevancia para conocer de su vida, y también de la época cultural que vivió.

De ese libro les presento unos fragmentos seguidamente.


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El misterio es el elemento esencial de toda obra de arte.

El misterio es inseparable del azar, y todo nuestro universo es un misterio. Como rechazo la idea de un relojero divino (una noción aún más misteriosa que el misterio que supuestamente explica), entonces debo aceptar vivir en una especie de confusión sombría. Y en la medida en que ninguna explicación, ni siquiera la más simple, funciona para todos, he elegido mi misterio. Al menos mantiene intacta mi libertad moral.

Hay que empezar a perder la memoria, aunque sea en pedacitos, para darse cuenta de que la memoria es lo que hace nuestras vidas. La vida sin memoria no es vida en absoluto.

De todas las personas que he conocido, Federico es la primera. No hablo de su teatro ni de su poesía, hablo de él. Un elemento de su época de obra maestra. Incluso parece difícil imaginar a alguien comparable. Ya fuera al piano imitando a Chopin o improvisando una pantomima, un sketch teatral, era irresistible. Sabía leer cualquier cosa, la belleza siempre brotaba de sus labios. Tenía pasión, alegría y juventud. Cuando le conocí, en la Residencia de Estudiantes, yo era un atleta de provincias muy estrecho de miras. Gracias a la fuerza de nuestra amistad, me transformó, me hizo ver otro mundo. Le debo más de lo que puedo decir. Nunca se encontraron sus restos. Circularon leyendas sobre su muerte, y Dalí —de forma muy innoble— llegó a hablar de un delito homosexual, lo cual es totalmente absurdo. En realidad, Federico murió por ser poeta. En aquel momento, al otro lado, se oía gritar: "¡Muera la inteligencia!”.

Si me dijeran: te quedan veinte años de vida, ¿qué te gustaría hacer durante las veinticuatro horas de cada uno de los días que vas a vivir?, yo respondería: dadme dos horas de vida activa y veinte horas de sueños, con la condición de que luego pueda recordarlos; porque el sueño sólo existe por el recuerdo que lo acaricia.

Si fuéramos capaces de volver nuestro destino al azar y aceptar sin desmayo el misterio de nuestra vida, podría hallarse próxima una cierta dicha, bastante semejante a la inocencia.


Como puede notarse, en estos fragmentos de sus memorias, Buñuel retoma algunos de los motivos principales de su obra: el misterio como elemento esencial de la vida; la memoria, piedra angular de la existencia humana; el azar y el sueño; y un componente clave en su vida, la íntima relación amistosa con el poeta Federico García Lorca, con quien tuvo grandes desencuentros, pero quien ocuparía un lugar central en su biografía afectiva.


Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Bu%C3%B1uel
https://www.academia.edu/26292409/Bunuel_Luis_Mi_ultimo_suspiro
https://www.goodreads.com/author/quotes/49756.Luis_Bu_uel


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Gracias por su lectura.




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